miércoles, 16 de agosto de 2023

La casa de Charles-François Xavier de Yturbe Limantour en Dreux, Francia.

Mejor conocido como Château D’Anet


Considerado una joya del renacimiento francés, el Château d'Anet fue edificado entre 1547 y 1552 por el rey Henri II para su preferida, Diane de Poitiers y ha tenido una compleja historia a lo largo de sus 475 años de tradición; desde entrado ya el siglo XX fue recibido como herencia por Laurette de Leusse casada con Charles-François Xavier de Yturbe –hijo él de Miguel de Yturbe y Atristain embajador de México en Francia– y su esposa María Teresa Limantour Cañas –hija ella de José Y. Limantour, ministro de Hacienda de México– que continuaron con la restauración del añoso inmueble, heredándolo luego a sus descendientes.

Además de la interesante carga histórica –desde 1993 está clasificado como Monument Historique–, el palacio diseñado por Philibert De l'Orme que desafortunadamente nos llega incompleto, albergó en su momento obras artísticas de inmenso valor, entre las que destaca el tímpano en bronce que para “La porte dorée” del Château de Fontaineblau creó el afamado escultor Benvenuto Cellini.



El 7 de diciembre de 1972, aparecía la noticia en diversos diarios del mundo como el New York Times:
Miss Alexandra Bemberg, daughter of Mr. and Mrs. Edward P. Bemberg of Paris and Buenos Aires, formerly of New York, and Jean de Yturbe, son of Mr. and Mrs. Charles de Yturbe of Chateau d'Anet, Eure‐et‐Loir, France, were married yesterday afternoon at St. Clotilde's Roman Catholic Church in Paris. Abbé Jean de Montalembert, a cousin of the bride, performed the ceremony.
The bride's father is president of Cerveceria y Malteria Quilmes, S.A., and has other business interests in South America and Europe. The bridegroom's father is a landowner and manages his estate. Mrs. de Yturbe is in the publicity department of the House of Pierre Cardin in Paris. Her husband is an account executive with the Paris office of Doyle Dane Bernbach, Inc., the New York advertising agency.
The bride's attendants were her cousins, Marie de Montalembert and Jean de Montalembert; Diego de Mora Figueroa, the bridegroom's nephew, and Violette d'Orglandes. Philippe de Yturbe was best man for his brother.


Alexandra Bemberg y Jean de Yturbe son los actuales propietarios y residentes de un edificio cuya historia es una lección en la tradición palaciega francesa, su arquitectura y clase reinante, con relatos, tragedias y eventos que marcan hitos en la historiografía gala, y ayudan a revelar algunos sucesos que desafían definición…




Mucho se ha escrito acerca del Château d’Anet, y basta hacer una rápida búsqueda en Google para encontrar datos suficientes, por lo que aquí no haré más que un somero recuento:

El edificio que ahora vemos fue construido en el mismo sitio en que un antiguo castillo fortificado medieval, que fue arrasado por orden de Charles V «le sage». En 1444, Charles VII «le Victorieux» confirió a Pierre de Brézé -su fiel consejero- cuatro señoríos, incluido el de Anet, y al poco tiempo el hijo de este -Louis de Brézé-, hizo construir allí una gran casa “de tabique” cuando se transformó en Gran Senescal de Normandía; luego, en el centro de aquellos dominios de Brézé, Jacques su descendiente y heredero del puesto de Gran Senescal –así como conde de Maulévrier, vizconde de Bec-Crespin y de Marny y señor de Anet, hijo de Carlota de Valois, que a su vez era hija ilegítima del Rey Carlos VII de Francia, engendrada con su amante Agnès Sorel– ocupó en el sitio; resumiendo, Louis y heredero de Jacques de Brézé era nieto del rey Charles VII y sirvió en la corte de rey François I.


Arriba, de Jean Clouet: posible “Retrato de Louis de Brézé” C.a 1521, parte de la colección del Musée Condé. Autor de abundante y variada obra, Clouet es recordado por su fastuoso retrato del rey de Francia “François I” entregado hacia 1530 y que se conserva en el Museo del Louvre.


Cuenta la tradición que a Louis de Brézé le gustaba aquella residencia de Anet por incorporar poblados bosques repletos de animales, dado que era un cazador incansable, pasión que compartía con François I quien acudía regularmente a esas tierras para cazar ciervos y jabalíes.

