lunes, 29 de octubre de 2012

La sala de armas en la casa de Porfirio Díaz


Porfirio Díaz residía en la Calle de Cadena, después llamada Capuchinas y hoy Venustiano Carranza. Abajo, en una postal coloreada de la “Sonora News Company” fechada en 1887, donde aparece la casa a la izquierda, pintada de blanco…



La casa con el número 8 en la 3° calle de Cadena perteneció al oidor de la colonia Guillermo de Aguirre y Viana, también hospedó a Simón Bolívar durante su estancia en México; fue desde 1878, la residencia privada del general Porfirio Díaz. La casona arrendada por el Presidente fue demolida a mediados del siglo XX, y en los cuatro lotes adyacentes, se construyó un edificio con fachada de acero y cristal que albergó el Banco de Comercio y luego el Centro Corporativo de Bancomer; en 1980, el banco levantó su nueva sede en el sur de la ciudad a la que trasladó sus oficinas corporativas, dejando el edificio de la esquina de Bolívar y Venustiano Carranza como sucursal del banco (ahora BBVA) y despachos en renta. Abajo, una fotografía aérea de la Compañía Mexicana de Aerofoto, fechada en 1945, donde se marca el predio de la casa; como referencia, aparece en la parte superior derecha la Plaza de la Constitución.



En el muro sur del edificio de Bancomer se había colocado una placa con la siguiente leyenda: “En este sitio existió la casa marcada con el número 8 de Calle de Cadena y que fue la residencia del Señor General Don Porfirio Díaz, entonces Presidente de la República”. Desafortunadamente, la plancha se retiró. Abajo, una imagen de Google-maps en que se ha marcado el sitio en que estuvo la casa; como referencia, la plaza a la izquierda es donde se encuentra el “Reloj otomano”, justo frente al templo del Colegio de Niñas, sobre la calle de Bolivar; la estructura arriba a la izquierda, con cubierta de cuatro pirámides, es el Club de Banqueros.



Abajo, en una extraordinaria fotografía tomada en 1910 desde lo que hoy sería la arista de Venustiano Carranza y Bolivar, puede verse la esquina sureste de las antiguas calles del Colegio de Niñas y de Cadena donde se edificó el edificicó el “Banco Internacional & Hipotecario de México”, proyecto del ingeniero militar Daniel Garza de 1882. En la plazuela se colocó el “Reloj Otomano”, regalo de esa comundad como parte las celebraciones del Centenario de la Independencia de México en 1910. Con la flecha se señala la casa de Cadena 8, residencia de Porfirio Díaz Mori y su segunda esposa Carmen Romero Rubio.







En general, el presidente Díaz despachaba en Palacio Nacional, vivía en su casa de Cadena 8 y pasaba las jornadas de descanso en el Castillo de Chapultepec. Aunque durante su larga presidencia la Residencia Oficial de Chapultepec jugó un papel protocolario importante, la casa de la calle de Cadena siempre fue habitada y por eso mismo adecuada e intervenida constantemente.

Arriba, dos de los retratos oficiales del presidente Días y su esposa, tomados en 1910 para los festejos del “Centenario”. Abajo una vista de la casa de Cadena mirando hacia el Poniente; el edificio alto de la esquina es el Banco Internacional e Hipotecario y a la extrema izquierda puede verse el templo anexo al Colegio de Niñas.



La edificación de sobrio diseño era en realidad la fusión de dos propiedades y al interior contaba cinco patios, en torno a los que se desarrollaban las diversas áreas; abajo una fotografía del patio principal, al que se accedía desde la calle de Cadena, con la decoración de 1889 y diseño de don Antonio Rivas Mercado.



Las habitaciones públicas de la casa se remodelaron en diversas ocasiones, siempre en un estilo que correspondía a la estética de la época y probablemente a las instrucciones de la señora Carmen Romero de Díaz; para ilustrarlo abajo aparece una imagen del salón de recibir de la planta alta, con el aspecto que tenía en 1909, luego de una intervención a cargo de la Casa Pellandini.



Lo curioso es que desde 1895, el presidente Díaz había solicitado diseños para una “Sala de Armas” que aprovecharía el segundo patio de la casa y debía ser un espacio para su uso exclusivo, sin que se llegara a concretar un proyecto. En 1904 y a instancia del ministro de Instrucción Pública Justo Sierra, el presidente encargó al pintor Antonio Fabrés, que a la sazón era el controvertido y vanguardista subdirector de la Academia de San Carlos, un diseño que al año siguiente se ejecutaría con los lineamientos de la escuela modernista Catalana, un estilo MUY diferente…





Arriba una fotografía de la peana mayor de la Sala de Armas del general Porfirio Díaz; abajo, una vista general del recinto. Vale le pena notar la escala, gracias a la armadura que aparece abajo a la izquierda junto a una de las puertas. Ambas imágenes pertenecen al “catálogo de obras” que Fabrés envió al Rey de España, en 1906, como un balance de su labor en México; el secretario particular del rey, conde de Audino, llama al álbum de fotografías una “Curiosa autobiografía gráfica” y gracias a ella, tenemos registro de la obra.



