Al lindante poniente de la villa de Tlacopac, circunscripción de San Ángel, al sur de la Ciudad de México, el arquitecto Carlos Obregón Santacilia y su esposa Adela Formoso Ferrer edificaron en 1930 una casa de campo que con el paso de los años pasó a ser su residencia fija y que aún existe, aunque sustancialmente modificada.
Carlos Obregón Santacilia nació el 5 de noviembre de 1896 en la ciudad de México; fue el sexto de catorce hijos del doctor Lauro Obregón Zárate (n.1860, San Luís Potosí), médico de profesión, y Doña María Santacilia y Juárez (n. 1864, Oaxaca), nieta mayor (hija de Manuela Juárez Maza) del presidente Benito Juárez. En 1916 ingresó a la Academia de San Carlos, y para 1924 presentó su examen profesional a fin de obtener el título de Arquitecto con el tema “Centro Educativo”; el jurado que le otorgó Mención Honorífica, estuvo integrado por los arquitectos Carlos Lazo, Manuel Ortiz Monasterio, Manuel Ituarte, Eduardo Macedo y Abreu, así como Carlos Martínez del Cerro. Arriba, en una imagen de 1936, Carlos Obregón Santacilia frente a la maqueta de remodelación que transformó parte de la estructura del Palacio Legislativo en Monumento a la Revolución.
En 1922 y aun siendo estudiante, recibe una asignación que le lleva a Brasil para edificar el Pabellón de México en la exposición de 1922 en Río de Janeiro, que conmemoraba el primer centenario de la independencia de ese país. El pabellón ejecutado con Carlos Tarditi y decorado por Roberto Montenegro, era una exuberante recreación de la arquitectura colonial mexicana, como parte del rescate nacionalista de la época y en el que Obregón se mostraba entusiasta. Abajo, la acuarela del proyecto (firmada Obregón/Santa.) y la portada del pabellón de México en 1922.
Ya graduado y a raíz del impulso educativo y nacionalista del Ministro José Vasconcelos, Obregón diseña en 1923 la escuela que sería emblema del impulso educativo vaconcelista: La escuela Benito Juárez en La Piedad, edificio de un estilo regionalista y moderno a la vez y en el que también participó Roberto Montenegro, para entonces cercano amigo de la destacada artista Adela Formoso; abajo, el acceso a la escuela Benito Juárez, bisabuelo del arquitecto Obregón.
El 25 de febrero 1927, en el templo de San Cosme y San Damián, Carlos Obregón contrae nupcias con la extraordinaria Adela Formoso Ferrer (1907-1981, hija de Joaquín Formoso Paadin y Adela Ferrer Martí), destacada interprete y emancipada mujer que sería patrona de las artes y al paso de los años fundó la sociedad de Amigos del Teatro Mexicano, formó parte de la Conferencia de San Francisco cuando se funda la Organización de las Naciones Unidas e incluso fue la Fundadora de la Universidad Femenina de México. Abajo, en un retrato firmado por Manuel Álvarez Bravo en 1935, Adela Formoso de Obregón.
Además de la casa en la Ciudad de México, la pareja edificó una casa de campo sobre un extenso terreno hacia el poniente del pueblo de Tlacopac -en la zona de San Ángel-, donde serían vecinos de don Teodoro Amerlink y su esposa. El predio de casi 6,000 m² en una cima con privilegiada vista hacia la zona sur y oriente de la cuenca, lindaba con la Calle de Las Flores y el Antiguo Camino de Acapulco (trazo que se transformaría en el “Anillo Periférico”). Abajo, en el plano de “Zona Urbana” del pueblo de San Ángel -fechado en 1929-, se marca el terreno donde al año siguiente se edificó la casa Obregón / Formoso.
Abajo, en una fotografía de 1936, el acceso (fachada sur) a la casa Obregón Formoso en Tlacopac; al paso de los años, la casa se transformaría en nodo cultural de la Ciudad de México y modelo de la arquitectura residencial que buscaba raíces en el nacionalismo. Más abajo, el plano de la casa en esa misma época, en una “planta” que conserva el Centro Nacional de Conservación y Registro del Patrimonio Artístico Mueble, INBA., aparece como “Casa unifamiliar (1930), propiedad de Obregón Santacilia”.
Dice Alejandro Pérez-Duarte Fernández (de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona): “La casa agrupa las piezas en dos secciones, dentro de un primer grupo, sobre el lado derecho del plano, se localizan las piezas de representación, “hall” y comedor, así también como las piezas de servicio, cocina, “pantry” y “desayunos” -con una inequívoca grafía que corresponde a los llamados comedores pullman de la época. La parte izquierda del plano viene dominada por una configuración geométrica con un eje dominante que atraviesa por entero la crujía organizativa. Una zona de paso retórica, queda atravesada por la situación enfrentada por las puertas de ambas “recámaras” y organiza dos ámbitos de uso privado para la familia: el llamado “corredor” o estancia exterior a cubierto, y una pieza “juguetes” -asimilable a las habitaciones de juegos de los niños que Wright introducía normalmente en sus Prairie Houses. La alineación sistemática de las puertas de acceso a estas “recámaras”, en una trayectoria proveniente del corazón de la casa, nos permiten entender su posición subordinada. Lo que pudiera ser entendido como una brillante secuencia en enfilada de piezas, no es más que retórica disposición de un camino que necesariamente atravesará los dormitorios familiares a excepción del parental, y que partirá de la llamada pieza “costura”, y que debemos asimilar a un boudoir pequeño burgués, por tanto de índole práctica. La palabra que nombra a esta pieza como “costura” recubre una iconografía de espacio burgués y que no tiene nada que ver con el espacio de la sensualidad aristocrática. Su posición cubriendo la misma crujía que la “recámara” parental, baño, y “tocador”, constituye la verdadera esclusa del canal de circulación hacia la zona familiar. Funcionando todo como un sistema perfectamente integrado y sellado del resto de la casa. La disociación entre ambos grupos de piezas -servicio y representación, opuestos al grupo de los dormitorios- es contundente. El territorio de paso y conexión práctica entre ambas zonas es una terraza cubierta, cuya trayectoria se funde con la pieza “costura”.