Ya viudo de Catalina de Dreux y contando 56 años, el energético Louis de Brézé buscó nueva esposa y parece haber sido la opción natural su enlace con la joven Diane de Poitiers, dama de compañía de Anne de Beaujeu y luego de la Reina, cuando Diana contaba apenas 16 años. Naturalmente, al poco tiempo llegaron dos hijas: Françoise, nacida en enero de 1518 y Louise llegada en 1521.

Abajo, retrato de Diane de Poitiers –duquesa de Valentinois y Étampes, hija de Jeanne de Batarnay y Jean de Poitiers conde de Saint-Vallier y vizconde de Estoile– ya como “Madame d’Étampes”, también según retrato de Jean Clouet, cuando formó parte del séquito de Ana de Francia, período en que ya casada con Luis de Brézé, se acercó a los herederos al trono, François -el “Delfin”- y Henri -duque de Orleans-.


Diana descendía de una antigua familia gobernante del condado de Poitiers; había nacido en el castillo de Saint-Vallier (Drôme) el 31 de diciembre de 1499. Su madrina, Anne de Beaujeu –duquesa de Borbón–, se encargó de su educación; llamada por su enlace en 1516 a aparecer en la corte de Francia, la hermosa e inteligente Diana ascendió al primerísimo rango y se convirtió en dama de honor de la reina Claudia, esposa de François I.
Dado que los cargos de su marido no demandaban su presencia continua en la corte, la pareja vivió gran parte del año en Anet, ya que Louis gustaba de aquella tristona casa por la cercanía de los bosques de Dreux –donde solía cabalgar con Diane–, de Roseux y de Normandía. También ahí inició la educación de sus dos hijas: Françoise (que casaría con Robert IV de La Marck) y Louise (que casaría con Claude II d'Aumale), aunque desde 1524 pasarían a alojarse por largos períodos en la corte al lado del rey François I.

Diana de Brézé sería llamada a la corte en julio de 1524 –luego de la muerte de Claudia de Francia– para hacerse cargo de la educación y destrezas cortesanas de los herederos al trono, labor que sería interrumpida en 1526. Recuérdese que, en este tiempo, había una enorme rivalidad entre los reyes de España Carlos V y el rey de Francia François I; luego de la terrible derrota de Pavía en 1525, en que el rey de Francia fue apresado, se entregaron como rehenes desde 1526 y hasta 1530 –como garantía del cumplimiento de los acuerdos– sus hijos François -el Delfin- y Henri -duque de Orleans-.


Louis de Brézé murió el 23 de julio de 1531 y su viuda –de apenas 31 años– mantuvo las riendas administrativas de todas las propiedades y además se hizo del título de Gran Senescal de Normandía, así como de la administración y beneficio de los bienes de sus hijas; además, pasado el tiempo, reformó el historial de su esposo, exaltó sus hazañas en batalla y le dedicó un magnífico monumento funerario. Por añadidura, desde 1531 Diane adoptaría el atuendo de viuda con que sería identificada el resto de su vida para luego inspirar al propio rey de Francia: “noir et blanc rayée d’or”.

Arriba, la tumba de Louis de Brézé en la Chapelle de la Vierge de la Catedral de Rouen, ejecutado en alabastro y mármol negro por orden de la viuda de Brézé –Diane de Poitiers– en 1533 y ejecutado probablemente entre 1536 y 1544 por Jean Goujon. Abajo y de Jean Clouet “Portrait de Diane de Poitiers” pintado hacia 1550, que cuelga en el Museo del Palacio de Versalles.



En 1533 Henri d'Orléans –segundo en la línea de sucesión al trono de Francia– contrajo matrimonio a los catorce años con Catalina de Médicis; Diana había sugerido y promovido la elección de la bisnieta de Lorenzo el Magnífico, aún a pesar de que los opositores consideraran esa unión con "hija de comerciantes" un despropósito. De hecho, Catalina y Diane eran primas: el abuelo materno de Catalina –hija de Madeleine de la Tour d'Auvergne– era el hermano de la abuela paterna de Diane…

Todo parece indicar que el príncipe Enrique tenía un gran apego por la insigne Diane; de hecho, la inteligente, erudita y muy hermosa Madame de Poitiers lo guiaría y aleccionaría en tanto lo cautivaba. En algún momento luego de su boda y antes del ascenso al trono, la dama y el Príncipe se volverían amantes, aun a pesar de los veinte años de diferencia…


Inesperadamente, en 1536 murió su hermano mayor Francisco –“Delfín” y duque de Bretaña–, por lo que Enrique le sucedió como heredero al trono y para abril de 1547 –luego de la muerte de su padre– sería coronado como Enrique II de Francia. Nuevamente de la mano de Jean Clouet, aparece arriba el retrato de Henri d’Orleans por 1536, poco después de su matrimonio con Catalina de Médicis y antes de transformarse en “Delfín”.