El recinto de casi 150 m² e iluminación cenital, que se forró con lámina de cobre bruñido agregando decoraciones en yeso, madera tallada, acero y cristal, contenía varias centenas de armas, lanzas, espadas, espetones, espingardas, mosquetones, fusiles y cañones, además de cuatro yelmos a la manera medieval, una mesa de trabajo, cuatro exhibidores y una peana para “velar las armas”…



El estilo de la decoración correspondía a la Modernidad que en Europa causaba furor desde 1890 y que se conocía como Art Nouveau (en Bélgica y Francia), Modern Style (en los países anglosajones), Sezession (en Austria), Jugendstil (en Alemania y países nórdicos), Nieuwe Kunst (en Países Bajos), Liberty o Floreale (en Italia). Al ser el diseño de Antonio Fabrés, un catalán, se le denominó MODERNISTA; con opiniones divididas, los comentarios fueron muy diversos. Agréguese el que entre el director de la Academia de San Carlos y Fabrés existía un antagonismo exacerbado, se puede entender el revuelo… En un documento fechado el 1 de marzo de 1904 (AGN, caja 9, legajo 798) el Director Rivas Mercado escribió a Justo Sierra: “Si no estuviera acostumbrado a las rarezas, que a veces rayan en la extravagancia, de que viene dando contadas muestras el señor Fabrés…”, mientras que con lenguaje triunfalista, en El Imparcial le agradecía al mismo Fabrés “… por haber abierto a toda una juventud ávida la puerta de oro del arte de ahora.” (22 de noviembre de 1904). Arriba, una imagen del muro poniente de la Sala de Armas, y al centro la mesa de trabajo del general Díaz; abajo, un detalle de la mesa que representa un Leviatán muy a la manera de Berçal, con gola emplumada, fauces amenazantes repletas de bolas de cañón, garras que blanden cañones y apéndices que parecieran antenas con lámparas de filamento…



Según dice José María Gurrut en “Dos siglos de pintura catalana”, trabajaron con Fabrés en la decoración de la Sala de Armas los hermanos Marco Urrutia, artesanos catalanes a quienes se deben otros trabajos de éste género en el Castillo de Chapultepec, también destruidos. Una carta del conde de Audino, secretario particular de Alfonso XII Rey de España, dice con respecto al recinto: “S. M. el Rey dignose añadir que le inspiraba especial satisfacción el hecho de que un artista español hubiera sabido colocar tan alto su nombre, en una de las primeras naciones hermanas de América, continuando inmortales tradiciones de otros siglos; que hubiera sido el que adornara, combinando atrevidamente lo artístico a lo bélico, el domicilio de un jefe de estado admirado y querido por su amor a España y el que hubiera elegido (a) éste para figurar entre los principales directores de la educación estética del pueblo mejicano.”



Arriba, la puerta de acceso en el muro Sur de la Sala de Armas, en que pueden verse las enormes puertas de cristal con motivos de plumas y su decoración de espadas y yelmos, los exhibidores a la manera de Guimard y la mesa de obuses sobre una piel de tigre de Bengala. En su “Diccionario biográfico de artistas de Cataluña” Rafols dice que los visitantes se maravillaron del espacio y que la técnica sorprendió a muchos, ya que incluso “los cristales de las puertas estaban esmaltados a fuego, y fueron considerados como los más grandes (2.80 x 0.70 m) que se habían fabricado en Méjico”. Abajo, en una fotografía de 1905, “la Escuela Nacional de Bellas Artes” donde se señala al pintor Antonio Fabrés que fungía como subdirector de la escuela; a su izquierda podemos ver al pintor José María Velasco y al arquitecto Nicolás Mariscal. Al centro de la imagen aparecen el Licenciado Justo Sierra, ministro de Instrucción pública y a su derecha el arquitecto Antonio Rivas Mercado, director de la Academia y crítico de Fabrés.



La versión oficial señala que el 24 de mayo de 1911, Porfirio Díaz preparaba su salida de la calle Cadena 8. La Cámara de Diputados estaba abarrotada de gente. Al anunciarse que el documento de su renuncia sería presentado el día 25, la muchedumbre se dirigió enardecida hacia la casa de Díaz. Al encontrarse con la guardia desde la esquina con la calle Coliseo (hoy Bolívar) y Cadena (hoy Venustiano Carranza) la multitud se dirigió al Palacio Nacional apedreando el edificio para luego ser dispersada a tiros. La renuncia fue presentada el 25 de mayo. Al día siguiente, de madrugada, amparado por la guardia que se mantenía frente a su casa, Díaz partió a la estación de Santa Clara, donde abordó el tren para Veracruz. Llevaba la cabeza vendada para calmar un terrible dolor de muelas. Abajo, una postal que indica “Guardia Federal resguarda la residencia del Gral. Díaz en la calle de Cadena. México 25 de 5.11”



En México en el Tiempo, editado en 1945 por EXCELSIOR, aparece la fotografía de abajo; el pie de foto dice: “EL FINAL DE UNA EPOCA.— En el interior de la casa de don Porfirio había un despacho, mismo que reproduce el grabado. Ese despacho permaneció por algún tiempo tal como lo dejó el Caudillo el jueves 25 de mayo de 1911, al partir para Europa.”



La casa fue destruida cuarenta años después y aunque parte de los muebles encontraron nuevos dueños, el destino de la Sala de Armas permanece sin esclarecimiento.





