jueves, 3 de febrero de 2022

La casa de don José Luís Giribet y Solovera en Aristóteles 232.



Edificada en 1941 como parte del impulso inmobiliario de la Fraccionadora Cedros y comprada en 1949 para albergar su creciente colección, la casa de Aristóteles 232 aún se conserva prácticamente intacta, aunque ha perdido el espectacular amueblado de que la dotara don José Luis Giribet, comerciante que hacia 1948 logró agrupar una sorprendente colección de muebles y elementos decorativos que siguió creciendo durante cuarenta años y –aunque cuestionados y objetados– se podían calificar de excepcionales.

En una entrevista registrada poco antes de su inesperada muerte en 1987, don José Luis declaraba orgulloso:
“Lo sencillo no me gusta; me agrada lo esplendoroso…”


Para el viandante casual, poca preeminencia parece tener la fachada de la casa número 232 en la calle de Aristóteles, a medio camino entre las avenidas Homero y Horacio de Polanco, casa que –a pesar de estar ya desocupada y en venta a inicio de 2022– con su gran ventanal de doble altura en fachada, pareciera recordar aún el espectacular –y cambiante– mobiliario que albergó entre los años 50’ y 80’ del siglo XX y que para 1989 se dispersó y fortuitamente ha reaparecido en subastas diversas en distintos países, incluyendo el espectacular lienzo que recrea el “Louis XV en costume de Sacre” de Louis-Michel Van Loo…


Don José Luis Giribet y Solovera nació en Santander -España-, hijo de don Marco Antonio Giribet y la condesa de Solovera (dama de honor para doña María Victoria Eugenia de Battenberg, reina consorte de Alfonso XIII); abajo en una fotógrafa captada en enero de 1923 durante un concierto a beneficio de los Sanatorios Antituberculosos, aparecen Ss.Mm. las Reinas doña Victoria Eugenia y doña María Cristina acompañadas por sus damas de honor, incluida la Condesa de Solovera (a la extrema izquierda).


Don José Luis estaba además emparentado con don Mariano Giribet Solovera, amigo cercano de don Miguel Primo de Rivera –que gobernó el país entre 1923 y 1930– y que en 1930 asistiría a los funerales del dictador con la representación de la familia. Aunque la unión del linaje con la casa de Borbón era tenue, don José Luis siempre la apuntó y en ese tenor hacía frecuente alusión a las hazañas de Luis II de Baviera –der Märchenkönig–, que con emoción recreó la opulencia del Palacio de Versalles de Louis XIV de Francia en Herrenchiemsee


Arriba, una “Commode” –uno de los fantásticos muebles que para la recámara de Luis XVI en Versalles creó Jean-Henri Riesener, que ahora se exhibe en el Musée Condé en el Château de Chantilly– de la que una buena copia adornaba el recibidor de la casa Giribet en Polanco.


A pesar de estar la familia ligada a la Falange Española, luego de la guerra civil don José Luis permaneció en México –con varios de sus hermanos– y se estableció como parte de una ventajosa empresa comercial que a pesar de la ruptura de relaciones con España logró notables beneficios en la exportación de materia prima y le permitió el importar amueblado y objetos decorativos de ultramar.

Los varios giros empresariales en que se vio involucrado con la familia, le consintieron a viajar constantemente a Europa y en los diversos viajes –siempre puntuados por la visita a alguna subasta o anticuario– fue acumulando una sorprendente cantidad de enseres que trasladó a México y que para 1949 encontrarían exhibición en Polanco, tanto en el Nº 232 como en el Nº136 de Aristóteles, donde adquirió otro inmueble que perteneció a doña María Félix.



En Polanco, aquel fraccionamiento que en 1948 nació como “Chapultepec-Polanco” por el impulso de la empresa urbanizadora “De la Lama y Basurto”, había seguido extendiéndose hacia el Este y Norte, y desde 1941 –ya para entonces a cargo de la “Urbanizadora Cedros”– se habían trazado las calles entre las hoy avenidas Ejército Nacional y Horacio. Arriba, el fragmento de una imagen aérea de la Compañía Mexicana de Aerofoto, fechada en 1945 en que aparecen las avenidas Homero y Horacio (con los cedros que se habían plantado a lo largo de una vía férrea de la Hacienda de los morales. Ver  ), y al centro la calle de Aristóteles, en la que he señalado la casa Nº232.

