martes, 26 de abril de 2022

La casa Basurto / Granda en la Colonia del Hipódromo.


Edificada en 1927 como ejemplo de la arquitectura moderna –que ahora llamamos “Decó”– y remodelada luego en estilo “Colonial Californiano” a fin de permanecer a la vanguardia, la casa de don Raúl A. Basurto y Carmen Granda en el Nº183 de la Avenida México –esquina con Avenida Sonora–, sería modelo de la propuesta urbanística que la mancuerna “De la Lama y Basurto” formulaba en la capital.

El conjunto recibiría otras construcciones y en 1948 el emblemático “Edificio Basurto” se edificó en sus límites, mientras que luego de destruida la casa, el predio se incorporó a la tienda “París Londres”, con una estructura que aún sobrevive -parcialmente-, transformada en “Real Loft”…




Aunque en 2013 ya había escrito acerca de esta casa (Ver) en mi blog relativo a las edificaciones de Polanco, retomo ahora el tema con un poco más de información…

Raúl Alfonso Basurto Moreno sería desde muy joven, reconocido como extraordinario administrador; cuarto hijo de don José Guadalupe Basurto Mondragón (1860-1929) y María de Jesús Moreno, nació en la Ciudad de México en 1897, luego de María Eugenia (n. 1890), Carmen (n.1894) y Rosa (n.1896), y seguido después por Gustavo (1901-1932), todos Basurto Moreno.

Desde joven demostró un extraordinario talento mercantil, cosa que le permitió incursionar en la banca y en una compañía urbanizadora creada específicamente para aprovechar su talento financiero por José G. De la Lama; desde 1925 se le conoció como “el mago de las calles”, y para 1940, su talento administrativo le hizo adquirir el mote “Rey Midas de los negocios inmobiliarios” a la cabeza de su “Banco Hipotecario, Fiduciario y de Ahorros S.A.”.


Raúl A. Basurto contrajo matrimonio en 1911 con María del Carmen Granda Sánchez (en algunos documentos aparece como Gándara) –hija menor de don Víctor Granda Valle 1861-1908 y Concepción Sánchez Puebla 1869-1918–, y uno de sus hijos permanecería activo en la esfera inmobiliaria como Raúl Jorge Basurto De Granda.


Agreguemos ahora a otro personaje trascendente para esta historia: don José G. De la Lama, que desde 1915 fungió como agente inmobiliario de don Alejandro Escandón y del que nos cuenta Israel Katzman que “José G. De la Lama vivió entre 1867 y 1975; en las fachadas de muchas de sus obras agregaba a la inscripción de su nombre la de Arquitecto, sin embargo, parece que no poseía título académico”. Fue de los emprendedores que más construyeron –esencialmente arquitectura residencial– en las dos primeras décadas del siglo XX y se asoció con el ingeniero belga Erghard Zwicker además de contratar en sus oficinas a varios jóvenes ingenieros/arquitectos como José Luís Cuevas, Francisco J. Serrano y Enrique Aragón Echeagaray, así como a sus propios primos y hermano.


Como agente inmobiliario de los Escandón, los Escandón-Buch y los Escandón-Arango (propietarios de varios predios urbanos que eventualmente serían fraccionados), De la Lama trabajó desde varios inmuebles –como la casa de la familia Cobián-Amézaga en la calle de Sadi Carnot (Ver)–, pero por un largo período las oficinas y despacho de asentaron en la gran casa de Paseo de la Reforma Nº30 que había pertenecido a la familia Buch-Escandón (Ver) que luego de la Decena Trágica había pasado a albergar a don Adolfo De la Lama (Secretario de Justicia y Hacienda con Victoriano Huerta) y permaneció desocupada hasta 1920.


Así, desde 1921 la casa Buch-Escandón funcionó además como despacho para la nueva sociedad “De la Lama y Basurto S.A.” y sería el sitio en que se diseñaron (en 1923) “Insurgentes-Chiapas” primero e “Insurgentes-Jalísco” después (en 1922) y el propio arquitecto José Luís Cuevas Pietrasanta presentaría ahí las propuestas para el nuevo y más grande proyecto de inversión para el Hipódromo de La Condesa.

El enorme terreno de la casa está ahora ocupado por el edificio que se promociona como “WeWork espacio de Oficinas & Coworking” en Paseo de la Reforma Nº26, aunque la casa incorporaba los Nº 28, 30 y 32. El predio vecino en el Nº34 de Reforma –que en la foto de arriba aparece con altos techos en Buhardilla y ahora recibe un edificio que funcionó como hotel y ahora está abandonado– fue la residencia de la familia Terrazas. Abajo, en una fotografía de la Compañía Mexicana de Aerofoto fechada en 1936, aparece el Paseo de la Reforma y bajo el asterisco, la casa Buch-Escandón que por entonces aún albergaba “De la Lama y Basurto S.A.”


Desde 1922, don José De la Lama había designado como administrador a su joven director Raúl Basurto –también agente fiduciario que ya estaba además a la cabeza de la “Unión de Crédito Inmobiliario PROGRESO”– para supervisar y administrar el desarrollo de una sección llamada “Insurgentes-Chiapas” en la parte Sur de la Colonia Roma y al año siguiente creó “De la Lama & Basurto S.A.” para encargarse de la lotificación de la sección “Insurgentes-Jalisco” que urbanizaría la primera ampliación formal de la Colonia Roma hacia el poniente.