Nota agregada el 20 de Mayo del 2014:

El museo de la “Royal Military College of Canada” de Fort Frederick en Kingston, Canadá, conserva una importante cantidad de las armas y armaduras que pertenecieron a la colección Díaz. El Sr. Ross McKenzie, curador del museo, me informó que la colección fue donada por Mr. Walter Douglas, ex alumno de la institución (1887-1890) que la ofreció en enero de 1938 con una carta que decía:

“I have recently purchased from the estate of the late General Porfirio Diaz, for many years President of Mexico, the collection of arms and armor ------.I have for some time felt that the College should have, as at West Point, an armory representative of the weapons of all periods and nations and in purchasing this collection it was my thought that it might serve as the nucleus of such an armory. If this suggestion appeals to you, and the necessary space be provided for its proper exhibit, I shall be glad to donate it to the College.”

Al ser aceptada, la colección llegó a Kingston en Agosto de 1938 y desafortunadamente no incluía catalogo o soporte alguno para las diversas armas. El señor McKenzie, también me dice que: “None of the elaborate display backgrounds, shown in the photographs of “la Sala de Armas de Porfirio Diaz,” were ever sent to Kingston."






Este Blog se ha hecho gracias al apoyo incondicional de Julieta Fierro; está dedicado a las “Grandes casas de México” y pretende rescatar fotografías e historia de algunas de las residencias que al paso del tiempo casi se han olvidado y de las que existe poca información publicada. El objeto es la divulgación, por lo que se han omitido citas y notas; si alguien desea mayor información, haga favor de contactarme e indicar el dato que requiere. Si utilizan las imágenes, favor de indicar la fuente –aunque advierto que pueden tener registro de autor–. Conforme haya más entradas (ya hay más de 50), aparecerán en el índice a la derecha de ésta página…


Arriba -de Antoni Fabrés- la obra de gran formato “Desierto blanco”, realizada en 1870 durante su estancia en París, que se conserva en el Museu Nacional D’Art de Catalunya; ésta fotografía de la pintura de guerra, transformada en paisaje nevado (al centro de la que yace un centinela muerto, totalmente cubierto) y que se llamó “Centinela alerta!”, muestra ese mismo interés por las armas que vemos en la Sala de Armas de la Calle de la Cadena…




También se puede encontrar un índice general en: http://grandescasasdemexico.blogspot.mx/2016/02/indice-de-grandes-casas-de-mexico.html



viernes, 26 de octubre de 2012

Casa de don Joaquín D. Casasús




Arriba, una imagen del “gran salón” de la casa de doña Catalina Altamirano y su esposo don Joaquín D. Casasús, sobre la 3° calle de Humboldt N° 720 (ahora Héroes) entre Reina (ahora Mina) y Violeta (ahora Luis Donaldo Colosio) en el Cuartel V; fue edificada en lo que actualmente son los predios con número 42, 44 y 46 de Héroes, a espaldas del templo y panteón de San Fernando. Abajo, una sección del “Plano oficial de la Ciudad de México” correspondiente a 1906, donde se indica el sitio donde se edificó la casa; se puede usar como referencia el jardín de la Alameda, haciendo notar que aún no se trazaba la ampliación del Paseo de la Reforma que apenas llega hasta el cruce con las Av. Juárez y Guerrero.



Doña Catalina Altamirano de Casasús era hija adoptiva del célebre Ignacio Manuel Altamirano y media hermana de su esposa, la señora Margarita Pérez Gavilán; Joaquín Casasús era además de abogado un excelente latinista y gran orador de origen tabasqueño, que orgullosamente se consideraba discípulo directo del maestro Altamirano. Abajo, los retratos de Catalina y Joaquín, que corresponden al documento “Biographical Sketch” publicado en los EEUU , Nueva York, 1905.





Joaquín D. Casasús representó a México en la Conferencia Monetaria Internacional que tuvo lugar en Bruselas en 1892. Además de diversos cargos diplomáticos, fue diputado y en 1902, resultó elegido presidente del Congreso. En 1911, fue designado por el general Porfirio Díaz como presidente de la Comisión de Arbitraje de El Chamizal; junto con el diputado y secretario de la comisión, Manuel R. Uruchurtu, lograría ganar el fallo definitivo (dictado por el rey Víctor Manuel de Italia) en favor de México y en contra de los Estados Unidos, estableciéndose que el río Bravo era mexicano y no frontera. Este dictamen coincide con la renuncia del general Díaz a la presidencia en mayo de 1911 y su subsecuente salida del país, con lo que Estados Unidos no da cumplimiento al tratado hasta 1964, en que devuelve a México sólo unas cuantas hectáreas por la modificación del cauce del río Bravo en Ciudad Juárez, Chihuahua. Casasús fue además empresario (Banco Central), traductor de los poetas latinos y entusiasta literato, por lo que fue el primero en ocupar la XVIII silla de la Academia Mexicana de la Lengua, de la que también fue tesorero de 1908 a 1912 y presidente entre 1912 y 1916, año en que murió.



La residencia del embajador Ignacio D. Casasús, en la 3° calle de Humboldt N° 720 se edificó sobre un predio de poco más de 5,000m² sobre la calle que arrancaba donde había estado el Hospital para dementes, fundado por el Pío Bernardino Álvarez en 1566 a un costado del templo de San Hipólito y demolido en 1903 por las gestiones del mismo Casasús (para más datos, Ver ). La casa con las características de un “academicismo renacentista” se construyó entre 1897 y 1898 según proyecto del arquitecto Silvio Contri quien también diseñó la Secretaría de Comunicaciones en la calle de Tacuba (1902-1911), el edificio de High Life en la calle de Gante y el edificio del periódico Excélsior con fachadas a Reforma y Bucareli.