En un predio de 438 m² y frente de casi quince a la amplia calle dedicada al filósofo, polímita y científico nacido en la ciudad de Estagira, Aristóteles –Ἀριστοτέλης–, la casa no es lo que se esperaría como marco para albergar una destacada colección de muebles y decoraciones, pero era apenas el paso inicial en un proyecto que prevería construir un gran recinto para albergar el repertorio, proyecto que al paso del tiempo se modificó, con la compra de una casa que había pertenecido a doña María Félix (Ver), apenas unos metros al sur y sobre la misma calle.


En el Número 287 de “SOCIAL” que apareció en junio de 1960, se hacía –en la sección “la Mesa Elegante y Residencias de México”– un recuento que reseñaba la casa de don José Luis Giribet y Solovera, y que a la letra detallaba:
Con renovado interés vuelve SOCIAL a la magnífica residencia de don José Luis Giribet y Solovera, sita en las calles de Aristóteles, de la Colonia Polanco. Ahora, encontramos no solamente la extraordinaria colección de piezas de indiscutible mérito, ya mencionadas en aquel reportaje publicado hace seis años. De sorpresa en sorpresa fuimos anotando en nuestro carnet los nuevos bellísimos objetos que en el transcurso de estos años don José Luis ha ido atesorando durante sus muchos viajes por el extranjero. ¿Será necesario insistir en la inigualable calidad de todo lo que aquí ofrecemos?



E iniciaba la descripción de 1960 con:
Desde luego, la fachada presenta una discreta y elegante modernidad con atinadas soluciones en la combinación de los materiales empleados: pasta gris arena, cantera de Guanajuato para el marco del gran ventanal, hierro esmaltado en blanco para las mangueterías, barandales a la forja y como complemento, bellas plantas de ornato en el jardín, de las que resaltan los preciosos injertos de rosal en plena floración. La puerta principal y la del garaje, esmaltadas en blanco.

El texto firmado por Mariano Dueñas dista mucho de las reseñas que años antes preparaba para los lectores de SOCIAL don Francisco Borja Bolado -director de la publicación- y en algunos casos comete doloridos errores y tropieza con imprecisiones.
Al transponer el umbral, pasando por el breve y muy agradable vestíbulo, colocamos nuestra cámara en perspectiva hacia el salón. Algo único en donde hay de todo: lujo, buen gusto y extraordinarias piezas, algunas únicas en el mundo. Desde luego, anotamos los suaves tonos de la decoración en grises para los muros y plafond, y negro en el mármol del piso, recubierto este casi en su totalidad por dos regias alfombras, Kirman Imperial la del fondo y china le del primer término. El set del primer término está formado por el juego auténtico –Luís XV– con tapices de Aubusson, de tonos muy delicados en franca armonía con el oro de la madera. La mesita, Luís XV también con adornos de bronce dorado y en ella, tres piezas de porcelana e Meissen, parte de la gran colección que aquí encontramos. Junto al sofá, cómoda de la época con medallones de Sévres, cubierta de mármol y sobre ella, piezas de Lalike (por Lalique) y otras de Meissen. Mencionamos especialmente, el óleo –batalla–, firmado por Carlo Moretti (1676-1739).


Siempre me resulta triste el no poder ver los colores en las imágenes de la revista, y un ejemplo indiscutible es la “cómoda” –en rigor un Meuble à Hauteur d'Appui– con medallones de porcelana de Sévres, que sin duda debió ser sorprendente…


Para el “juego auténtico –Luís XV– con tapices de Aubusson”, se pueden encontrar innumerables equivalencias, y muestro un conjunto que apareció en “Auction/France” por 2015 como: “IMPORTANT MOBILIER DE SALON EN BOIS DORE RECOUVERT DE TAPISSERIE D’AUBUSSON Comprenant un canapé et quatre fauteuils. Modèle à dossier plat sculpté de fleurettes en son milieu, au milieu de la traverse avant et en haut des pieds avant cambrés. Accotoirs en coup de fouet. Ils sont recouverts d’une superbe tapisserie d’Aubusson présentant des personnages sur les dossiers et des animaux sur les assises. Beau travail de style Louis XV exécuté au XIX siècle.”


