Edificada por don Guillermo Barroso Corichi para su esposa Josefina Chávez Durán en 1955, fue diseñada por el arquitecto Nicolás Mariscal Piña y ahora alberga la residencia de la embajada de los Emiratos Árabes Unidos. Al exterior, salvo modificación a la barda, cambios de herrería y una ampliación en la parte trasera, la casa se conserva intacta; del interior, se muestran aquí únicamente imágenes captadas en 1956, como testimonio de uno de los últimos diseños del versátil arquitecto Mariscal.
Guillermo Barroso fue hijo de Josefina Corichi Soler y don Luis Barroso Arias, acaudalado vasco que a final del siglo XIX formó una fructífera explotación en fuerza motriz; estaría luego vinculado con la industria textil (compañía de hilados y tejidos “san Antonio Abad” en la Ciudad de México, “Compañía industrial de Atlixco” en Metepec), actividad agrícola y ganadera, así como fraccionamiento de bienes rústicos y urbanos (“Compañía de la Huerta del Carmen en San Ángel S. A.”, “Compañía de construcciones de la Condesa” y luego “Nueva colonia del Valle”) además de ser accionista en el “Banco de Londres y México”, la compañía “Tabalacera Mexicana” y “Guayulera Nacional” al lado del señor Julio M. Limantour.
Quinto de ocho hijos, Guillermo Luis Alfonso del Sagrado Corazón de Jesús y María Barroso Corichi nació el 26 de septiembre de 1900, para ser bautizado el 24 Octubre en la capilla de San Cosme y San Damián; desde muy joven se interesó en diversas ramas del comercio e industria y para enero de 1923, casó en el templo de Nuestra Señora de Guadalupe de la Paz con Josefina Chávez Durán (1906-1961). Su hermana mayor Josefina Barroso Corichi –nacida en 1894– había casado en 1913 –en plenos disturbios revolucionarios luego de la deposición de Madero– con el reconocido arquitecto Nicolás Mariscal Piña (1875-1964).
El amplísimo espectro de las actividades de don Guillermo requerirían un documento autónomo, ya que continuó administrando parte de las empresas de su padre y amplió su actividad en varios ámbitos; bástenos anotar aquí su importancia en la ganadería –ligado con su hijo a la explotación de la famosa hacienda de Pastejé– y su importantísima huella en la obra de beneficencia, específicamente ligado a la Cruz Roja Mexicana, cuyo hospital central en Polanco lleva su nombre.
Luego de su matrimonio en 1923 con Josefina Chávez Durán, la familia Barroso-Chávez habría residido en la espectacular casa de Paseo de la Reforma N°560 esquina con Explanada (ver), donde habitarían también sus hijos Josefina, Ma. Lourdes, Guillermo Jr., José y Luis Javier. En los directorios de esos años, aparece la casa como residencia de don Guillermo y doña Josefina, con el teléfono 28-02-34…
Para la década de los cincuenta y luego de las bodas de sus hijos, el matrimonio decidió edificar una casa más pequeña, que se alejara de la recargada decoración colonial de la casa diseñada por el arquitecto Hermann Noeh en 1930, y acudieron al cuñado de don Guillermo –Nicolás Mariscal Piña– que por entonces terminaba una de sus obras más conocidas, en el Cerro del Cubilete de Guanajuato.
Nicolás Mariscal y Piña era un auténtico apasionado de la arquitectura; creó y dirigió la revista “El arte y la ciencia” que se publicó desde 1899 con un enorme impacto en el México artístico y fue miembro de la Asociación de Autores Líricos y Dramáticos, Escritores y Artistas, conocido posteriormente como Ateneo Mexicano Literario y Artístico.
Desde 1909 recibió gran reconocimiento cuando remodeló la casa de don Francisco Espinosa para albergar la Secretaría de Relaciones Exteriores (ver) y al paso del tiempo se haría de gran prestigio también como maestro, ya que llevó en la Escuela Nacional de Bellas Artes la asignatura de teoría de la arquitectura, en la que persistió por años…
Don Nicolás casaría el 19 de julio 1913 con Josefina Barroso Corichi, hermana mayor de don Guillermo -y él mismo el mayor de dos hermanos arquitectos-; nació en 1875 en la Ciudad de México, quinto de los siete hijos de Alonso María Laureano Mariscal Fagoaga y Juana Piña Saviñón. La familia era propietaria de la hacienda La Mariscala, cercana a la ciudad de Querétaro, donde transcurrió la niñez de Nicolás.