Aunque con Catalina de Médici tendría diez hijos, Henri mantuvo una notoria relación amorosa con Diana de Poitiers, que se hizo oficial en 1536. Como “Favorita” es claro que Diana ejerció notable influencia sobre el rey, aunque también se hablaría del claro ascendente del condestable Anne de Montmorency, así como su sobrino, Gaspar de Coligny.

Además de recibir diversas joyas de la corona de Francia, el rey Enrique II obsequió a Diana el Château de Chenonceau en la ribera del río Cher, sobre el que levantó un puente y ejecutó magníficas alteraciones. A partir de 1548, Diane reconstruiría con el apoyo del rey, la antigua casona de Jacques de Brézé e hizo de su Château d’Anet sitio de esplendor sin igual –con recursos prácticamente ilimitados– creado para abrigar discretamente sus apegos para con el rey.


Para el diseño del nuevo Château, Diana eligió a un joven arquitecto de Lyon, de nombre Philibert de l'Orme, que desde 1548 fue nombrado por Enrique II superintendente de edificaciones, y se encargó también de las obras del castillo real de Fontainebleau y del Château-Neuf de Saint-Germain-en-Laye.

Por desgracia, gran parte de su obra ha desaparecido, pero su fama se conserva inalterada. Apasionado humanista y estudiante de la antigüedad, reivindicó la tradición francesa en oposición a las tendencias italianas, y fue hombre de sentido independiente y pujante originalidad. Casi todos los expertos consideran que su obra maestra fue el Castillo de Anet –edificado entre 1547 y 1555–, aunque es indispensable considerar también en esa lista el puente que para Diane de Poitiers también diseñó en el castillo de Chenonceau (1556–1559) y el sepulcro de Francisco I en la basílica de Saint-Denis (1547) que diseñó por orden de Enrique II.

Arriba, “Dessin du château d'Anet”, grabado en cobre con el proyecto de Philibert de l'Orme, dibujado por Baptiste Androuet du Cerceau, parte de la colección del Courtauld Institute of Art. Abajo, “Vue perspective du château d’Anet, projet non exécuté” dibujo anónimo francés, C.a. 1624. Grafito y tintas sobre papel, parte de la colección del Nationalmuseum de Estocolmo.


Aprovechando una pequeña fracción al Sur-este de la propiedad, De l'Orme propuso un conjunto resguardado por foso seco (Douve sèche), con eje ceremonial sur-norte donde la residencia estaría organizada en torno a un patio de honor abierto hacia el sur y enmarcado por una arco ceremonial de acceso, además de jardines formales al norte, contenidos por un amplio pórtico.

A más de los numerosos espacios de servicio y apoyo, el proyecto original contemplaba una capilla, gran salón de fiestas, y dos jardines de ceremonia -al este y oeste- en que se colocarían fuentes y esculturas; abajo aparece el plano de ese conjunto, tal y como se publicó en “Les plus excellents bastiments de France” de Jacques Androuet Du Cerceau, editado en 1607.


Ese diseño sufriría diversas modificaciones y adecuaciones, pero en general quedó establecido hacia 1552, aprovechando apenas uno de los accesos del antiguo edificio creado por De Brézé (pórtico al extremo oriente que aún existe) que se conservó por orden expresa de Diane.

El Château propiamente dicho se desarrollaba en torno al patio de honor al que se accedía desde el sur por una magnífica entrada ceremonial diseñada a manera de arco triunfal y que permitía llegar a la portada principal con su entrada protocolaria; hacia el oriente, De l'Orme diseñó una fastuosa capilla, coronada por memorable cúpula. Abajo aparece el plano del primer piso –Planta Noble– de esa zona (con el norte hacia abajo), que se conserva en la Bibliothèque nationale de France y en el que se distingue claramente el amplio salón de fiestas que podía servir de antesala a la capilla y acceder a la tribuna…



Es indispensable recordar que la propiedad contaba amplios terrenos de caza rodeando al palacio mismo, y en el plano de abajo, “Plan du château et domaine d’Anet, 1761” que forma parte de los Archives départementales d’Eure-et-Loir, se distingue claramente el diseño de la residencia principal (abajo a la derecha) con sus jardines formales y estanques, dentro del conjunto de la propiedad misma, donde el arquitecto planeó también crear jardines de recreo.