Complementando la idea del mobiliario, los tapetes parecen haber sido de buena factura, en particular el Kirmān Imperial del fondo, con su gran medallón central, inspirado en los producidos durante el S. XV y XVI en la región de Kirmān en el sur de Persia.

Y sigue Mariano Dueñas:
¿No cree el lector que este ángulo de la casa es algo verdaderamente magnífico?
Está formado por la chimenea, finamente tallada en cantera gris, con cubierta de mármol y en ella tres piezas de Sévres, enjoyado, de las que sobresale el reloj, considerado único por estar rematado en la parte de arriba con un jarrón. En el muro, obra del gran maestro del rococó Jean Marg (Sic.) Nattier (1685-1776), estupendo retrato de Luís XV, que luce primorosamente en traje de Corte –cetro, sedas, armiño–. A los lados dos piezas únicas: candelabros de Meissen, hechos para el rey Luis de Baviera en 1845 y exhibidos en la exposición de Bruselas en 1850. Tienen tres metros de altura y priva en ellos el tono rojo bermellón, el oro y poseen doce brazos. Un par de menores dimensiones fue obsequiado por Luis de Baviera a la reina Victoria y están actualmente en el Castillo de Windsor. Mencionamos finalmente el biombo de la chimenea con tapiz de Aubusson y la cómoda de la izquierda, de la misma época, así como el óleo y la pieza de porcelana austriaca.


En realidad, el óleo es una de las copias que se hicieron de un fragmento del gran óleo de Louis-Michel Van Loo –pintor oficial de le Corte española y retratista de Luis XV– con el título “Louis XV en costume de Sacre” que copiaría Jean-Martial Frédou de la Bretonnière –alias Frédou– en1766. Este lienzo es relevante porque la tela original de Van Loo está extraviada y apenas existen dos copias directas, una en Versalles (del propio Frédou, respetando la composición y dimensiones originales) y otra en Beaune, además de otras diversas copias de autores y aptitudes diversas…


Así, el “retrato de Luís XV” no es “obra del gran maestro del rococó Jean Marc Nattier” como nos dice Dueñas, sino la copia de una sección del lienzo de Louis-Michel Van Loo con el título “Louis XV en costume de Sacre” (Luís XV en atuendo de investidura) de Frédou, y formó parte de un lote de lienzos que se vendió –éste como “Portrait of Louis XV in coronation attire, french school of the 19th century”– en la subasta de la casa Christie’s de Nueva York en 1999.

Al mirar la composición, no me cabe duda que la intención de Giribet fue repetir la disposición que en Herrenchiemsee creó Luis II de Baviera –der Märchenkönig–, festejando la opulencia del Palacio de Versalles de Louis XIV de Francia, aunque con un retrato más corto de Luis XV y candelabros monumentales austriacos…



En lo referente a esos “Candelabros de Meissen” me ha sido imposible rastrear su paradero, encontrar piezas equivalentes en los catálogos de “Meissen Manufaktur” o ubicar los que adornaron el Castillo de Windsor. Son piezas poco comunes y con algunas características que no son frecuentes en las piezas de Meissen, y parecerían más pertenecer a la escuela de Dresden o Capodimonte…

Superficialmente, las piezas tienen más afinidad con lo producido por la Kaiserlich privilegierte Porcellain Fabrique (Real fábrica de porcelana de Viena) que cerró en 1864, o la Sächsische Porzellan-Manufaktur Dresden (conocida como la fábrica de porcelana de Dresde) que desde 1872 inició su gran producción desde Gründerzeit. En todo caso, abajo aparece don José Luis mostrando -orgulloso- uno de sus candelabros monumentales de tres metros de alto, en 1970.



Retomando el texto de Mariano Dueñas:
Tenemos ahora el enfoque opuesto, del fondo del salón hacia el vestíbulo, perspectiva en la que se pueden apreciar con mejor detalle de lo ya descrito, destacando además el busto de mármol de María Teresa de Austria, Emperatriz de Francia, firmado por Barye, sobre graciosa columna jónica, de mármol también. Los candelabros, franceses, del siglo XVIII, en bronce y mármol y, en forma especial, la gran cómoda Luís XIV –anterior a la época de Boulle– con preciosos adornos de bronce y en bronce, trabajados a la cera perdida, varios “amorcitos” y cuatro atlantes. Sobre la cubierta de mármol, juego de Meissen –reloj y jarrones– con escudos imperiales. El óleo es obra de Sir William Beechey y es el retrato del príncipe de Courselles.