Al paso de los años, “De la Lama & Basurto S.A.” urbanizarían una sorprendente superficie en la Ciudad de México, León, Estado de México y Morelos, con fraccionamientos entre los que destacan la ampliación de Lomas de Chapultepec (1937) y Polanco (1938), pero también Alce Blanco (1956) y Lomas de vista Hermosa (1958)…


Pero volviendo a los años 20’, como ya he indicado, Basurto había creado la “Unión de Crédito Inmobiliario PROGRESO” y ya asociado con don José De la Lama se lanzaría a crear dos conjuntos: “Insurgentes-Chiapas” e “Insurgentes-Jalisco”, urbanizaciones exitosas que dadas la nuevas circunstancias y conflictos de la administración del Jockey Club con el Gobierno del Distrito Federal, les llevaría a poner la mira en el amplísimo óvalo del Hipódromo de la Condesa que luego de la lucha revolucionaria había visto estropearse su éxito de aquel período de apogeo en 1910, y era ya apenas aprovechado para otros usos, como carreras de autos.


Nos cuenta María del Carmen Collado –que ha estudiado extensamente el período, y publicado acerca de la trayectoria de De la Lama y Basurto– que:
Otro de los negocios relevantes en los que participó fue en la Colonia Ex hipódromo Condesa, propiedad de los accionistas del Jockey Club, ubicada al lado de la famosa colonia porfiriana (Roma). Los propietarios decidieron convertir su pista hípica en colonia en 1923, a causa de un conflicto que tuvieron con el gobernador del Distrito Federal, Celestino Gasca, (prominente miembro del Partido Laborista), quien pretendió subir el impuesto predial del hipódromo como si se tratara de una zona edificada y no de un terreno sin construir en 1922. Los afectados presentaron un amparo y lo ganaron, pero el pleito con las autoridades locales los impulsó a cerrar el negocio y comercializar los terrenos.
Para ello, previo acuerdo con el presidente Álvaro Obregón, los socios celebraron un contrato con José G. de la Lama y Raúl A. Basurto mediante el cual éstos se harían cargo del fraccionamiento, tanto de los convenios necesarios con las autoridades del cabildo, como en lo concerniente a la introducción de las obras necesarias y la venta de los lotes al público.



Así, la pista del Hipódromo, sus gradas y edificios de servicio serían desmantelados y sustituido el trazo de la pista por un nuevo fraccionamiento –Insurgentes Hipódromo– que para 1928 causaba gran impacto en la sociedad capitalina, con su amplio parque central, así como servicios e instalaciones que sorprendían con innovación y diseño.

Por su parte, nos dice Jannette Porras que desde principio de los años veinte, el “consorcio fraccionador De la Lama y Basurto, Sociedad Anónima, se interesa en la compra del terreno que había sido el Hipódromo de la Condesa e inicia las gestiones para negociar la superficie que tenían que donar para un gran parque que cumpliera con el nuevo reglamento de urbanización de la Ciudad de México, quedando ésta en 87,000 m² después de haber rechazado los concejales la propuesta de los fraccionadores de 70,000 m²”. El trazo final de la colonia Hipódromo, que estaría a cargo del arquitecto José Luís Cuevas Pietrasanta, guarda semejanzas importantes con lo propuesto por Ebenezer Howard (1898) para las Ciudades Jardín (en su gran texto visionario sobre tener un parque central y las viviendas rodeándolo), siguiendo -en el diseño de Cuevas-, una forma cercana a la elipse que a muchos recuerda el que ahí existió un hipódromo…


Arriba, en una fotografía aérea de “Foto Comball” titulada EL TOREO y tomada mirando hacia el norte en 1919, aparecen al centro la “Plaza de toros de la Condesa” (terreno en el que hoy hay una tienda El Palacio de Hierro –Durango–) y la arbolada avenida Oaxaca; abajo, en primer plano, el Hipódromo de la Condesa con sus edificios de gradas (abajo a la izquierda) y caballerizas (al centro). Sobre la fotografía se remarca el trazo de la pista de carreras en azul y se ha indicado, el rasgo aproximado de las que serían avenidas Sonora –en rojo– y Del Hipódromo (que hoy llamamos Ámsterdam) –en naranja–, así como de la “Plaza Popocatépetl” al cruce de las calles de Cacahuamilpa, Popocatépetl, Celaya, México y Huichapan.

Para 1926 da inicio la urbanización de la colonia “Insurgentes-Hipódromo” por parte de la “Compañía Fraccionadora y Constructora del Hipódromo de la Condesa”, cuyos accionistas encabezados por José G. de la Lama y Raúl Basurto habían logrado la adquisición del predio luego de gestiones para negociar la superficie a donar para el parque, y que terminó siendo de 87,000 m². Abajo, un plano de lotificación para la colonia “INSURGENTES HIPÓDROMO” fechado en 1927, donde se ha marcado el predio en que se edificó –ese mismo año– la residencia Basurto-Granda –nótese que aún no existe el “Teatro al aire Libre” en el parque–.


Nos dice Manuel Sánchez de Carmona que: “En el Anuario de la Sociedad de Arquitectos Mexicanos de los años 1922-1923, el arquitecto Cuevas, fundador de la Sociedad, narra las consideraciones que tuvo para hacer el proyecto inicial. Pensaba que la decisión de dónde ubicar el parque era fundamental y condicionaba la lotificación; observaba que si se colocaba en uno de los bordes del terreno, iba a favorecer a lotes de los fraccionamientos contiguos en detrimento del nuevo fraccionamiento. Señalaba también que colocarlo hacia las avenidas Jalisco y Yucatán, sacrificaba los lotes de mayor valor por la cercanía a la ciudad. Una vez hechas estas consideraciones económicas revisaba los aspectos estéticos, pronunciándose por una alternativa de calles no alineadas en retícula, pues las consideraba “poco atractivas”, además de que no ayudaban a resolver el conflicto de las calles que llegaban al terreno, que lo hacían de manera angular y diferente de un lado y del otro.”