La casa de dos niveles y remate “amansardado”, se desarrollaba en torno a dos patios abiertos y alineados que agrupaban las áreas públicas el primero y las privadas el segundo, para dar luego paso a un amplio jardín en la parte trasera de la propiedad de casi 85 metros de fondo. Arriba, una fotografía del primer patio visto desde el salón de recibir; al fondo se pueden ver el segundo patio y el jardín al fondo. Abajo, dos fotografías interiores, que corresponden al salón de recibir, con ventanas a la calle de Humboldt (Héroes) y puertas al patio principal.





En la fotografía de arriba, puede verse que el salón de recibir se comunicaba con el “gran salón” a la izquierda, remate del pórtico de acceso y decorado fastuosamente; sorprendería saber que desde la ventana que aparece a la derecha, podía verse de frente la casa de don Antonio Rivas Mercado (ver). Abajo un detalle del plafón, con la pintura que ejecutó Mariano Copedé.




Por encargo del arquitecto Contri, Guillermo Kahlo fotografió en junio de 1912 las remodelaciones a la casa y específicamente la decoración central del “salón de recibir”; las similitudes con la decoración de los plafones para el edificio de la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas son indudables. En la imagen de abajo corresponde al “gran salón”, donde puede juzgarse la opulencia de amueblado y decoración, que incluía frescos en el plafón, iluminación eléctrica y un par de magníficos espejos Imperio.



Siguiendo el recorrido por la zona pública, aparece abajo una imagen que muestra el comedor principal, ataviada la mesa para treinta comensales y donde se puede adivinar la decoración en maderas oscuras. Me resulta de particular interés el que el fotógrafo haya captado la imagen con luz eléctrica, haciendo énfasis en la asombrosa novedad de la instalación.



Para terminar, incorporo dos imágenes más, que corresponden una a la escalera principal, que permitía ascender a las habitaciones en el espacio ciego entre los dos patios y otra al sobrio "Salón de Pool" / música, donde los caballeros podían retirarse a conversar mientras escuchaban interpretaciones en el Organophone (órgano eléctrico de cilindro) del fondo de la habitación.





El 5 de agosto 1912, se llevó a cabo la boda de Margarita Casasús Altamirano y Manuel Sierra Mayora, con la ceremonia religiosa en el templo de Santa Brígida y el enlace civil en la casa de la calle de Héroes. Sería uno de los últimos acontecimientos sociales registrados por los diarios, antes del golpe de estado que se dio al año siguiente.






Durante el proceso revolucionario, las fuerzas que tomaran la Capital hicieron de varias residencias sus cuarteles; así, la casa Casasús fue transformada en cuartel de la tropa del General Lucio Blanco mientras que las residencias de Alberto y Tomás Braniff (que serán objeto de entradas en éste blogg), fueron tomadas por Obregón y Buelna así como la mansión de la familia De Teresa, en Tacubaya, ocupada por el General González. Una sentida narración aparece en el libro “El Exilio, un relato de familia”, de Carlos Tello Díaz. Aunque parte del mobiliario ya había sido retirado, la casa sufrió enormes daños y al paso del tiempo fue demolida.
Abajo, aparecen dos imgenés que se publicaron en tomo III de “Historia Gráfica de la Revolución Mexicana” de Gustavo Casasola, que al pié indican: Casa de Casasús que tomó Lucio Blanco en la calle de Héroes; desde el 18 de noviembre de 1914, las fuerzas carrancistas comenzaron a desalojar la Ciudad de México y el 20 de noviembre el general Blanco es designado comandante militar de la plaza.





Abajo, una imagen de Google-maps tomada en 2011, en que aparece el terreno que ocupara la casa Casasus-Altamirano con frente a la calle de Héroes; a la izquierda, el eje 1 poniente – Guerrero- y en la parte alta la calle de Violeta. El enorme objeto diagonal, cubierto por lonas que aparece al centro-derecha, es la casa del arquitecto Antonio Rivas Mercado, en proceso de restauración.



Joaquín Casasús murió en Nueva York el 25 de febrero de 1916 y su tumba está en el panteón Francés de La Piedad. Un descendiente notable, es el físico Manuel Peimbert Sierra que nació en la ciudad de México el 9 de junio de 1941 y cuyos abuelos son Manuel Sierra Mayora (hijo de don Justo Sierra) y Margarita Casasús Altamirano, hija del matrimonio Casasús de éstas líneas…



Arriba, la tumba de Joaquín D. Casasús (1858-1916) en el Panteón Francés de La Piedad; abajo, don Joaquín en la biblioteca de su casa de Héroes.





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jueves, 25 de octubre de 2012

La quinta Limantour-Mariscal en Mixcoac / Colegio Williams.




Ligado inevitablemente con el Porfiriato, el apellido Limantour es de los patronímicos más conspicuos de nuestro país; Julio M. Limantour Marquet, hermano menor del distinguido José Yves Limantour -que estuvo al frente del ministerio de finanzas de México por poco más de 18 años-, dejó una trascendente marca en México que la mayor parte de las veces pasa desapercibida. Desde su residencia en la calle de San Francisco (hoy Madero) controló parte de sus actividades en banca, ferrocarriles e industria, pero fue en Mixcoac donde se acordaron buena parte de las formalidades que cambiarían al país, en una construcción -diseñada por el arquitecto e ingeniero Manuel Sáncez Facio- que aún se conserva, ahora como edificación emblema de una escuela...