Aquí nuevamente sorprende la descripción de Dueñas, con su “gran cómoda Luís XIV”–mueble que en la foto se distingue a la derecha y al fondo– y que no es otra cosa que una réplica de una de las fantásticas piezas del mobiliario que para la recámara de Luis XVI en Versalles creó Jean-Henri Riesener, y de la que constantemente aparecen en subasta copias de mudable calidad. La “Commode” de Riesener, fue parte de un conjunto encargado en 1775 y que sería intervenido por el propio autor luego de la Revolución (cambió el lienzo central de marquetería que representaba a Minerva con los escudos del rey y la reina) y ahora se exhibe en el Musée Condé en el Castillo de Chantilly; la cómoda de Giribet era una copia probablemente ejecutada por la casa “E. Kahn & Cie.” de París, entre 1910/20.


Creo necesario anotar que el ebanista, escultor y decorador francés André-Charles Boulle (París, 1642 – 1732) estuvo activo durante el reinado de Luis XIV, y obtuvo el nombramiento de «ebanista del rey» en 1672; los muebles de Riesner se encargaron en 1775, tiempo luego de muerto Boulle. Además, creo necesario agregar que los “preciosos adornos de bronce y en bronce, trabajados a la cera perdida… y cuatro atlantes” corresponden a cuatro figuras –en bronce dorado de magnífica factura al igual que el resto de la ornamentación– que representan a Marte, Hércules, Prudencia y Templanza…



Encima de la “Commode” de Riesener, el “juego de Meissen –reloj y jarrones– con escudos imperiales” debe haber agregado sorprendente colorido, y es muy del gusto de quienes aprecian la porcelana blanca; recordemos que en Meißen (una ciudad alemana en el ahora estado federado de Sajonia) se produjo la primera porcelana Europea –en el castillo gótico de Albrechtsburg–, ya que antes solo las piezas importadas de oriente estaban fabricadas con la pasta blanca –a base de caolín– con superficie blanca y lustrosa que se consideraba refinada y distinguida.

Luego del éxito experimental en 1708 de Ehrenfried Walther von Tschirnhaus, la producción de porcelana de Meissen comenzó recreando piezas que intentaban replicar las decoraciones chinas, y luego en 1710 atrayendo artistas y artesanos que crearon una nueva estética. La compañía sigue activa como Staatliche Porzellan-Manufaktur Meissen GmbH y su logotipo –dos espadas cruzadas– se creó en 1720 con la intención de protegerse de falsificaciones.


Las piezas de porcelana de Meissen obedecían a una estética que no necesariamente resulta atractiva a la mirada contemporánea, pero su extraordinaria calidad e influencia en el siglo XVIII, estimuló la competencia, y otros países –luego del arduo proceso de encontrar caolín y re-descubrir los procesos de cocción y esmaltado, que en Meissen se guardaban celosamente– crearon sus propias fábricas de porcelana, entre las que destacaría en la Francia de 1740, la Manufactura de Vincennes que se fundó con el apoyo de Luis XV y Madame de Pompadour, y que llevaría a la creación de la prestigiada Manufacture nationale de Sèvres.

Finalmente agregar que me parece improbable el que Sir William Beechey haya pintado un retrato de Daniel de Rémy de Courcelle , Sieur de Montigny, de La Fresnaye et de Courcelle (1626-24 de octubre de 1698) que fuera el Gobernador general de Nueva Francia desde 1665 hasta 1672, ya que los retratos de Beechey giran en torno a personajes de la política inglesa; es más plausible que el lienzo presentado en el recibidor se tratara de la copia de un retrato de Robert Le Vrac Tournières, que pintaba a los funcionarios francéses del período, tal y como lo hiciera con Charles de la Boische en el retrato del Marquis de Beauharnois –Gobernador de Nueva Francia entre 1726 y 1747–, lienzo fechado en 1748.