Además del diseño de una Secretaría de Estado en 1903, ganaría fama con el diseño de la Escuela Superior de Comercio y Administración, construida en 1905, que se edificó sobre la calle de Enrico Martínez entre Emilio Dondé y Ayuntamiento, frente a la plaza de la Ciudadela, escuela que desafortunadamente ya no existe.
Durante los siguientes años, Mariscal tendría una muy fructífera labor como arquitecto y profesor, destacando además su intervención en edificios religiosos; desde los años 40’, estaba involucrado con la edificación de un nuevo santuario sobre el “Cerro del Cubilete” cercano a Silao en Guanajuato.
El cerro del Cubilete había pertenecido a la hacienda de Chichimequillas, propiedad del constituyente José Natividad Macías Castorena, que entregó el terreno para una estructura religiosa (dinamitada durante la “Guerra Cristera”), aunque habría que esperar la donación de su nieta Carmen Macías Torres para levantar la estructura diseñada por Mariscal.
La obra iniciada en 1944 fue inaugurada en diciembre de 1950, siguiendo el diseño de Mariscal con supervisión de José Carlos Ituarte González; el edificio –que sirve como base a la estatua de 20 metros y 80 toneladas ejecutada por el escultor Fidias Elizondo– disfruta de una atractiva cúpula forrada con placas de alabastro (tecali) que confieren al interior una agradable iluminación.
La estructura de concreto es reminiscente de la revolucionaria técnica que Mariscal había inaugurado en 1908 en la Secretaría de Relaciones Exteriores, que según nos cuenta rebolledo, fue “…inmueble al que correspondió la gloria de haber sido el primero de concreto armado levantado en la ciudad de México…”
Aunque en 1950, el arquitecto Federico Mariscal contaba ya 75 años y su actividad profesional había disminuido, diseñó para sus concuños una nueva residencia acorde con los nuevos parámetros de elegancia conservadora -alejándose de las influencias modernismo decorativo que hasta entonces favoreció-, ajustándose a lo que entonces curiosamente se catalogó como “Clásico francés Moderno”…
En la revista “SOCIAL” que dirigía Elena Arceo, para el número 240 -aparecido en Julio de 1956-, se publicó un artículo que mostraba la casa en su máximo esplendor y del que aprovecho y transcribo los interesantes textos de Felipe Garrido que dan color a las imágenes…
“Por señalada atención de don Guillermo Barroso y de su esposa, la señora Josefina Chávez de Barroso, SOCIAL acaba de hacer una visita a su gran residencia del Paseo de la Reforma –Lomas de Chapultepec– de la que en estas páginas, con el mayor gusto, ofrecemos a nuestros lectores algunos magníficos aspectos…”
“Arquitectónicamente, la residencia es de estilo clásico francés moderno, en sobrias líneas, que le dan un aspecto severo y elegante a la extensa fachada, que está recubierta con pasta blanca y cuyas ventanas, con marcos estructurales esmaltados en el mismo color, dan vista a los amplísimos jardines donde apreciamos una notable y hermosísima colección de cerúleas hortensias que se extienden hasta el fondo contra cercas de tuyas, rosales y plantas finas de ornato. Dos sencillos portones negros forma la entrada desde las avenidas y negras son también las rejas que rematan las bardas que circundan la despejada casa.”
“La fachada interior, está valorizada por el elegante desarrollo arquitectónico de una curva, con grandes ventanales y una terraza baja a la que se abre el comedor. Como parte de la entrada para vehículos automotores, bajo los severos arcos cocheros, una escalinata da entrada a la casa y su gran hall por un bello portón de cristales hierro y bronce que conduce al magnífico vestíbulo.”
“Visto desde la entrada, el hall resulta asombroso y de grandes dimenciones (sic.); ofrece el aprecio de la señorial escalinata, encuadrada al fondo de grandes ventanales, toda en mármol con magnífico barandal de hierro y bronce que también rodea los pasillos del piso alto, y da vista al candil, monumental, que con todos los arbotantes, es de cristal de Baccarat y es una versión moderna del fastuoso Grand lustre Baccarat del Palacio de Dolmabahçe en Estambul. Tanto peldaños de la escalera como la totalidad del piso del hall, son de mármol italiano y en las grandes superficies, muestra sus delicado veteado gris en grandes carées…”
“Los muros, muy altos, blancos igual que plafond y las puertas –finísimas– en caoba con ricos adornos de bronce. Destaca el juego de sofá y dos sillones de raso azul Nattier, la mesa frente al sofá en caoba, cristal, bronces y espejos en su base, diversas porcelanas y figuras de Meissen. Al fondo, pegada al muro, se adivina una cajonera de Primer Imperio, en marquetería, que perteneció a Napoleón y al centro del espacio, el rincón intimo se señala gracias a un admirable tapete persa de Bukara.”