Arriba, los jardines de la “Quinta Limantour” en el Mixcoac de 1897-captada por C.B. Waite-, cuando era residencia campestre de don Julio M. Limantour y su esposa, doña Elena Mariscal de Limantour; abajo, una fotografía de la misma edificación, que ahora forma parte central y alberga la escuela preparatoria del “Colegio Williams”.



La familia Limantour-Marquet de México (apellido bastante común en Bretaña) se forma luego del matrimonio de don Joseph Limantour (nacido el 19 de abril de 1812), capitán de goleta, francés originario de Plomeur -cerca del puerto bretón de Lorient-, y Adèle Marquet (nacida el 15 de agosto de 1820), francesa hija de una pareja de panaderos del puerto de Bordeaux. El Capitán Limantour era un comerciante que hizo fortuna en los negocios de armas, préstamo y fincas ligadas la expropiación de los bienes de la Iglesia en tiempo de la Reforma.



El matrimonio tuvo dos hijos: Joseph Yves (1854-1935) que se ajustó a José Y. y Jules Maturian (1863-1909) que mutó a Julio M., niños que nacieron en la casa de la familia en la Ciudad de México, en los altos del edificio que alojaba la “Armería Limantour” en la calle del Refugio # 11.

Abajo, en una imagen de 1932, el edificio de la calle Refugio N°11 -ahora de Av. 16 de Septiembre N° 59 (y 947)-, que en la actualidad aloja una pastelería “El Molino” -frente al edificio Boker-, casi esquina con Isabel la Católica; residencia de la familia Limantour-Marquet hasta 1870, cuando mudaron domicilio a la esquina de las calles de San Francisco y Vergara (ver: http://grandescasasdemexico.blogspot.mx/2012/11/las-casas-de-don-jose-yves-limantour.html).



Julio Limantour, que murió a los 46 años, ha sido eclipsado por la fama de su hermano mayor, pero su papel en la economía de México es incuestionable; un sucinto documento biográfico de la biblioteca del congreso de los EEUU, (AcBMex903-345-988-ACC-324.5) detalla de Julio M. Limantour:

--“Mexican businessman, statesman, and diplomat Julio M. Limantour was an investor and stockholder in a number of corporations covering the industrial, banking, and transportation sectors of the Mexican economy at the beginning of the 20th century, during the presidency of Porfirio Díaz. He was born on June 17, 1863 in Mexico City, the younger son of Frenchman José Yves Limantour, Sr., and Adela Marquet de Limantour. Limantour's oldest brother, José Yves Jr., was the Minister of Finance during the years 1893-1911. The Limantour family had acquired most of their wealth in real estate, which was passed on to their sons who continued to expand their holdings. In 1887 Julio Limantour married Elena Mariscal, daughter of Ignacio Mariscal, who was Minister of Foreign Relations on several occasions over a period of more than 27 years. The couple had seven children, two of whom died in their infancy.


Arriba, en una imagen captada en 1904 frente al Restaurante Chapultepec, una anotación dice: --“Automobiling in Mexico - Julio Limantour and friends in his Columbia car in Chapultepec Park”

La foto apareció luego en la revista “Automobiles of the World” en Noviembre de 1905 agregando: “ (Mexico City, April 1904 ...) American touring cars of the best makes of from 12 to 24 hp are beginning to be seen here. One of the finest cars is Julio Limantour's 24-hp Columbia. The car is a duplicate of the Columbia which last fall made the record run from Chicago to New York in seventy-six hours, and won a gold medal in the October endurance run to Pittsburgh.”--

Abajo: "Retrato de don Julio Maturiano Limantour Marquet" firmada Klarke en San Diego N°6 (hoy Doctor Mora).



Y sigue el documento biográfico de la biblioteca del congreso : “Julio Limantour was an investment partner in the banking firm of Hugo Scherer Jr. and Company for many years (ver: http://grandescasasdemexico.blogspot.mx/2014/04/quinta-chalet-de-la-familia-scherer-en.html) . He was well-known in Mexico City’s business circles and abroad. Along with engineer Juan Navarro and Carlos Moricard, Limantour joined in a society to build a railroad line in Veracruz. In 1900 Navarro had acquired the rights to a railroad concession granted in 1898 to build a railroad line to run from Córdoba to Huatusco. The railroad was known as the Ferrocarril de Córdoba a Huatusco and by its acronym FCCH.”



Y continua: “Besides his work with the FCCH, Limantour was a member of the Junta Directiva Encargada de la Conservación y Reparación de Carreteras, and was appointed by President Díaz as Comisario Inspector de Ferrocarriles, assigned to the Ferrocarril de Chihuahua al Pacífico. Among the many companies in which he was a stock holder were the Banco Nacional de Mexico, the Compañía Manufacturera de Cigarros sin Pegamento, El Buen Tono, S.A., the Compañía Mexicana de Dinamita y Explosivos, the Compañía Mexicana de Construcciones y Obras de Ingeniería, S.A., Ferrocarriles Nacionales de México, Cervecería Moctezuma, and the Société Financière pour l’Industrie au Mexique. He also invested in other railroad companies, including the Ferrocarril del Noroeste de México, in several tramways and automobile companies, and a number of mining companies. He was a member of the board of directors of several companies besides being president of the FCCH and the Cía. Cristalera Mexicana de Puebla, S.A., among others.”