De vuelta a la descripción de la casa en SOCIAL de Junio de 1960:
Estamos ahora en el comedor, señorial también. La decoración de los muros y el plafond, realizada en suaves tonos de gris. El piso de mármol negro y el menaje compuesto por un auténtico juego Chippendale, formado por la mesa de extensión, las sillas tapizadas de damasco rosa igual que el de las cortinas. En la vitrina –a la derecha–, rica colección de cristal cortado y en el aparador –a la izquierda–, bellísimas piezas de Meissen. De muy buen gusto, el carré de cristales en el muro, que multiplica las bellezas del conjunto. Al fondo, dos estupendos tibores de Sajonia, que tienen como base cuatro esfinges de bronce. Al centro, en bronce también, busto de María Antonieta. Mencionemos finalmente la gran alfombra china, los arbotantes y candil de Lalike (Ibid.)…


El “busto de María Antonieta” parece ser una de las innumerables réplicas que en bronce se hicieron del famoso busto en mármol “Marie-Antoinette, reine de France (1755-1793)” de Felix Lecomte que se conserva en el palacio de Versailles. Mientras que los “dos estupendos tibores de Sajonia” deben haber sido piezas de especial importancia para don José Luis, ya que frecuentemente se retrató con ellos…


No se piense que “el carré de cristales en el muro” complementando la decoración es cosa extraña: en el mismo período la casa de la familia González Jauregui/Rivas -ahora centro Cultural Helénico- (Ver) en la Avenida Revolución, ostentaba el mismo tipo de contraposición, también con un “carré de cristales en el muro, que multiplica las bellezas del conjunto”…



Y retomando el texto de Mariano Dueñas:
Pasamos a la planta superior y en el enfoque vemos un salón íntimo, no menos elegante que el resto de la casa. Desde luego, el gran sofá y los sillones tapizados en seda roja y blanca, piezas muy elegantes, de líneas modernas, que van muy bien con todo el conjunto. El tapete es chino, como los ya descritos anteriormente. En el centro, mesita francesa con taraceas de nácar y filetes de metal. El óleo del muro es retrato del príncipe-cardenal Armand Gastón de Rohan, pintado en 1740 por Alexander Sacharoff. A los lados, paisajes holandeses, óleos del siglo XVIII. Y en primer término dos fabulosos –esa es la palabra– candelabros que pertenecieron a los Médicis, en bronce con base de mármol.


Me inquieta el pensar que el Palazzo de los Médici en Florencia –obra de Michelozzo di Bartolomeo edificada en 1444, por encargo de Cosme de Médici– hubiera albergado algunas piezas con esas características; me parece que más tienen de barroco que de renacentista los candeleros. Para ilustrar, aparece abajo un magnífico candelero de la capilla lateral de la basílica de Santa María degli Angeli e dei Martiri –en Roma–, pieza de indudable estirpe barroca…


Algo que sí me asombra, es que en la casa se exhibera el “Portrait d’Armand-Gaston-Maximilien, Cardinal de Rohan-Soubise”, atribuido por Mariano Dueñas a Alexander Sacharoff y que es en realidad obra del estudio de Nicolas de Largillière (francés, 1656–1746), lienzo que en 2010, apareció en la subasta del 22 de mayo de “Neal Auction” de Nueva Orleans…



Los lectores de SOCIAL pueden ver una de las muchas piezas de Boulle que se encuentran en diversos lugares de la casa. Esta cómoda (1.60 de alto por 2.00 metros de longitud) pertenece a la mejor época del inigualable maestro que fue Charles-Augusto Boulle, que con sus creaciones llenó los palacios del “gran siglo”. En las vitrinas hay piezas de mucho mérito, destacando una corona de oro, diamantes y amatistas. El reloj -sobre la cubierta-, francés, de bronce con plaquillas de porcelana. Estaba en el Palacio Real de Madrid y es regalo de S. M. el rey Alfonso XIII y la reina María Victoria Eugenia a la condesa de Solovera, dama de honor de la reina y madre del dueño de la residencia que visitamos.