“Son también de destacar el juego de sillones Primer Imperio, auténticos, tapizados en carmesí y oro, con aplicaciones de bronce con la mesa, del mismo juego, que se aprecia atrás del sofá; además resalta la chimenea de líneas clásicas en mármol italiano gris vetado también. Encima de ésta última, un juego francés antiguo de reloj y candelabros en mármol también…”
Y sigue Garrido:
“El salón para recibir ha sido arreglado con exquisito gusto y enriquecido con primoroso y singular mobiliario además de artísticos objetos; enmarcados por un piso de fino parquet y muros tapizados en falla gris perla bajo plafón blanco, recorrido en su torno por una moldura para luz indirecta, tiene además espléndidas puertas blancas con realces en oro y adornos de bronce.”
“Al fondo, destaca una chimenea, notable pieza inglesa del siglo XVIII, de bronce con columnillas de lapislázuli, esculturas de hierro sosteniendo candelabros y, de hierro también, cabezas de jabalí en base y remate enmarcando un cuadro de esmaltes polícromos. El ajuar muy bello de Aubusson y, a la izquierda, pegada al muro -notable- una cómoda Luis XVI, con chapa de maderas preciosas, profusamente adornada de bronces, con cubierta de mármol jaspeado en rosa; encima, una fidelísima copia directa, hecha por destacado pintor español, de un Murillo: “El Buen Pastor”, cuadro del Museo del Prado de Madrid y al fondo, otra copia, también de un Murillo, “Los Niños de la Concha”.
“Complementan el conjunto dos mesas de Boulle y en la primera un centro antiguo de porcelana de Sèvres y diversas piezas de cristal cortado, destacando además, dos iconos rusos en oro y pedrería colocados en el muro de enfrente. Al centro, cuelga un gran candil de Murano en cristal natural y colorido que se complementa exquisitamente por los finos y ponderados cortinajes de falla italiana azul-gris y gasa marfil con el admirable tapete chino -oro pálido- tejido de flores multicolores…”
“El comedor es otro gran salón, decorado con muros color pastel, lo mismo que el plafond. Sobre un piso de exquisito parquet de líneas encontradas, un tapete chino sobre el que se colocó el juego de líneas modernas, en caoba con sillas tapizadas al tono de los muros y complementado por las vitrinas que encierras finas vajillas de cristal veneciano y francés. Sobre la mesa, un juego de centro y candelabros de plata mexicana, y sobre las vitrinas, poncheras de plata y arbotantes venecianos que son juego del bellísimo candil combinado en cristal transparente y azul Prusia con velas de cera.”
“Sobre las puertas del muro del fondo, dos bodegones -bellos óleos- que dan marco a espejo y trinchador, y en el muro lateral, dos copias también al óleo: “La Rendición de Breda” de Velázquez y “La Sagrada Familia” de Murillo, ambos tomados directamente de los originales en el Museo del Prado. El muro opuesto está formado por tres grandes vidrieras que dan a la terraza del jardín lateral…”
Complementa Garrido:
“Llegamos a la biblioteca, con todos los muros recubiertos de roja caoba, en cómodas y libreros con colecciones de lujo de notables obras científicas, religiosas y enciclopédicas. A la derecha un armario con finas armas de caza y entre libros alcanzamos a distinguir dos bustos, uno de Beethoven, en bronce y otro de Dante, en mármol. Al centro la gran mesa en caoba, bases de bronce y cubierta de una sola pieza; los sillones también de caoba, tapizados en piel natural rojo lacre y bases torneadas, toso sobre un tapete persa Saruk.”
Y termina Felipe Garrido describiendo la imagen de arriba:
“Finalmente pasamos a la alcoba principal, muy amplia, con muros en blanco perla, plafond del mismo tono y cubierta totalmente con alfombra de alta lana color arena.”