El “corredor” de las recámaras se abría hacia el sur con un pórtico de columnas ovaladas en la sección sur del jardín; arriba, en la fotografía aparece en primer plano la fuente bajo la ventana del tocador. Abajo, vistas interior y exterior de los arcos de doble altura del “Hall” que enmarcan cierros de hierro forjado, cerrados por grandes paños de cristal, poco comunes en la época.
Por años, la casa fue marco de reunión para importantes grupos afines a la pareja Obregón/Formoso; como ejemplo, basten dos fotografías: abajo (de izquierda a derecha, en el jardín sur de la casa) el pintor Jorge Enciso, don Ismael Palominoz, la señora Adela Formoso de Obregón Santacilia, el poeta José Juan Tablada, el escritor Julio Torri y don Jorge Palomino. Dice el pié de fotografía “hecha por el arquitecto Obregón Santacilia, en su residencia, antes de la comida que ofrecieran a Tablada, en 1936".
Otro ejemplo es la imagen de una reunión celebrada en 1952 en la que aparecen sentados en el jardín de acceso a la casa, Adela Formoso de Obregón, Frank Lloyd Wright, Olgivanna Lloyd Wright y Carlos Obregón; además, de pie detrás de la señora Formoso, el arquitecto Walter Gropius.
Al interior, el recibidor de la casa daba acceso a la doble altura del Hall, donde por un lado se podía llegar al estudio y terraza en la planta alta (imagen de abajo) o al nicho de la chimenea, cuarto de costura y terraza norte (foto más abajo).
Las áreas públicas permitían paso al comedor de la casa, que con el ventanal semicircular, permitía vistas hacia el amplio jardín de la casas; la descripción de la imagen dice: “Simplemente un enorme ventanal circunda casi por todas partes la habitación y debajo un lambrín de azulejos y piso de losetas; las sillas revestidas de cuero rojo con adornos en oro viejo se complementan con un candil de bronce”.
Transcribo también una descripción que nos dice: “De vuelta al Hall, hacia la derecha, un arco de medio punto da acceso a la entrada de la casa y junto a la escalera, en cuyos peraltes se ve un primoroso revestimiento de azulejos poblanos antiguos; al otro lado otro rincón admirable con muebles entablerados, espejos, candiles y un gran Cristo tallado en madera, escultura del S. XVII.”
Arriba, “otro rincón encantador. Bajo la ventana, una mesa de estudio, cuya cubierta es el propio repisón: Libros, media luz y un amplio frailero del siglo XVII, forman un espacio de tranquilidad envidiable”. La descripción me resulta relevante ya que fue escrita por el propio arquitecto Luis Ramiro Barragán Morfín (entonces de 33 años), cuando colaboraba con Francisco Borja Bolado y que poco tiempo después diseñaría su propia casa en Tacubaya. Abajo, una imagen de la recamara principal, delata que el arquitecto Obregón había diseñado la ampliación del edificio para la Secretaría de Relaciones Exteriores (sobre Avenida Juárez) así como la ampliación del edificio para el Banco de México (sobre 5 de Mayo) donde los muebles presentaban ya rasgos de un elegante “DECÓ”…
Sobre el acceso, recibidor, cocina y comedor, se encontraba un estudio con amplia terraza (que seguía la curva de las ventanas del comedor) que permitían vista hacia el “parque”, que no era otra cosa sino lo que hoy conocemos como la colonia Tlacopac y sus calles de Jardín, Gladiolas, Jazmines, Margaritas y Fresnos.
La edificación aún existe, aunque en el terreno de origen se han edificado una treintena de casas y la planta de la residencia campestre ha sufrido importantes modificaciones. El acceso se encuentra ahora tras un portón en “Las Flores número 278” que da acceso a la calle Rinconada de Tlacopac, todo al lado de una de las secciones más complejas del sistema de pasos elevados del Anillo Periférico y “Segundo Piso” en la zona de San Ángel. Abajo, una imagen de Google-maps. de 2010.
Parte de la información e imágenes provienen del número 27 de la revista “plateada”, SOCIAL que apareció en Diciembre de 1936 (¡Feliz Navidad!), editada en la Ciudad de México por Francisco Borja Bolado, en Paseo de la Reforma N° 50.
Arriba, la cripta de la familia Obregón-Formoso en el Panteón Jardín.
Este Blog se ha hecho gracias al apoyo incondicional de Julieta Fierro; está dedicado a las “Grandes casas de México” y pretende rescatar fotografías e historia de algunas de las residencias que al paso del tiempo casi se han olvidado y de las que existe poca información publicada. El objeto es la divulgación, por lo que se han omitido citas y notas; si alguien desea mayor información, haga favor de contactarme e indicar el dato que requiere. Si utilizan las imágenes, favor de indicar la fuente –aunque advierto que pueden tener registro de autor–. Conforme haya más entradas (ya hay más de 50), aparecerán en el índice a la derecha de ésta página…
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