Arriba, en una fotografía oblicua tomada a principio de 1927 y que mira hacia el sur, aparece la colonia “Insurgentes-Hipódromo” con el óvalo de la Avenida Hipódromo (que hoy llamamos Ámsterdam), limitada a la izquierda por la Avenida de los Insurgentes; abajo al centro, aparece la “Plaza Popocatépetl” con su característica fuente de pabellón al cruce de las calles de Huichapan, Cacahuamilpa, Popocatépetl, Celaya y México; marcada en rojo, la casa Basurto-Granda en la esquina de las Avenidas México y Sonora. Nótese que claramente se distingue el estanque al centro del Parque San Martín, pero aún no existe el “Teatro al aire Libre” en la parte sur del parque…


Aquel parque dedicado a José de San Martín se transformaría en símbolo de la nueva sociedad postrevolucionaria mexicana –el general José Francisco de San Martín y Matorras es reconocido en Argentina como el Padre de la Patria y el «Libertador», mientras que en Perú se lo recuerda como el «Fundador de la Libertad del Perú» y «Fundador de la República», en tanto que Chile le reconoce el grado de capitán general– y gracias a una intensa campaña publicitaria, que en particular celebraba los nuevos elementos urbanos “de embellecimiento” –y otras instalaciones con que se salpicó el fraccionamiento y daba uso a la novedosa tecnología del Cemento Portland–, que iban de la mano con los nuevos sistemas financieros para adquirir terrenos con facilidades...
“Con la Compañía Fraccionadora y Constructora del Hipódromo de la Condesa S.A., y con solo DIEZ Pesos iniciales, podrá usted asegurar la mejor inversión de su vida…”


Para septiembre de 1926, la revista “Cemento -del Comité para propagar el uso del Cemento Portland-” publicó el número 15 que dedicaba buena parte del contenido a las innovaciones del fraccionamiento, dando sitio especial a los “Candelabros de concreto en el ex-Hipódromo de la Condesa”, donde “los Sres. Basurto y De la Lama no escatiman ningún esfuerzo para mejorar y embellecer las modernas colonias de nuestra capital…”



Desde agosto de 1927 y terminando en enero de 1928 –y presagiando el éxito comercial que significaba la aventura–, se agregaron una serie de obras al parque, incluyendo el popular “foro abierto” –que se edificó entre el lago y la calle Michoacán que atravesaba el parque, con diseño del arquitecto Leonardo Noriega y el ingeniero Javier Stávoli, agregando además relieves diversos de Roberto Montenegro y una fuente con escultura femenina de José María Fernández Urbina– así como una “ Columna reloj/radio con bancas” al centro de la parte sur del jardín; el teatro se dedicó al Coronel Charles Lindbergh luego de su visita a México en diciembre de1927 y aún conserva la placa de la dedicatoria. Abajo, una imagen publicitaria de diciembre de 1927 que apareció en El Universal e invitaba a la inauguración de la “Columna reloj/radio” diseñada por Leonardo Noriega y patrocinada por General Electric y la joyería La Violeta.



Arriba, en una fotografía de Luís Márquez tomada en enero de 1928 (DGPU-DBAC UNAM), la “Columna reloj/radio” y sus bancas perimetrales; el radio General Electric ya no opera y la banca con sus luminarias han desaparecido, dando lugar a una fuente. Para el visitante del S. XXI puede resultar extraño un radio en medio de un parque, pero recuerden ustedes que ese medio de comunicación era revolucionario en el período, y como ejemplo puedo citar que apenas unos años después, sería frente a esa “Columna reloj/radio” y sentados en esas bancas, que los habitantes de la colonia –gracias al receptor de onda corta– se enteraban el 1º de septiembre de 1939 que el ejército alemán invadía Polonia, iniciando la Segunda Guerra Mundial…


Arriba, en una fotografía de la Compañía Mexicana de Aerofoto fechada en 1932, destacan las curvadas avenidas México e Hipódromo (hoy Ámsterdam); aparece el Parque San Martin con sus veredas e infraestructura, donde se distinguen -al sur- la “Columna reloj/radio” y a la derecha, la glorieta al cruce de Av. Hipódromo e Iztaccíhuatl –esa “Plaza Iztaccíhuatl” aparece abajo con sus “Candelabros de concreto”– así como el “Foro Lindbergh” con su pérgola perimetral y al fondo la Avenida Sonora donde ya se había edificado la casa Basurto-Granda.