Para el Château mismo –el termino aquí se refiere a un castillo residencial de placer– De l'Orme concibió un edificio regular, de arquitectura sobria, basado en el perdurable arte de la antigüedad, aunque subordinado a las innovaciones técnicas de la época; desde final de 1547 comenzó con trabajos de nivelación y consolidación del terreno cenagoso, siguiendo con la excavación de los fosos, y creando en su perímetro una plataforma superior para los edificios y allanando el sitio para jardines en nivel más bajo; preparó además la canalización de los drenajes y la excavación de dos pisos –en sótano– para las cocinas y servicios. Para 1548, comenzaban a edificarse los edificios residenciales, iniciando por el cuerpo principal –al norte– para formar el remate del patio de honor (esta parte del castillo prolongó hacia el oeste parte de la vieja mansión de Brézé que Diana quiso mantener, incorporándola a la nueva residencia). Entre 1549 y 1550, se construyeron el ala oriente y la capilla; en 1551, se cerraba el ala poniente; el pórtico de acceso se levantó al final y en sus piedras aún se distingue grabada la fecha de terminación: 1552.


Arriba, aparece “Vue générale du Chateau d’Anet en 1550” grabado de Yves&Barder de la página 63 de “Description de Chateau d’Anet Depuis le dixième siècle jusqu’a nos jours…” de Pierre Désirée Roussel d’Anet, MDCCCLXXV.
En el extraordinario documento “Monographie du Château d'Anet construit par Philibert de l'Orme en MDXLVIII, dessinée, gravée et accompagnée d'un texte historique & descriptif par Rodolphe Pfnor, auteur des monographies du Château de Heidelberg du Palais de Fontainebleau, etc.”, que se publicó en París en 1866 y 67, aparecen varios levantamientos del Château d’Anet que aprovecharé para ilustrar la obra…


Sirviéndome de esos magníficos dibujos de la “Monographie du Château d'Anet…” , abajo he recreado la fachada general -Sur- del edificio, a la manera en que pudo contemplarse hacia 1552; me resulta relevante el que se establecía ya con claridad la idea que tan común se volvería, de un lado para el patio de honor –“Côté cour”– y otro para los jardines de placer –“Côté Jardin”–, disposición que se volvió tradición en la arquitectura residencial francesa, tan común en los palacios que hasta se transformó en terminología teatral...


El elemento más sorprendente de esa fachada Sur –y último en edificarse– sería el acceso ceremonial, concebido por De l’Orme como un arco triunfal que se alcanza por un puente sobre el foso seco, y cuya composición estaría rematada por un gran dado con reloj y autómatas de bronce.

Además de habitaciones para guardia, vigilantes y almacén, ese acceso principal sería una primera manifestación de la opulencia del Château, y desplegaría desde materiales hasta manufactura de inigualada excelencia. Abajo, otra de las láminas de la “Monographie du Château d'Anet…” en que se muestra esa entrada vista desde el sur.


Además de aquel remate con esculturas en bronce de un ciervo y cuatro canes ejecutados en bronce –que al marcar las horas movían cuello y patas–, el tímpano del arco de acceso estaba guarnecido con el magnífico relieve “Ninfa de Fontainebleau”, pieza fundida en bronce ejecutada por Benvenuto Cellini, que de origen se concibió para el Palacio de Fontainebleau por orden de François I.

Reconocido como el autor de la afamada escultura “Perseo con la cabeza de Medusa” –encargada por Cosme I de Medici, que aún puede admirarse en la Plaza de la Señoría de Florencia–, Benvenuto Cellini (que nació en Florencia el 3 de noviembre de 1500 y murió el 13 de febrero de 1571) fue un escultor, orfebre y escritor, que se convirtió en uno de los artistas más reconocidos del Renacimiento italiano y realizó grandes bronces, monedas labradas, joyas, floreros y magníficos adornos; sorprendentemente es por su autobiografía –un valioso testimonio de la época–, que es más citado, aunque ciertas partes del escrito han sido tachadas de fantasiosas…


Arriba, el “Salero de Francisco I de Francia” que fue modelado y fundido por Cellini entre 1539 y 1543 y acabado en oro, plata y esmaltes para el rey François I, a partir de bocetos que habían sido preparados para el Cardenal Hipólito de Este. Este salero –que ahora forma parte de la colección de artes decorativas del Kunsthistorisches en Viena– muestra una figura de Neptuno que escuda la sal –pues viene del mar– y otra de la Tierra –pues de allí se obtiene la pimienta–.