Como ya anoté antes, el ebanista, escultor y decorador francés André-Charles Boulle (París, 1642 – 1732) estuvo activo durante el reinado de Luis XIV, y obtuvo el nombramiento de «ebanista del rey» en 1672. Aunque dejó cuatro hijos que siguieron sus pasos –Jean-Philippe (1690-1745), Pierre-Benoît († 1741), Charles-André (1685-1749) y Charles-Joseph (1688-1754)–, ninguno es “Charles-Augusto”.
La “marquetería Boulle” es reconocible por la inserción en maderas preciosas de materiales como concha de tortuga, cobre, nácar y latón; aunque la técnica apareció desde el S. XVI, sería Boulle quien la llevaría al esplendor con el detallado ensamblaje de los diversos materiales.


Aunque esta era seguramente una pieza fabricada en el S.XIX y vendida como “Enfilade en marqueterie Boulle, avec porte bombée pleine en façade et lateraux avec porte galbée et vitrée”, el trabajo de marquetería en carey y lámina de latón dorado tendría el mismo hechizo que las piezas del S. XVIII, aunque no necesariamente la legitimidad...



En lo que se refiere al “reloj francés, de bronce con plaquillas de porcelana”, se trataba seguramente de una pieza francesa en bronce cincelado y dorado, con mosaicos polícromos en porcelana de Sèvres y manufactura decimonónica. Al paso del tiempo, innumerables “pendule” han salido al mercado y generalmente resultan sorprendentes…



Recuérdese que la idea de tener una máquina que señalara el tiempo en una caja compacta, fue sinónimo de riqueza desde el S. XVII, y los palacios se llenaron de esas máquinas de tiempo; aunque hay varios fabricantes de maquinaria, con regularidad las cajas se encargaron a artesanos diversos y los diseños fundidos y labrados en bronce dorado se engalanaron con aderezos diversas, incluidas placas de porcelana elaboradas en Sèvres

Arriba y abajo: “Horloges Style Louis XVI avec Plaques en Porcelaine Sévres” magníficos ejemplos de “Garniture cheminée” subastados recientemente y que siguieron siendo populares en el siglo XIX a pesar de ya no ser vanguardia...



En innumerables ocasiones, la “Manufacture nationale de Sèvres” colaboró con relojeros para ejecutar las “Garniture compéte” a la manera de la que adorna la chimenea principal de la casa, complementando el reloj con jarrones y piezas de porcelana en el tradicional color azul cobalto y oro…




Sigamos con la descripción de Mariano Dueñas:
En este enfoque vemos una parte del Hall superior. En el centro, mesa –otra pieza de Boulle– sobre la que están dos jarrones enjoyados de Sèvres en azul cobalto y juego de té, inglés, en plata finamente trabajada, de elegantes líneas. Al fondo, otra cómoda de Boulle y en el muro, retrato de James, duque de York, obra de Sir Godfrey Kneller (1645-1723), que pintara también los retratos de Luis XIV de Francia, Jaime II de Inglaterra, Guillermo II, Pedro el Grande, catalina de Rusia, la reina Ana, Carlos VI de España…. A la derecha, otra de las extraordinarias pinturas que posee el señor Giribet: un Rubens (1577-1640) “La Diosa del Amor”. Sin comentario.


Mucho me temo que la nota si requiere de comentario…

Aunque es factible que el lienzo que se distingue a la extrema derecha si presente a Venus/Diana (diosa del Amor) y al lado un Cupido desprovisto de su flecha –una popular historia, registrada por Ovidio en que Venus queda prendada de Adonis por las diabluras de Cupido–, es imposible que el lienzo de la fotografía provenga del pincel de Rubens…

Aunque Pedro Pablo Rubens tocó el tema –un buen ejemplo es “El jardín del Amor”, lienzo que se conserva en el Museo del Prado– el óleo de la casa Giribet no tiene elemento alguno que nos haga pensar siquiera en el pincel exuberante, dinamico y sensual de Rubens. Siendo liberal, se me ocurre que pudiéramos estar frente a algún discípulo o seguidor de François Boucher (1703-1770), que con tantas variantes pintara la “Venus desarmando a Cupido” (Venus desarmando a Amor o el Baño de Venus), obras que tan copiadas e interpretadas fueron en el siglo XIX…