Comenzando 1928 aparecía en los diarios una nueva publicidad:
¡Gran teatro al aire libre Coronel Lindbergh!
Con supremo esfuerzo para conseguir que la Sección Insurgentes-Hipódromo se ubique entre los mejores fraccionamientos del mundo, lo habremos conseguido. ¡No se necesita ser rico! Tenemos excelentes lotes desde $19.oo metro cuadrado; 10% de contado (alrededor de $800.oo) y el resto en 60 mensualidades sin interés. (aproximadamente $125.oo al mes)



Abajo, el parque San Martín de la Colonia Insurgentes-Hipódromo donde sobresale la estructura del Foro coronel Lindbergh visto desde el norte en 1929 y con la Avenida Sonora en primer plano; ¡Un magnífico sitio donde construir una nueva casa con vistas a un parque!
Como ya escribí, el diseño de aquel “Teatro al aire libre” estuvo desde fin de 1927 a cargo del arquitecto Leonardo Noriega y el ingeniero Javier Stávoli, donde el proscenio –respaldado por un arco y cinco esbeltes columnas octagonales que rematan en una pérgola a manera de escenario–, estaría enmarcado por dos casetas que actuarían como resguardo y vestidores para los histriones, agregando además a los singulares remates de ascendiente muladí, relieves diversos alusivos al teatro ejecutados por Roberto Montenegro…




La gran área de orquesta y foro estaría bordeada también por columnas que sosteniendo una pérgola cubierta de buganvilias –seguramente un guiño a la pérgola de Adamo Boari en la Alameda y al lado del Teatro Nacional– y que permitía acceso al foro desde oriente y poniente bajo un par de arcos que haciendo eco al de la escena, permitían el paso a visitantes en un marco de novedoso y exótico diseño, casi un eco de lo visto en “l'Exposition internationale des Arts décoratifs et industriels modernes” que se presentó durante 1925 en París…
Abajo, en otra magnífica fotografía de Luís Márquez –plata sobre gelatina– captada en enero de 1928 (DGPU-DBAC UNAM), la obra de Leonardo Noriega en el Foro coronel Lindbergh.


El frente de aquel foro, con acceso desde la Avenida Michoacán, quedaría señalado con una fuente –realizada también con ese novedoso material que era el Cemento Portland con refuerzo metálico– al centro de cuya composición se levantaría una imponente escultura femenina de José María Fernández Urbina, que por fortuna –y luego de haber sufrido grave deterioro– se conserva en razonables condiciones, gracias a ser intervenida entre 2014 y 15.


Comúnmente llamada “La Fuente de los Cántaros”, es producto del trabajo creativo de Leonardo Noriega con José María Fernández Urbina; la fuente que representa el nacimiento de un río, surte agua desde dos ánforas que luego corre entre puentes y peñascos de concreto armado, y es a pesar de toda diatriba, incuestionablemente memorable.

Aunque para muchos Fernández Urbina podría resultar un escultor desconocido, su obra es relevante y en particular durante los años veinte, cuando becado por el gobierno de Álvaro Obregón, recorrió Europa y trajo las novedades de Maillol y Querol. De su taller salieron estatuas tan relevantes como la reposición del bronce de don Quijote y Sancho Panza (en la fuente conmemorativa de Chapultepec, a un costado de la Calzada del Rey), así como la del padre Las Casas (que por años ha adornado el jardín lateral a la Catedral Metropolitana), así como varias de las esculturas que hermosean los jardines de “Los Pinos”.


Aunque hasta su muerte fue profesor de escultura en la Academia Nacional de Bellas Artes y fue fundamental en la formación de escultores mexicanos, su obra más visible es la reposición de la cabeza de la VICTORIA de la Independencia en lo alto de la Columna de Paseo de la Reforma, luego de que el 28 de julio de 1957, cayera a la plataforma del monumento por la sacudida de un sismo de 7.7 grados en las costas de Guerrero.

En 1927 y apenas de vuelta en México, Fernández creó para la “Compañía Fraccionadora y Constructora del Hipódromo de la Condesa S.A.” y en concierto con Leonardo Noriega y Javier Stávoli, la “Mujer de los cántaros” como pieza central de la fuente de acceso al “Teatro al Aire Libre, Coronel Lindbergh”, poderoso eje compositivo sobre la Avenida Michoacán.



Al mirar la creación de Fernández Urbina, no puedo evitar pensar en la corpulencia, vigor y robustez de las esculturas de Aristide Maillol, en particular la “Venus” (1918-1928) de la que un magnífico bronce se admira aún en el Jardin du Carroussel del Louvre. Cuenta la tradición que la silueta de esa mujer es la de Julia –o Luz– Jiménez González, que fuera “La flor más bella del ejido” en el entonces aún pueblo de Santa Anita y luego de posar para Fernández se transformaría en modelo para Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros, Jean Charlot y Tina Modotti.


En México, la “Mujer de los cántaros” causó sensación y sería objeto de innumerables reflexiones nacionalistas que incluso llegaron a llamarla “La gloria de Michoacan”.

Así, preparados ya con nueva campaña publicitaria y con nueva sede para ventas en las apenas remodeladas oficinas de Madero Nº50 esquina con Isabel la Católica –en el magnífico edificio que había sido asiento de “Seguros la Mexicana”–, la “Compañía Fraccionadora y Constructora del Hipódromo de la Condesa S.A.” se preparaba a vender los terrenos en “uno de los mejores fraccionamientos del mundo”.


Colocamos a la Sección Insurgentes-Hipódromo entre uno de los mejores fraccionamientos del mundo entero; tenemos los precios más bajos que usted puede imaginar: Desde $19.oo el metro cuadrado y con facilidades increíbles…. 10% de contado y el saldo en 60 mensualidades…


Fundamentalmente pragmático y a la cabeza desde 1932 de la “Unión de Crédito Inmobiliario PROGRESO S.A.”, don Raúl A. Basurto sabía que a la campaña publicitaria en diarios y las noticias de mejoras y extensiones al nuevo fraccionamiento, se tenía que agregar actividad edilicia que sirviera de ejemplo y modelo para los posibles compradores; no solo bastaban titulares como “Transformación de los Terrenos del Hipódromo de la Condesa en la más Bella Colonia de la Capital”



Desde 1926, don Raúl decidió edificar para su esposa María del Carmen Granda Sánchez (hija de don Víctor Granda Valle 1861-1908 y Concepción Sánchez Puebla 1869-1918) una casa que serviría para festejar su XXV cumpleaños; a pesar de la juventud del matrimonio, la casa sería un testimonio de modernidad, ejemplo de las posibilidades constructivas en la nueva colonia, y reflejo de la renovación en su enfoque comercial, orientación que le distinguía ya de su socio, don José De la Lama.