Benvenuto Cellini se instaló en la corte de Francisco I desde 1540 y hasta 1545, período en que el rey le encomendó decorar la entrada principal (la Porte Dorée) en el Château de Fontainebleau. Para el efecto, Cellini diseñó un imponente relieve semicircular de bronce que representa la “Ninfa de Fontainebleau”; el relieve representaría el legendario hallazgo del manantial de Fontainebleau que nos relata el que durante una cacería real, uno de los perros llamado Bliaud, descubrió un manantial: de ahí la «fuente de Bliaud», en francés «Fontaine de Bliaud» y de ahí Fontainebleau


El relieve se inspiraría en un fresco de Rosso Fiorentino –destruido en 1642– del que una recreación aún puede verse en la Grande galerie de François Ier en Fontainebleau, terminada en 1539. Al igual que en arte grecorromano, la fuente es personificada por una ninfa apoyada en un ánfora de donde brota el agua. Cellini enriquecería esa composición agregando numerosos animales del bosque en alusión a la función de aquel edificio, creado como pabellón de caza para los reyes de Francia.

Fran Bautista Querol de la Uiversitat de València nos dice que en la composición de Cellini, “La ninfa tiene su brazo alrededor del cuello de un ciervo, uno de los distintivos de Francisco I, con lo que pretende mostrar la satisfacción del palacio en dar la bienvenida al monarca.”


Arriba, una recreación de aquel bronce en el sitio para el que fue concebido, sobre la “Porte dorée” del palacio de Fontainebleau.

Aquel fue el primer bronce de gran formato –tiene poco más de cuatro metros de ancho– que fundió el artista y apenas quedó terminado en 1545, cuando Cellini salió de Francia luego de que su relacion con el soberano se deterioró irremediablemente. François I murió en 1547 y la obra nunca fue instalada en Fontainebleau. Para 1549 Philibert de l'Orme la incorporó en su diseño sobre la entrada ceremonial del castillo de Anet, y en 1551 la colocó con la anuencia de Henri II y para agasajar a Diane de Poitiers; ahí, la ninfa se convirtió en Diana, diosa de la caza. El relieve permaneció en ese sitio hasta llegada la Revolución Francesa...


La pieza es de extraordinaria factura y aunque Cellini contó con la ayuda de un equipo de escultores franceses que incluyó a Pierre Bontemps, el peculiar carácter que haría famoso al italiano es incuestionable. La austera belleza de la cara recuerda la escultura antigua, aunque el estilizado desnudo aparece empapado de sensualidad; en contraste los animales se nos presentan de manera naturalista, detallada la gruesa pelambre de los jabalíes y creando retratos individualizados para cada uno de los perros…



El tímpano es apenas una parte de ese acceso diseñado por Philibert de l'Orme, que basado en el imperecedero arte de la antigüedad crearía una auténtica entrada triunfal con lenguaje decididamente manierista en concordancia con lo que Pierre Lescot haría en la Cour Carrée del Palacio del Louvre, en sus trabajos iniciados por 1546.


Sorprenden las buenas proporciones en el diseño, así como el magnífico trabajo con su taracea de mármoles y piedras duras que adornan los muros; la idea de componer imágenes a base de insertar piezas coloreadas de diversos materiales y piedras duras llegó como parte de las innovaciones del mosaico florentino y en Anet alcanzó magníficos resultados.

Arriba, la puerta de acceso al Château d’Anet, con la réplica que ahora reemplaza “La ninfa de Fontainebleau”; abajo el detalle de la cartela y dintel izquierdo de la puerta.