Como ya se ha dicho, desde el 10 de febrero 1887, cuando casó en el Sagrario Metropolitano con Elena Mariscal Smith, Julio Limantour y su esposa habitaban una magnífica residencia marcada con el N°6 de la 2° calle de San Francisco -calle que luego de la lucha armada pasó a conmemorar a Francisco Madero-, entre Coliseo y Espíritu Santo; del matrimonio nacieron cinco hijos, de los que tres sobrevivieron hasta la mayoría de edad: José Ignacio (N. 1887 que casaría en 1911 con Virginia Iturbide Plancarte) Julio Lauro (1889-1896), Elena (1890-1921 que casaría en 1913 con Alejandro Amor Subervielle), Alfredo (1892-1964 que casaría en 1917 con Céline Noël) y Laura (1894-1895), todos Limantour Mariscal. Abajo, dos imágenes de Casasola en que aparece Elena Limantour Mariscal en abril de 1909, cuando en el Teatro Abreu fue coronada “Reina de los Juegos Florales”.



Y sigue la nota de la Biblioteca del Congreso: Limantour was a member of the Ayuntamiento Constitucional de México and later a member of the Congreso Nacional. He was assigned to the Mexican Legation in Paris and held the position of attaché for several years. In 1899 while residing in Paris, he was named a chevalier (member) of the Legion of Honor by the French President for his participation in the establishment of the Liceo Francés in Mexico. He was also a member of several cultural and charitable societies, including the Junta de Beneficencia Privada and the Comisión Nacional del Centenario de la Independencia”. Abajo, una de las pancartas que bajo la supervisión de J.M. Limantour se elaboraron desde 1907, como parte de los preparativos de la “Comisión Nacional del Centenario de la Independencia”, precedida por don Guillermo de Landa y Escandón.



Por su parte, doña Elena Mariscal Smith de Limantour, hija del ministro de Relaciones, don Ignacio Mariscal Fagoaga (1829-1910) y Laura Elliot Smith Schymaker fue siempre presencia en los círculos sociales más destacados, imponiendo su muy personal estilo y atavío; abajo, una descripción del atuendo de la Señora de Limantour durante uno de los festejos de 1908.



Ya desde 1890, Limatour había adquirido una propiedad rural al norte del pueblo que se conocía como “Mixcoac florido”, sobre la calzada donde corría el "Ferrocarril distrito de México a San Ángel" y apenas a 400m hacia el norte del cauce del Río Mixcoac, justo al lado de un terreno propiedad de su buen amigo Julio Scherer Jr., sitio en que para 1891 y hasta 1895 edificó una espectacular casa de descanso que sería diseñada por el arquitecto e ingeniero Manuel Sánchez Facio, autor también del diseño para la casa de descanso de su hermano, al otro lado de la Calzada Tacubaya-Mixcoac-San Ángel…


Arriba, en un plano que pertenece a la Mapoteca Orozco y Berra (N°2553), aparece “Croquis de la Municipalidad de Mixcoac mandado a construir por el Ayuntamiento de México en 1891”; aparece marcada con líneas rojas, la parte considerada del municipio y en la zona que corresponde a Nonoalco –que aún pertenecía a Tacubaya pero que por decreto de 1899 pasó a incorporarse a Mixcoac–, he marcado con una estrella el sitio aproximado donde se edificó la casa Limantour-Mariscal.

De la zona, nos dice Ignacio Manuel Altamirano: “Hermosísima aldea, callada, fresca, sombría, que se esconde entre los bosques como un nido de alondras, y que encierra en su seno preciosas casitas…”


Arriba, una fotografía tomada en 1900 y que apareció en “El Mundo Ilustrado”, en que se aprecia la casa Limantour vista desde lo que hoy conocemos como Avenida Revolución y que entonces era la Calzada Tacubaya-Mixcoac-San Ángel, captada cuando era residencia campestre de don Julio Maturino Limantour y su esposa Elena Mariscal Smith de Limantour. Abajo, en una fotografía de 1987, esa misma esquina sur-poniente del “Castillo” que desde 1922, alberga al Colegio Williams.



La “Quinta”, construida en un estilo al que Israel Katzman califica como “Campestre Romántica”, se refiere a: “…residencias que se hicieron rodeadas de espacios descubiertos y por lo tanto separadas una quinta de la otra; de contornos quebrados, casi nunca encerrada en un solo rectángulo; de techos inclinados, generalmente con torres románicas de cubierta cónica o piramidal y con ornamentación variable: unas eclécticas, otras con vestigios clásicos y otras aprovechando simplemente el aparejo de los materiales.”



Nunca he encontrado documentos que indiquen incontestadamente al autor del diseño de la casa campestre, aunque en la “Benson Latin American Collection” de la University of Texas at Austin Texas aparece en inventario: “Part of the final series, Oversize Materials, contains several kinds of documents, among them an architectural drawing of the house being built for the Limantour family” en que se señala al arquitecto e Ingeniero Manuel Sánchez Facio como autor del diseño y el propio Katzman así lo indica.

Manuel Sánchez Facio se recibió en la Academia de San Carlos en 1866 y publicó varios artículos en la década del 70’; se le recuerda como Inspector de la Secretaría de Gobernación y luego de la Secretaría de fomento, además de algunos diseños en sociedad con Santiago L. Myers.


Arriba, en una fotografía de 1910, el acceso de carruajes (fachada poniente) de la quinta Limantour en Mixcoac que entonces ya había pasado a manos de la señora viuda de Limantour.

La casa ocuparía apenas un fragmento del terreno de casi 5,000m² que lindaba al norte con los terrenos con frente a la calle dedicada al pintor Pedro Pablo Rubens, hacia el poniente con la Calzada Tacubaya-San Ángel, hacia el sur con la Calle de la Empresa, y hacia el oriente con la calle dedicada al pintor Rafael Sanzio y que hoy conocemos como Avenida Patriotismo.