En el proceso de subdivisión a cargo del despacho del arquitecto José Luís Cuevas Pietrasanta, los urbanizadores se habían reservado algunas secciones, y Basurto conservó una cabecera de manzana, limitada por las avenidas México, Sonora e Hipódromo (ahora Ámsterdam) y que sumaba cerca de 4,000m²; esa superficie ahora incluye el predio de Av. Sonora Nº180 (con sus dos predios fusionados que suman 1,966m²), Av. Ámsterdam Nº288 (con 740m²) y Av. México Nº187 (que ahora recibe el “Edifico Basurto”).

Para efecto de crear una residencia ejemplar, Basurto escogió el magnífico predio en esquina y poco más de 1,000m², con amplia vista hacia el sur y aquel nuevo parque, que ya desde entonces recibía innumerables cumplidos. ¡Imaginen ustedes las extensas vistas que desde la esquina de las Avenidas México y Sonora se tenía hacia el Parque San Martín!



El diseño original parece haberse encargado al arquitecto Vicente Mendiola –aunque en la investigación publicada en 1993 por su hija, María Luisa Mendiola, no aparece en el listado de obras–, que preparó un muy sobrio edificio de dos niveles y torre mirador, que girando la edificación 45° con relación a las calles, aprovechaba la esquina con un magnífico ventanal en planta baja y desarrollaba las fachadas con un elegante y muy sobrio estilo que apenas se había visto en algunos de los pabellones de la “Exposition Internationale des Arts décoratifs et Industriels Modernes” en el París de 1925.


En los pocos documentos originales de aquel período que he tenido a la vista, aparecen referencias a los diseños de L. H. Boileau y L. Carrière, architectes, aunque también hay dibujos del ingeniero Francisco J. Serrano y Álvarez de la Rosa, que por entonces comenzaba a diseñar variantes diversas de “Casa tipo” para “De la Lama y Basurto”, propuestas para incrementar el número de lotes ocupados.
También en 1927 don Francisco Cruz edificaba para su esposa doña Graciela López, en un amplio terreno pentagonal (irregular) de poco más de 1,200 m² –frente a la fuente de la rotonda de la plaza Popocatépetl– y en la confluencia de las calles México y Celaya, una magnífica casa que al paso del tiempo pasó a albergar la representación de la República China en México.


Las dos casas (Cruz y Basurto) ejemplifican las dos grandes vertientes estilísticas preponderantes en la nueva Colonia del Hipódromo, y permiten entender el impulso creativo a fin de esos años 20’. En la fotografía de arriba, captada desde la rotonda Popocatépetl –con su singular fuente diseñada en concreto armado por el arquitecto José Gómez Echeverría en 1926– se distingue a la izquierda la Casa Cruz –en un terreno que hoy ocupa un alto edificio de departamentos en el N°203 Avenida México (Ver)– mientras que el asterisco señala la torre mirador de la casa Basurto al fondo de la calle; en la imagen de abajo, captada a principio de 1927 y sobre la Avenida México, aparecen a la izquierda la casa Cruz en construcción –con sus curiosos elementos decorativos neocoloniales ya colocados en las ventanas– y a la extrema derecha parte de la fachada norte de la casa Basurto apenas terminada.

El diseño de la residencia Basurto-Granda sería de sorprendente sobriedad, con apenas algunos acentos decorativos en forma de mosaicos multicolores formando cenefas en las fachadas y cubriendo los remates con Trencadís. Los grandes volúmenes –aplanados aunque con rugosa textura– suavizaban sus esquinas con grandes ochavos, y hacia el norte se abría un pórtico/cochera que señalaba el acceso principal; las ventanas perforadas con gran llaneza señalaban las mejores perspectivas, y solo el gran ventanal de la estancia principal –trabajado a manera de bay-window que miraba hacia el sur y el parque– recibió un intrincado trabajo ornamental en herrería y mosaico.


Muy a la manera en que se había hecho durante el siglo anterior, las ventanas fueron resguardadas por toldos con coloridas lonas estriadas sostenidas por picas ornamentales, y en algunos sitios se colocaron farolas que hacían eco a la herrería del ventanal.
Mención especial merece la guarnición que limitaba el terreno, bajo parapeto que con refuerzos –también adornados con mosaicos– daba rítmico encadenamiento al espacio público y el privado, ligando el amueblado urbano en la avenida Sonora –los muy publicitados “Candelabros” de concreto– con los jardines y veredas internas de la casa. Abajo, una de esas “Bancas con candelabro” de la Av. Sonora, detrás de la que se distingue –a la izquierda– la fachada oriente de la casa Basurto/Granda, y a la derecha otras de las edificaciones que se construyeron en aquellos terrenos.


Aunque la esquina sur-poniente de la cabecera de manzana –y sus 1,000m²– estrían ocupados desde 1927 por su casa, don Raúl Basurto previó que en la superficie restante se edificarían dos casas más y una gran nave cubierta que al paso de los años albergaría muy diversas funciones.