“El arreglo de la habitación resulta artístico y sobrio, con ajuar Luis XVI recubierto de maderas preciosas y bronces: chiffonnier, cómoda, tocador, burós y cama con cubre-cama española de seda natural rosa-nácar con aplicaciones y bordados, toda hecha a mano. Grandes cortinajes de falla de seda al tono y gasa marfil, candiles de cristal de Baccarat, veladoras con figuras de porcelana de Sèvres y abat-jours de seda marfil. La mesita de entro en caoba, con bello adorno floral y sobre la cama, en el muro, un delicado crucifijo de marfil y un óleo antiguo de la escuela española.”
Sorprendentemente, sesenta años después, la casa sigue ahí sin alteraciones significativas…
Arriba, una imagen de Google-maps, captada en 2016, en que se puede ver el cruce del Paseo de la Reforma y Montes Altai, en donde destaca la casa Barroso-Chávez en su estado actual.
Las imágenes y descripciones anteriores me parecen de particular interés para entender la casa y sus amueblados, sabiendo que seguramente se han perdido, ahora que la casa alberga la representación diplomática de los Emiratos Árabes Unidos en la persona de S.E. Ahmed Almenhali.
Sería interesante saber si el hall aún conserva la impresionante araña de cristal de Baccarat, o si aquella que se subastó hace algún tiempo, era la que colgaba en la casa Barroso-Chávez…
Este Blog se ha hecho gracias al apoyo incondicional de Julieta Fierro; está dedicado a las “Grandes casas de México” y pretende rescatar fotografías e historia de algunas de las residencias que al paso del tiempo casi se han olvidado y de las que existe poca información publicada. El objeto es la divulgación, por lo que se han omitido citas y notas; si alguien desea mayor información, haga favor de contactarme e indicar el dato que requiere. A menos que se indique lo contrario, las imágenes provienen de mi archivo, que incorpora imágenes originales recopiladas al paso del tiempo, así como el repertorio de mi padre y parte del archivo de don Francisco Diez Barroso y sus imágenes de Kahlo; si utilizan las imágenes, favor de indicar la fuente –aunque advierto que pueden tener registro de autor–.
Conforme haya más entradas (ya hay más de setenta), aparecerán en el índice a la derecha de ésta página…
También se puede encontrar un índice general en: http://grandescasasdemexico.blogspot.mx/2016/02/indice-de-grandes-casas-de-mexico.html (ver)
Hola, Rafael. ¿Habría forma de hacerte unas preguntas por correo? En un momento indicas que Jose Ramón Remigio Luján se casó con Martha Zuloaga Irigoity y en otro punto dices que estaba casado con Francisca Zuloaga Álvarez, estoy confundido... Saludos!
ResponderEliminar¡Hola "Unknown"!
EliminarSupongo que su pregunta se refiere a otra entrada del blog...
Saludos.
RF
Bellísima descripción de la propiedad felicitaciones!
ResponderEliminar¿Hay manera de conocerla?Mi padre D.E.P.
Emilio Sotelo Chávez fue pariente y sería un sueño ya que me contó mucho sobre ella!
Gracias!”
¡Hola "Unknown"!
EliminarNo sabría responderle, pero se me ocurre que haciendo contacto con la representación diplomática de los Emiratos Árabes Unidos podría preguntar...
¡Saludos!
RF
Hola Rafael, sería interesante si hicieras una reseña de la casona ubicada en la calle de Uruguay numero 90 en el centro histórico, ya que cuenta con una bellísima arquitectura virreinal y una gran historia, está catalogada como patrimonio cultural de la nación. Fue propiedad de don Luis Barroso Corichi, hermano de don Guillermo, quien también fue un destacado empresario, y ahí tenía sus oficinas.
ResponderEliminarSaludos!
¡Hola "Unknown"!
EliminarEn efecto, es la Casa del Conde de la Torre Cosío y afamada como propiedad en el S. XVIII de don Juan Manuel Solórzano…
Ya hay muchísimo escrito acerca de ella y puedes comenzar con “Historia y Leyendas de las calles de México -con los datos aportados por los historiadores de todos los tiempos-“ que tiene diversas publicaciones con el capítulo: “Calle de Don Juan Manuel”…
¡Saludos!
RF
Excelente artículo, felicidades por lo bien documentado.
ResponderEliminar¡Mil gracias Carlos!
EliminarSaludos...
RF