Abajo, aparece nuevamente la extraordinaria imagen de C.B. Waite fechada en 1897,donde aparece la recién terminada quinta de don Julio M. Limantour Marquet en Mixcoac, única de las residencias de la familia que sobrevive y en la actualidad alberga parte de las instalaciones del Colegio Williams; la fotografía que mira hacia el Nor-oriente, fue tomada desde lo que hoy es la calle de Empresa, justo en el sitio donde hoy se encuentra la estación MIXCOAC del Metro, espacio donde en ese momento se alzaba la quinta campestre de la familia Scherer (ver: http://grandescasasdemexico.blogspot.mx/2014/04/quinta-chalet-de-la-familia-scherer-en.html).



El “Castillo” con planta de base casi cuadrada (24 x 27m.), se edificó en un terreno trapezoidal de casi 4,900m² siguiendo un proyecto del arquitecto Ingeniero Manuel Sánchez Facio y diseños interiores de Ibarrola; hubo un proyecto importante para intervenir la edificación en 1909, con proyecto de Mauricio M. Campos sin que se hicieran las modificaciones. Abajo, una imagen aérea de la Compañía Mexicana de Aerofoto, donde aparece a la extrema izquierda la Quinta Limantour-Mariscal, en la confluencia de la ya entonces Avenida Revolución con la Calle de la Empresa; a la derecha aparecen también las residencias campestres de las familias Scherer y Limantour-Cañas (ver: http://grandescasasdemexico.blogspot.mx/2012/11/las-casas-de-don-jose-yves-limantour.html)



Abajo, en una imagen que apareció en “El Mundo Ilustrado” el domingo 7 de enero de 1900, la “fachada Sur de la quinta Limantour en Mixcoac”. Al lado izquierdo de la imagen aparece el volumen que contenía el Gran Salón y las habitaciones de invitados con vistas hacia el sur y poniente, y del lado derecho –junto a la torre—el volumen de los aposentos privados y “jardín de invierno”; al centro el pórtico del jardín principal y la terraza de las habitaciones cardinales



Lamentablemente, la vida de don julio se vio truncada prematuramente; termina el documento biográfico de la biblioteca del congreso que he citado antes: “Due to multiple occupations and delicate health Limantour eventually resigned from several companies. He died in Mexico City on October 11, 1909. The FCCH was sold to the Ferrocarril Mexicano in 1909 after his death.”



Luego de la muerte de Limantour, la casa pasó a propiedad de su esposa, la señora Elena Mariscal Smith, ahora viuda de Limantour y quedó bajo la administración de su cuñado José. Luego de las luchas revolucionarias, la construcción y sus terrenos quedaron como parte de los bienes del Comité Revolucionario y perdió una superficie de 2,750m² hacia el norte, asumiendo el “castillo” diversos usos, como cuartel, casa de huéspedes, bodega y refugio para niñas huérfanas. En 1922 la propiedad fue adquirida por don Camilo J. Williams para establecer una nueva escuela, que reemplazaría las instalaciones de su "Instituto Williams" que había abierto en 1906 y estuvo en la calle de Oidor Carbajal, Tacubaya; en ese período también rentó la casa de don José Yves Limantour en contra esquina (esa casa, que albergó el “Colegio Madrid” y fue destruida para ubicar el centro nodal de transporte Mixcoac, será objeto de otra entrada en ésta página; ver: http://grandescasasdemexico.blogspot.mx/2012/11/las-casas-de-don-jose-yves-limantour.html) como “anexo” para habitaciones e internado. Abajo, la casa Limantour ya transformada en Colegio Williams, con el retrato de don Camilo J. Williams en la publicidad que se publicó en 1922.



Años después, el colegio Williams pasó a ocupar exclusivamente la casa que había sido propiedad de Julio M. Limantour dando inició a una importante actividad edilicia a fin de incrementar la superficie útil con edificios de aulas, laboratorios y auditorio; esas edificaciones definirían los actuales límites sobre la avenida Revolución y la calle de Empresa. En ese período, la quinta de Julio Limantour daba cabida a los dormitorios del internado mientras que la casa de José I. funcionó como parte de las aulas de la escuela; arriba, la casa Limantour transformada en Colegio Williams, en fotografía de 1925 una cuando mi padre estudiaba ahí… “COLEGIO WILLIAMS


En su edición de 1948, la compañía “Difusión Cultural Panamericana” dirigida por el doctor Manuel Gil Ruiz, glosaba en su libro “MEXICO” una magnífica historia del colegio:
El “Colegio Williams para Varones”… fue fundado por el señor profesor don Camilo J. Williams en enero de 1922, siendo el último de varias instituciones de Williams, oriundo de New Port, Isle of Wight, Inglaterra, en educación inglesa que estableció en México.
En enero de 1899 abrió su primer plantel, “
The English College
” en la calle de la Mariscala, en la ciudad de México, y dada la numerosa inscripción de alumnos que en poco tiempo tuvo, lo trasladó a un lugar más amplio, en Tacubaya, tomando en cuenta las indiscutibles ventajas que ofrece para el trabajo de una escuela el estar alejado del bullicio citadino.
Con el nombre de “Instituto Williams” funcionó este plantel bajo la dirección de su fundador, hasta el año de 1912. En este año, el profesor Williams, fue a radicarse a los Estados Unidos donde continuó su labor educativa como fundador y rector de “The Williams International School”.
Diez años más tarde, con experiencia pedagógica más amplia y modernos métodos escolares, regresó a México y fundó el “COLEGIO WILLIAMS”, al cual se refiere esta información, y que dirigió hasta su fallecimiento en octubre de 1924. La Dirección del Plantel la tomaron entonces sus hijos John y Charles Williams, quienes dedicados exclusivamente a la Enseñanza desde años atrás, venían colaborando al lado del fundador.