Dos casas se previeron para la familia, una para María Eugenia Basurto Moreno (1890-1971) –hermana mayor de don Raúl– que contraería matrimonio con José Guido Ortiz en mayo de 1947, y otra para Guadalupe Granda Sánchez (1894-1933) –hermana mayor de doña Carmen– que contraería matrimonio con Robert Davison Melrose; aunque totalmente independientes, ambas casas con acceso desde la Av. Hipódromo una y Av. Sonora la otra, compartirían jardines sin restricciones y acceso al galerón deportivo.


Arriba, en una fotografía aérea y oblicua captada en 1932 por Vicente Cortés para la incipiente Compañía Mexicana de Aerofoto, aparece la manzana limitada por las avenidas México (izquierda), Sonora (abajo) y Ámsterdam (de origen Av. Hipódromo, con amplio camellón a la derecha) y la calle Celaya (arriba). Arriba a la izquierda de la imagen se distingue la rotonda Popocatépetl –con su singular fuente– y abajo a la izquierda la casa Basurto/Granda, parte del conjunto construído en la cabecera de la manzana; para entonces, ya se había edificado en el predio Nº187 de la Av. México (que ahora recibe el “Edifico Basurto”) un amplio edificio multifunción –es tan interesante, que merece su propia entrada, incorporando la historia del edificio que ocupó su lugar– que por años y hasta 1942 operó como centro deportivo, sitio de reunión y oficina.


Los interiores de la casa Basurto/Granda serían de sorprendente vanguardia –digno sitio para albergar a la familia de un emprendedor que no solo urbanizaba parte de la ciudad, sino que además, desde 1928, obtuvo una concesión para construir oleoductos en Veracruz–, haciéndose eco de lo que en 1925 se había presentado como avanzada en la “Exposition internationale des Arts décoratifs et industriels modernes” en París, específicamente por la mancuerna L. H. Boileau y L. Carrière, architectes y su diseño para “Une Ambassade Française organisée par la Société des Artistes Décorateurs”.


Aquel “PAVILLON DE L’AMBASSADE FRANÇAISE” patrocinado por el ministerio de Bellas Artes, presentaba diversos ambientes con la decoración y amueblado que renombrados diseñadores proponían como ejemplo de lo que eventualmente se conocería como “Art Deco”; arriba “Un bureau de l’Ambassade Française”...


No tengo gran documentación de aquellos interiores en la casa Basurto/Granda, aunque sé que sorprendieron por la sobriedad y severidad de su diseño, muy alejados de lo que se había visto en las grandes residencias del porfiriato y su abigarrado decorado; arriba, una vista del comedor de la casa y abajo una de las recámaras.



En un lapso sorprendentemente corto, los predios de la nueva Colonia Insurgentes-Hipódromo se vendieron y edificaron, y así el entorno se transformaría rápidamente con casas de enorme variedad estilística. Abajo, una vista sobre la Avenida Popocatépetl mirando hacia la plaza y su fuente, justo al cruce de Av. Ámsterdam; la casa que aparece a la derecha –Nº25 de Popocatépetl– aún existe como restaurante.


También es interesante hacer notar que varios de los predios fueron ocupados por pequeños edificios de departamentos –3 y 4 niveles–, que sobre las grandes avenidas buscaban aprovechar las ventajas de la nueva urbanización y en los mejores casos, las vistas sobre el parque en la Av. México.
Dos buenos ejemplos se edificaron a ambos lados de la casa Basurto, uno –el Edificio Berta– en la Av. Sonora Nº184 esquina con Av. México y el otro –el Edificio Bella Vista– en Av. Ámsterdam Nº285 esquina con Av. Sonora.


Aunque ambos son representativos del llamado “Art Decó”, el diseñado en 1928 por Francisco J. Serrano como “Edificio Bella Vista” es ahora conocido como “Edificio Jardines” y Marisol Flores García lo describe así en su “Guía de recorridos urbanos de la colonia Hipódromo":
Considerado como un ejemplo poco convencional de la tendencia art-deco, este edificio resulta de gran importancia para la arquitectura mexicana tanto por su calidad como por ser una de las primeras obras significativas de su creador. Fue construido como encargo de la Compañía Casas Jardines S.A. –de ahí su nombre–, para destinarlo a renta. De esta manera, desde el principio fue proyectado para albergar locales comerciales en la planta baja, tres pisos de departamentos, y una azotea jardinada o “roof garden”… el interior resulta sumamente interesante tanto por su acceso como por las escaleras circulares, las que aunadas al diseño del pasamanos constituyen una escultura ornamental para el vestíbulo.


Por su constante insistencia en dotar a los espacios edificados de áreas jardinadas y a los edificios con terrazas, don Francisco J. Serrano –conocido por algún tiempo como “Pancho Jardines”– tuvo una sorprendente habilidad para proyectar y edificar en diversas prácticas compositivas, haciendo alarde un amplio espectro que incluyó la arquitectura decó, californiana y moderna, así como el neoclasicismo y neobarroco, además de mostrar un marcado interés por los relojes solares.

Desde 1927, el ingeniero Serrano había presentado el diseño para aquel “Edificio Bella Vista” que en la esquina de las avenidas Hipódromo y Sonora, sería un parteaguas para las construcciones de la colonia; es interesante agregar que para entonces, Serrano participaba activamente con “De la Lama y Basurto” diseñando y edificando casas en la Colonia Hipódromo, pero para 1935 se vería involucrado también en la nueva aventura de la sociedad –también con los arquitectos Enrique Aragón Echeagaray y Leonardo Noriega, así como el ingeniero Javier Stávoli–, para la urbanización de terrenos de la que fuera Hacienda de san Juan de Dios, y que se llamaría “Chapultepec-Polanco”.