Ese porche se nos presenta como un auténtico arco triunfal –legible con mayor claridad desde la Cour d’honneur–, erigido a la gloria de la diosa de la caza –ya no una Ninfa– con sus pulcras incrustaciones de mármol y cuatro fustes dóricos que enmarcan la entrada de carruajes y dos pequeñas portezuelas laterales. Justo sobre la entrada, el dintel recibe una placa de mármol oscuro que lleva grabada la dedicatoria: “PHŒBO SACRATA EST ALME DOMUS AMPLIA DIANÆ VERUM ACCEPTA CUI CUINCTA DIANA REFERT” –Esta magnífica residencia fue consagrada por Febo a la buena Diana, quien le ofrece a cambio todo lo que ha acogido–.


Esta construcción casi exenta, se nos muestra al sur con dos plantas y terrazas escalonadas, contenidas por balaustradas caladas; en las terrazas superiores hay gárgolas representando delfines, mientras que en las inferiores se distinguen urnas y jarrones de magnífica talla. Otros amplios miradores ligaban el portal con las dos alas de la Cour d'honneur, conteniendo hacia el sur aquel amplio frente.

Este divertimento de arquitectura, impar en su momento, resulta ser casi un trofeo frente al castillo y como concepto sería retomado con el “Arc de Triomphe du Carrousel” en el palacio del Louvre, como acceso ceremonial al Palais des Tuileries y luego el “Marble Arch”, frente al Palacio de Buckingham y acceso a su propia Cour d’Honneur


En la parte alta, De l'Orme diseñó como remate un dado que contenía un complejo reloj –el actual es una reposición que se colocó en 1846–, con dos grandes carátulas flanqueadas por hornacinas entre grandes consolas sosteniendo la cornisa, todo con insertos de mármol multicolor. En la parte más alta se colocó un ciervo de bronce “Autómata a tamaño natural” (del que hoy vemos un facsímil), con una pata móvil que se accionaba al dar la hora el reloj; en las esquinas había cuatro perros, también de bronce, cuyas mandíbulas inferiores era móviles, y se accionaban con el pulso del reloj y así parecían ladrar…


Aunque buena parte de los innumerables adornos de bronce que enriquecían ese decorado se perdieron luego de la revolución, la mayor parte le ha sido reintegrada con buenas reproducciones y ese portal sigue siendo un magnífico punto de acceso a la Cour d’Honneur.



Ya dentro de ese “Patio de Honor”, el espacio estaría contenido por los cuatro costados, de los que dos estarían bordeados por un magnífico pórtico -ya desaparecido- creado por De l’Orme con la circulación de acceso rematando en el edifico Norte, que luego daría paso a las amplias perspectivas de los jardines formales y de placer.

Abajo, aprovecho nuevamente las láminas de la “Monographie du Château d'Anet…” en que he recreado aquella fachada en el eje principal de acceso del edificio terminado en 1548, que formaría el remate del patio de honor y que desafortunadamente desapareció luego de la Revolución, aunque la portada central se conserva adosada a la fachada de la capilla del antiguo Convento de Agustinos, ahora parte de l'Ecole Nationale Supérieure des Beaux Arts, en Saint Germain des Prés, Paris.


Aquel cuerpo central muestra con claridad la magnífica factura que en general tenía el edificio, con sus fustes pareados sobreponiendo los tres órdenes clásicos y decorado con mármoles multicolores y las mitológicas figuras de Diana y Apolo en el segundo cuerpo, además de cuatro bajorrelieves dedicados a Diana, Júpiter, Minerva y Marte. También, y como complemento, cerrando el arco superior dos figuras en bajorrelieve de victorias con laureles entrelazados.


Ese cuerpo central de la fachada que fue adquirido por Alexandre Lenoir para nutrir la colección del Museo de los monumentos franceses, fue transportado e instalado en lo que ahora alberga l'Ecole Nationale Supérieure des Beaux Arts entre 1805-1810 y a pesar de haber perdido los grupos escultóricos del nicho superior y remate, es clara muestra de la extraordinaria factura que De l’Orme desplegó en 1548, con magnífica labor en los relieves, corte y selección de mármoles, así como la sorprendente talla de las columnas tritóstiladas y orden corintio del cuerpo superior…

Arriba, el cuerpo central del edificio de habitación del Château d’Anet, instalado como fachada del antiguo Convento de los Agustinos que ahora forma pare de las áreas de exhibición de l'Ecole Nationale Supérieure des Beaux Arts, en Paris. Abajo un acercamiento al tercer cuerpo –superior– de aquella fachada, que de origen se diseñó para el Château d’Anet por Philibert de l'Orme y quedó terminada en 1548.