Y sigue la nota que para 1948 describe la que había sido casa Limantour-Mariscal, ya transformada en Colegio:
Está situado el actual “COLEGIO WILLIAMS” en la pintoresca población de Mixcoac, en la calle de Empresa Nº8, a una distancia del centro de la ciudad que se cubre perfectamente en treinta minutos en tranvía.
Cuenta con un magnífico edificio de varios pabellones, rodeado por extensos patios para recreo y jardines con frondosos árboles. Cuenta, además, con un amplio campo deportivo dentro del mismo solar dotado con tribunas para más de 1,000 espectadores.
El edificio principal comprende la Dirección y otras dependencias de Servicios Generales como Secretaría, Comedores, Dormitorios, Salón de Estudio, Biblioteca y el Club Recreativo para los alumnos.

Al paso del tiempo, las diversas habitaciones de la casa cambiaron de uso, aunque por un largo tiempo, el salón fumador -con su decoración morisca-, permaneció como la dirección de la escuela; abajo, en una fotografía que pertenece al archivo del Colegio Williams, una toma del entonces director John Williams, en la oficina del Director.



Para mediados de los años treinta, sobre lo que ahora llamamos Avenida Revolución, se retiró el terraplén que nivelaba el ascenso del tranvía que comunicaba Tacubaya con San Ángel; luego del retiro del vado, sobre el frente libre se edificaron talleres del colegio.



En 1952 el Comité de Planificación de la zona de Mixcoac anunció la modificación del trazo de avenida Patriotismo y la ampliación de Extremadura y para 1958 se demolió la Quinta Sherer que hasta entonces había albergado al Colegio Madrid; en ese mismo período, el colegio Williams pierde una franja de terreno hacia el Norte (cerca de 800m²), donde hoy se encuentra un edificio “central” de Telmex. Así, hasta 1963, el “castillo” funcionó como comedor y dormitorio de estudiantes internos, mientras que las aulas bordeaban el perímetro y limitaban la vista sobre la edificación de origen. Abajo, la fotografía de uno los dormitorios en las habitaciones altas de la casa.



Al paso del tiempo, las diversas habitaciones cambiaron uso y perdieron sus decoraciones, la veranda sur se cegó para albergar oficinas y el “jardín de invierno” se transformó en peluquería. Una enorme pérdida fue la techumbre principal y su torre de mansarda y recubierta de con tejas de zinc que se eliminó y sustituyó con una cubierta de concreto armado; afortunadamente el vestíbulo distribuidor y el salón fumador permanecieron inalterados al paso de los años y se mantienen como recuerdo de lo que alguna vez fue la casa. Abajo, el busto de Camilo J. Williams en el vestíbulo distribuidor de la casa.



A partir de 1972 se eliminó el internado y a partir del año siguiente el “Castillo” pasó a albergar el Bachillerato Williams, cosa que implicó la habilitación y remozado del vestíbulo y habitaciones; abajo, una fotografía del vestíbulo octagonal en 1977 (coronado por un amplio tragaluz) que al centro de la edificación permite el acceso a las distintas dependencias, incluido el salón fumador…




Arriba, el “salón morisco” o salón fumador (decorado por Ibarrola), que albergó las oficinas del director del colegio y desde 1973 fue salón de descanso para los maestros del Bachillerato; abajo una fotografía de las puertas del vestíbulo sobre cuyos cristales decorados se puede ver el monograma con las iniciales” JML” entrelazadas (Julio Maturiano Limantour) y el lema “Mi orgullo es mi trabajo”, recuerdo insobornable de la historia….



Abajo, una fotografía del “Castillo” por 1970 captado desde el edificio de salones de Primaria; la imagen me resulta de interés porque además de la campana que por tantos años llamó a iniciar clases, a la distancia se distingue el “minarete” de la casa de la familia Serralde / Acosta (Ver).



En 1999, para festejar el centenario de la fundación del Colegio Williams, el “Castillo” fue intervenido, limpiado y remozado; el entorno ha cambiado radicalmente en 120 años, y lamentablemente los jardines se han perdido por completo, pero el diseño que para don Julio M. Limantour Marquet hiciera el arquitecto e Ingeniero Manuel Sánchez Facio sigue perfectamente reconocible.




Este Blog se ha hecho gracias al apoyo incondicional de Julieta Fierro; está dedicado a las “Grandes casas de México” y pretende rescatar fotografías e historia de algunas de las residencias que al paso del tiempo casi se han olvidado y de las que existe poca información publicada. El objeto es la divulgación, por lo que se han omitido citas y notas; si alguien desea mayor información, haga favor de contactarme e indicar el dato que requiere. Si utilizan las imágenes, favor de indicar la fuente –aunque advierto que pueden tener registro de autor–. Conforme haya más entradas (ya hay más de 50), aparecerán en el índice a la derecha de ésta página…



También se puede encontrar un índice general en: http://grandescasasdemexico.blogspot.mx/2016/02/indice-de-grandes-casas-de-mexico.html