Oficialmente, el diseño y subdivisión de aquella colonia estuvo a cargo de los arquitectos José G. De la Lama y Raoul De la Lama, aunque parece que fue importante la intervención de don Alberto Cuevas Lascurain (propietario terrenos aledaños y que desde 1925 promovió la “Colonia del Bosque de Chapultepec”) así como de don Eduardo Cuevas Lascurain, que conservó como residencia el casco de aquella hacienda de “los morales” (Ver).

Desde 1937, la mancuerna “De la Lama y Basurto S.A.” había tomado las riendas del fraccionamiento “Las lomas de Chapultepec” y gracias a los buenos oficios y habilidad administrativa de Basurto, relanzado la comercialización del fraccionamiento creado por la “Chapultepec Heights Company, S.A.” desde 1921, con bastante éxito; al año siguiente, Chapultepec-Polanco resultaría un éxito rotundo y rápidamente sería identificado por dar cobijo al nuevo furor arquitectónico: el “Californiano”, vertiente en la que Serrano diseñó una “Zona comercial” que aún hoy da sentido a “Polanquito”.



Desde 1937, y a pesar de que la casa apenas había sido edificada diez años antes, don Raúl A. Basurto decidió ampliar y entonar la estructura, dando una muy nueva apariencia a la sobria edificación, con un toque de ese “Californiano” que se había difundido en Lomas de Chapultepec y causaría furor en “Chapultepec-Polanco”.

Abajo, en una imagen de la “Compañía Mexicana de Aerofoto” fechada en 1937, aparece la colonia Hipódromo -apenas diez años después de su inauguración- con buena parte de los predios ya ocupados; abajo y a la extrema izquierda he señalado la casa Basurto/Granda, cuando apenas había recibido la nueva ampliación e intervención estilística, para hacerla más del gusto “Californiano” que se estaba transformado en vanguardia…


En concordancia con la edificación cinco años antes de la “Casa Club” en el terreno aledaño, Basurto decidió renovar la imagen de su casa, tarea que se ejecutó mientras la familia ahí habitaba y que sumó poca superficie a la casa (apenas el pórtico de acceso quedo cerrado), aunque agregó varias terrazas y modificó la apariencia. Abajo, la casa Basurto/Granda hacia 1940 vista desde el cruce de las avenidas México y Sonora; al fondo de la toma y sobre la avenida Sonora, se distingue el “Edificio Jardines” de Francisco J. Serrano.


En el proceso de transformación, se elevó la barda, añadiendo rejas ornamentales al perímetro, mientras que se agregó decoración “colonial” a la ventana de la recámara principal y herrería en la recámara poniente, se creó una terraza cubierta y nuevo mirador con arcadas sostenidas por columnas de cantera y cubiertas a cuatro aguas, protegidas con teja de media caña. Se agregó una saliente al comedor y techó el pórtico de acceso, agregando refuerzos a la ventana con vistas al parque –para hacerla más robusta–, y eliminaron las superficies cubiertas de Trencadís, sustituyéndolas por teja árabe…

Abajo, dos imágenes de la fachada sur, antes y después de la transformación de 1938.


Así, la casa de 1927 que tenía inspiración en L’Exposition internationale des Arts décoratifs et industriels modernes, pasó en 1938 a ser representativa del “Spanish colonial Revival” que causaba furor en los EEUU, y tenía similitudes con las que se edificaban en Las Lomas de Chapultepec o Polanco; cambio ejecutado justo a tiempo para para albergar a un banquero exitoso…


Para noviembre de 1941, la “Unión de Crédito Inmobiliario PROGRESO S.A.” creada en 1932 por don Raúl A. Basurto, obtuvo la autorización en el diario oficial del 15 de noviembre de 1941 para cambiar su denominación a “Banco Hipotecario, Fiduciario y de Ahorros S.A.” y realizar así operaciones de crédito hipotecario, expedir bonos, garantizar la emisión de cédulas hipotecarias, recibir depósitos y llevar a cabo operaciones fiduciarias. Con capital de $1’000,000.ooMn, el trámite se oficializó el 8 de octubre de 1941 con la firma de don Ramón Beteta, aún entonces Subsecretario de Hacienda. En 1974, se publicaba en el Diario oficial un acuerdo por el que el “Banco Hipotecario, Fiduciario y de Ahorros” pasaba a ser “Hipotecaria Banpaís S.A.” (que en 1978 se fusionó con Financiera del Norte S.A. y que ahora es “BANORTE”).

Desde sus nuevas oficinas en la calle de Humboldt Nº59, Basurto estaba ahora en condiciones de unificar su actividad urbanizadora en “De la Lama y Basurto S.A.”, con la construcción de oleoductos y agregar a su currículo compartido, la ampliación de Polanco/Palmitas (1945), el fraccionamiento Aragón/Inguarán (1954), así como “León Moderno” en Guanajuato (1955) y el fraccionamiento industrial “Alce Blanco” en el Estado de México (1956).


Ya para 1941 don Raúl solicitó del ingeniero civil y arquitecto Francisco J. Serrano preparar una propuesta pera densificar el terreno anexo a su casa, en que dese 1931 se había construido un amplio galerón que funcionó como frontón –tanto Pelota mano, como Cesta y Paleta–, salón de fiestas y alberca con solario arriba, y que en 1941 había servido como oficina emergente para preparar el despegue del Banco Hipotecario, Fiduciario y de Ahorros; el proyecto de Serrano se entregó en 1942 y se transformaría en lo que hoy llamamos “Edificio Basurto”, una torre de departamentos con 14 niveles, en una propuesta de desusada altura en aquel entonces.