En ese edificio principal –con tres niveles de espacio útil, además de un criptopórtico con acceso directo a los jardines– parecen haberse dispuesto los apartamentos de Diana y del rey Henri II en la Planta Noble, así como las salas de recepción protocolaria. Complementando el patio, el ala Oeste se destinó a otros apartamentos privados y la Este albergó un gran salón de fiestas, que recibió el nombre de "Galería de Diana" y que ocultaba la capilla contigua, de la que no podía verse desde el patio de honor más que las dos flechas de piedra y la cúpula. Detrás de cada una de estas alas se abría un patio/jardín lateral: el del Este irregular, bordeado a un lado por los restos de la mansión de los Brézé, se abría al camino de Oulins con un viejo portal aún llamado "puerta de Carlos el Malo" y parece haber estado decorado en el medio con una fuente dedicada a la Ninfa de Anet; el patio Oeste, albergaba invernaderos y viveros, y en su centro se elevaba otra fuente coronada por el famoso grupo de “Diana con el ciervo”, atribuido a Jean Goujon y que está ahora en el Museo del Louvre.


Arriba, recurro nuevamente a de la “Monographie du Château d'Anet…” para mostrar la disposición de los edificios en torno a la Cour d’Honneur, en un plano dibujado ya en 1866, en que se distinguen las edificaciones originales y lo que sobrevive a nuestros días; aunque solo reproduzco la parte baja de la ilustración, destacan abajo los trazos de la puerta de entrada que ya hemos descrito, además del cuadro que forma el Patio de Honor y el edificio norte con su pórtico; a la derecha y marcada con una “C” aparece la Capilla del conjunto, con acceso directo desde el patio –el amplísimo salón de Diana estaba en el primer piso– dentro del jardín Este.

Anet sería sitio en que se creó uno de los primeros jardines italianizantes en Francia –con parterres respondiendo al eje y fachada del edificio–; el diseñador y jardinero encargado fue Jacques Mollet, que fue auxiliado por su hijo Claude Mollet, destinado a convertirse en jardinero real de tres reyes franceses y creador de la tradición que florecería en Vaux-le-Vicomte y Versalles con las creaciones de André Le Nôtre con su “Jardin a la Française”.

Abajo, y también parte de la “Monographie du Château d'Anet…” aparece la planta de la Capilla. Terminada en 1550, su planta de cruz griega es magnífico ejemplo de la vanguardia de De l’Orme al crear una planta que fácilmente se puede conjeturar manierista; al centro y como eco del nervado de la cúpula, el piso recibió intricada y pulcra taracea de mármoles.


Aunque oculta tras el ala Este, su pórtico y la “Grande galerie de Diane”, la fachada de la capilla permaneció velada hasta que luego de la Revolución, se hicieron algunas transformaciones para dotar de presencia arquitectónica a la portada, que sería restaurada entre 1844 y 1851 por el arquitecto Auguste Caristie. Abajo aparece un corte dibujado por 1866 –que como antes, también pertenece a la “Monographie du Château d'Anet…”– y que muestra las características interiores de la capilla que De l’Orme entregó en 1550.


La capilla, una rotonda decorada con pilastras de mármol blanco y estatuas de los apóstoles, es una de las obras más sorprendentes de Philibert de l'Orme, y la planta –trazada esencialmente por dos círculos, uno interior continuo, que corresponde al espacio cubierto por la cúpula, dentro de otro exterior y discontinuo, que es el de las capillas– recibe sobre du pavimento una proyección directa de los casetones interiores de la cúpula, cosa que arremete obsesivamente sobre la idea neoplatónica del círculo como forma perfecta, en un ideal que, también de modo obsesivo, había acompañado al Renacimiento italiano. La cubierta con esa bóveda de casetones, crea la ilusión de un altísimo domo de una decena de metros, cuando en realidad rebasa apenas los 3.5 m de radio.



Aunque los frescos y buena parte de los estucos realizados por Francesco Primaticcio –también llamado “il Bologna”– en el castillo de Fontainebleau han sido destruidos, dañados de forma irremediable y desfigurados por varias restauraciones, se conserva en el Museo del Louvre una serie de dibujos “Phèdre et Hippolyte” con nota «a Annet»; sin duda un proyecto para los vitrales encargados al maestro vidriero Nicolas Beaurain en 1548. Además, ahora se encuentran en el Museo de Bellas Artes de Chartres y colocados desde 1552 en las boiseries de la capilla del castillo de Anet, doce apóstoles pintados al esmalte a partir de cartones de Michel Rochetel, mismos ejecutados a partir de los dibujos del Primaticio (Étude de drapé pour saint Paul y Étude de drapé pour saint Thomas).