Sospecho que el desconocimiento del tema por parte de Mariano Dueñas, una terrible confusión al tomar notas, o mala información por parte de don José Luís, le llevaron a registrar el lamentable traspié y algo similar sucede con “retrato de James, duque de York, obra de Sir Godfrey Kneller (1645-1723), que pintara también los retratos de Luis XIV de Francia, Jaime II de Inglaterra, Guillermo II, Pedro el Grande, catalina de Rusia, la reina Ana, Carlos VI de España”…

Sir Godfrey Kneller (cuya ficha señala como fecha de nacimiento el 8 de agosto de 1646 y el 19 de octubre de 1723 como fecha de muerte) fue efectivamente un retratista que sirvió como pintor en las cortes de varios reyes ingleses; alumno de Ferdinand Bol y Rembrandt, su obra es numerosa, habiendo retratado a una decena de monarcas europeos –incluído Luis XIV de Francia– y creando al menos cuarenta y cuatro retratos de los miembros del Kit-Cat-Club, un club de hombres de letras y destacados políticos. Efectivamente, Kneller retrató a “King James II as Duke of York” –retrato que se conserva en The National Trust– pero ese retrato -abajo- poco tiene que ver con el que aparece al centro de la imagen que se publicó en SOCIAL…



Finalmente, la “mesa –otra pieza de Boulle–” debería registrarse como copia de “Table de Milieu” o “Table violon”, una de las innumerables –y ocasionalmente buenas– copias de los muebles que se fabricaron en el S. XIX siguiendo el diseño de André-Charles Boulle, ejecutadas también en bronce y carey; en este caso la pieza era de “Bedel & Cie.” un reputado mueblero parisino…



Y prosiguiendo con la descripción de SOCIAL:
El enfoque de la cámara permite ver, desde el fondo del salón superior hacia el Hall, un ángulo diferente de esta magnífica casa, donde apreciamos varias de las cosas ya descritas anteriormente: las mesas, los juegos de porcelana, los candelabros de los Médicis. Añadiremos a lo dicho, el candil de Lalike y sobre la cómoda de la derecha, un antiguo busto de Safo, trabajado primorosamente en mármol. Nada más…



El texto de Dueñas publicado en 1960, termina con:
Llegamos finalmente a la alcoba principal. Desde luego, el lecho cubierto de seda de suaves tonos igual que las cortinas del gran ventanal que da al jardín posterior. A los lados de la cama, mesitas de noche laqueadas en negro con veladoras de Bohemia. En el muro, capa de luces en negro y oro –preciosa– y de dramática belleza, el Santo Cristo, talla de marfil, del siglo XVII, sobre cruz de palo santo con remates en oro. Muy gracioso, el sillón y primoroso el secretaire, Luis Felipe, con medallones de bronce y porcelana. Anotamos finalmente el sinnúmero de piezas de cristal cortado y porcelana en las repisas y cubierta del secretaire.



Sospecho que el mueble a que Dueñas se refiere como “secetaire Luis Felipe” es una copia de las piezas que en tiempos de Luís XVI produjo Martin Carlin (c. 1730–1785), ebanista nacido en Friburgo y que en París sería reconocido por su “magníficos muebles con insertos de porcelana de Sèvres”. Abajo, el magnífico “secrétaire à abattant” de Martin Carlin que se exhibe en el Metropolitan Museum of New York…




Años después, don José Luis Giribet agregaría a su colección lo que en 1970 describió como: “Una venerable reliquia histórica: la cama en que durmió la emperatriz Carlota”, magnífico complemento a mi colección.


En la entrevista publicada en el diario “Novedades” el domingo 6 de septiembre de 1970, don José Luis contó a Martha De la Lama:
“Mi colección de objetos de arte está valuada en 20 millones de pesos, pero nadie me regaló ese dinero, ni lo gané en la lotería. He hecho mi capital trabajando como comerciante y he reunido las piezas de mi colección a través de toda mi existencia y con grandes esfuerzos. En la vida todo cuesta trabajo, nada es fácil, ni siquiera el ser feliz…”
“Poseo objetos que han pertenecido a los príncipes de Mónaco, otros que fueron del célebre periodista norteamericano Randolph Hearst, y varios más de los que fue dueña la actriz Marion Davis. Tengo un par de candelabros de tres metros de alto que pertenecieron al rey Luis de Baviera.”