Una novedosa planta en cruz con orientaciones cruzadas aprovecharía la superficie total del predio, elevando la estructura para permitir locales comerciales y estacionamientos abajo y un acceso monumental desde la Avenida México Nº187; el punto central –intersección de la cruz que une los cuatro departamentos por piso– recibiría un amplio vestíbulo (¡100m²!) de múltiple altura con pretil de sinuoso perfil que haría del sitio un lugar memorable…


La construcción de un estilo que marca la transición entre el “Streamline” (como consecuencia del Decó) y el nuevo “Modern Style”, reúne en fachadas líneas rectas y volúmenes curvos que se escalonan en lo alto y crean una elegante composición que se distinguió por su innovación y tiene un sorprendente antecedente en el “Edifico Roel” de Polanco (Ver), diseñado también por Serrano.


Entre las primicias que se agregaron a las usuales terrazas de “Pancho Jardines”, se incorporaron cuartos de servicio a cada departamento –por instrucción expresa de Basurto– y se agregaron tres grandes “Pent-House” con espectaculares terrazas y magníficas vistas sobre la ciudad. Al paso de los años, la estructura de concreto fue modificada y ampliada, y sufrió algunos daños a raíz de los sismos de 1957, 1985 y 2017.
Desde 1944, la casa Basurto tendría un acompañante en el panorama desde el cruce de las Avenidas México y Sonora…


El edificio Basurto sirvió como telón de fondo para mostrar “lo moderno de México” en la película “La diosa arrodillada” (1947), film noir mexicano realizado por Roberto Gavaldón con el papel estelar a cargo de María Félix. Las telenovelas también han aprovechado el edificio, mostrándolo en “La candidata” (2017) y “Destilando amor”, “A que no me dejas” (2015) y hasta “El Señor de los Cielos” …


Desde su inauguración en 1945 se transformó en motivo de comentarios y la altura de aquellos “Pent House” de dos y tres niveles permitían una vista inusual sobre una ciudad en la que pocos edificios altos permitían mira sobre las áreas residenciales y el viejo “Toreo de La Condesa”.


Arriba, la vista desde una de las terrazas superiores del Edificio Basurto, mirando hacia el norte; abajo una toma aérea de la Colonia Hipódromo, fechada en 1947, en la que sorprenden los ya muy arbolados parques San Martín/México y España, y donde he señalado la casa Basurto –al cruce de las avenidas México y Sonora– y a su lado el Edificio Basurto, parte ya de la densificación de aquella colonia urbanizada en 1927. Nótese que para entonces, ya se había destruido la casa con el Nº288 de Ámsterdam (parte del conjunto original) y edificado el “Edificio Teresa” una construcción de departamentos y comercios en Planta Baja.



Don Raúl Alfonso Basurto Moreno murió sorpresivamente a los 65 años, en la Cuidad de México el 12 de enero de 1962, y sería sepultado en el Panteón Francés de La Piedad unos días después. Apenas doce años después, su “Banco Hipotecario, Fiduciario y de Ahorros” pasaba a ser parte de “Hipotecaria Banpaís S.A.” y en 1972 se demolió su casa edificada en 1927 y remodelada en1938. Abajo, en una toma aérea fechada en 1978, aparece al centro la avenida Sonora, y el asterisco señala el Nº183 de la Avenida México, cuando ya se había destruido la casa Basurto/Granda, aunque aún persistía la casa con el Nº192 de Sonora.


En aquel terreno Avenida México Nº183, fusionado con el Nº192 de Av. Sonora, se edificó una tienda “París-Londres”, consorcio creado desde 1907 por Louis y Antoine Gas, Eugène Cuzin y Henri Teissier, y que inició operaciones en la calle 16 de Septiembre (entre 5 de Febrero y Palma), justo frente a “El Centro Mercantil”. La tienda de la Colonia Hipódromo, “La Gran Boutique” estaría a cargo de los nietos de Cuzin (Lebrun) y Teissier.


Arriba, el “Edificio Basurto” y a la derecha la tienda “París Londres” en su frente hacia la Av. México, en el terreno que ocupó la casa Basurto-Granda; a pesar de su crecimiento en la década de los 80’, la tienda desapareció y el edificio fue ocupado por otro sello (la tienda “Suburbia”) hasta que fue intervenida la estructura y modificada la distribución para recibir “Real Loft” –vivienda con departamentos de lujo– con dirección en Av. Sonora Nº180 y varios comercios en planta baja, siguiendo el diseño de Picciotto Arquitectos.




Este Blog se hace gracias al apoyo incondicional de Julieta Fierro; está dedicado a las “Grandes casas de México” y pretende rescatar fotografías e historia de algunas de las residencias que al paso del tiempo casi se han olvidado y de las que existe poca información publicada. El objeto es la divulgación, por lo que se han omitido citas y notas; si alguien desea mayor información, haga favor de contactarme e indicar el dato que requiere. A menos que se indique lo contrario, las imágenes provienen de mi archivo, que incorpora imágenes originales recopiladas al paso del tiempo, así como el repertorio de mi padre y parte del archivo de don Francisco Diez Barroso y sus imágenes de Kahlo; en general, he editado las imágenes a fin de lograr ilustrar mejor el texto. Si se utilizan las imágenes, favor de indicar la fuente –aunque advierto que pueden tener registro de autor–.



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