En aquella misma entrevista, De la Lama agregó:
Su pieza favorita, sin lugar a dudas, es la cabecera para cama en plata que Diego Rivera diseñó para María Félix y que él compró recientemente. Única en el mundo, la cabecera es impresionante: tiene varios ángeles que sostienen en las manos rosas y margaritas, las flores favoritas de la actriz, y en medio una leyenda: “María de los Ángeles…
En la pared, a un costado de la cama, hay un retrato de la Doña en rosa y verde que fue pintado por Ocejo.

Ya don José Luís se había manifestado admirador de María Félix cuando compró la casa que la actriz habitara en Polanco –en el Nº136 de Aristóteles (Ver)– y que en 1950 había aparecido en la revista SOCIAL Nº 162.


En 1979, Giribet indicó en entrevista:
Respecto a la cama, … “Cuando yo muera quiero que se llevada al museo de Diego; el Anahuacalli, para que el pueblo de México pueda admirarla ahí.”
“Pienso donar varias piezas al museo del Castillo de Chapultepec, y las demás las distribuiré entre mis familiares y personas que por su trato merezcan mi buena voluntad. Estoy en contra de la costumbre de heredar todo a la familia. Los parientes generalmente se sienten con los derechos sobre una herencia y en realidad no tienen ninguno, pues la relación sanguínea es producto de la casualidad.”



Luego de su inesperada muerte en 1987, no he logrado encontrar alguno de los objetos en las bodegas del Anahuacalli o Museo Nacional de Historia…



Este Blog se hace gracias al apoyo incondicional de Julieta Fierro; está dedicado a las “Grandes casas de México” y pretende rescatar fotografías e historia de algunas de las residencias que al paso del tiempo casi se han olvidado y de las que existe poca información publicada. El objeto es la divulgación, por lo que se han omitido citas y notas; si alguien desea mayor información, haga favor de contactarme e indicar el dato que requiere. A menos que se indique lo contrario, las imágenes provienen de mi archivo, que incorpora imágenes originales recopiladas al paso del tiempo, así como el repertorio de mi padre y parte del archivo de don Francisco Diez Barroso y sus imágenes de Kahlo; en general, he editado las imágenes a fin de lograr ilustrar mejor el texto. Si se utilizan las imágenes, favor de indicar la fuente –aunque advierto que pueden tener registro de autor–.



Conforme haya más entradas (¡Ya hay más de un centenar!), aparecerán en el índice a la parte superior derecha de ésta página…



También se puede encontrar un índice general en: http://grandescasasdemexico.blogspot.mx/2016/02/indice-de-grandes-casas-de-mexico.html

Ver














2 comentarios:

  1. Maestro Gossman,

    Mucho gusto y buenas tardes.

    Espero no importunarlo, el motivo de mi mensaje es para realizar (si es posible) una consulta.

    Me encuentro editando un libro de arquitectura y monumentos de la Ciudad, es una especie de álbum histórico al que no quise ponerle solo fotos y decidí indagar en la amplia bibliografía que hay sobre el tema.

    Me encuentro en los años 30 por el momento y estoy bloqueado con una información: el nombre del arquitecto y los ingenieros que construyeron el edificio del Banco Mexicano S.A. en 5 de mayo y motolinia.

    Me resulta muy extraño que tanto el arquitecto como el escultor (Juan Leonardo Cordero Osio) estén tan ausentes, (al menos en mis libros).

    Esperando usted tenga alguna pista, solo me queda expresarle mi admiración por tan constante trabajo en Grandes Casas de México y su trayectoria a la cultura.

    Si le es posible, mi contacto está adjunto: fer.aldabal@gmail.com

    Atentamente, Fernando Aldama.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Hola Fernando!
      Gracias…
      En efecto, hay muy poco escrito respecto a la labor de Cordero…
      Afortunadamente, en el Banco Mexicano firmó el magnífico relieve de la esquina –que tanto me recuerda lo que luego haría Oliverio Martínez– con su “HIZO CORDERO”…
      Puedes encontrar un poco más de su obra en el edificio de la “Asociación Cristiana Femenina Mexicana (YWCA)” de 1923/33, en la esquina de Av. Morelos y Humboldt, donde trabajó con José A. Cuevas, R. S. Gore y B.H. Adams…
      ¡Saludos!
      Mi primer apellido es Fierro…
      RF

      Eliminar