Al otro lado de la Cour d’honneur, se entregó desde 1551 el ala Oeste -poniente- del conjunto, que en su momento albergó diversos aposentos y que es la única ala de las tres del conjunto que –aunque modificada al interior– sobrevive hasta nuestros días.


Esa sección al Oeste de la Cour d’Honneur no parece haber sufrido alteraciones sustanciales al exterior, aunque ahora -acortada- tiene nuevos remates hacia el norte. Hablaré de esa ala más adelante, ya que nos permite revisar aquel proyecto de De l’Orme con su presencia en el S. XXI, pero bástenos saber que con sus tres pisos habitables debió ser el conjunto mejor terminado del palacio; aprovechando sus vistas hacia el poniente, se trazarían además de los jardines de Jacques Mollet, con dos grandes terrazas y “La Grande Nappe”, un alargado estanque que sería luego modelo para los diseños de jardines durante el S. XVIII.


Otro elemento fundamental en aquel jardín sería la magnífica escultura que se adjudica a Jean Goujon –aunque parece provenir de su taller o del cincel de Ponce Jacquiot– y se colocó para engalanar una fuente en aquel jardín, conocida como “La Diane d'Anet” o representando “Diane appuyée sur un Cerf” que retoma parte de los elementos de La Ninfa de Fontainebleau –de Cellini– y los actualiza para hacer referencia directa a Diane de Poitiers como la diosa virgen de la caza, protectora de la naturaleza y la Luna, y su muy cercana relación con el rey...


El magnífico mármol representa a Diana, como diosa relacionada con los animales y las tierras salvajes, que se muestra reclinada y desnuda, sosteniendo un arco en la mano izquierda y rodeando el cuello de un gran ciervo con el brazo derecho. A sus pies se descubren dos perros, un galgo llamado Phrocyon –favorito del rey– y otro peludo llamado Cyrius. Labrados en el elaborado pedestal –que se inspira en jarrones griegos y sus asas con volutas– descubrimos los monogramas H y D de Henri II y Diane de Poitiers.

De hecho, esa Diana no es un retrato de Diane de Poitiers, aunque le rinde homenaje, mientras que el ciervo –aquí un magnífico Ciervo rojo (Cervus elaphus)– es símbolo de Henri II, el regio amante de Diana y benefactor de esas tierras.


Este grupo escultórico se colocó como la parte superior de una fuente monumental en el jardín Oeste del castillo –aunque parece ser que inicialmente se colocó en el jardín Este– y luego en un ninfeo creado en el S. XVII para tal efecto en el muro Sur. Aunque por largo tiempo se atribuyó su creación al afamado Jean Goujon, también se han mencionado Benvenuto Cellini y Germain Pilon como autores; ahora, los expertos la atribuyen a Ponce Jacquiot del propio taller de Goujon; la imagen de arriba la muestra en su estado actual, dentro del Museo del Louvre –en el ala Richelieu, a lo largo de la Rue de Rivoli– luego de ser restaurada (una grande intervención) por el escultor Pierre-Nicolas Beauvallet.

Abajo, de Alexandre-Évariste Fragonard, “Diane de Poitiers chez Jean Goujon”, S. XIX, .64 x .81, que cuelga en las galerías del Museo del Louvre. En la escena, el pintor conjetura al mismísimo Rey de Francia acompañando a su favorita al taller del escultor Goujon para examinar la escultura que la representa como Diana con un ciervo y un par de perros de los que uno es llamado Phrocyon –retomando la obra de Benvenuto Cellini “La Ninfa de Fontainebleau”– y que se colocaría al centro de una fuente en los jardines de Anet.


La magnifica pieza no solo es de autor discutido, sino que su devenir ha sido complejo, tal y como sucedió con el propio Chatea d’Anet luego de su terminación por 1552…

El rey Henri II murió el 10 de julio de 1559 en el Hotel des Tournelles, luego de diez días de sufrimiento tras un accidente en una justa, en que una lanza le perforó el ojo. El mismo día del accidente, la reina Catalina de Medici dio instrucciones para alejar a Diane de Poitiers de su esposo, de París y del príncipe heredero.

Tras la muerte del rey ascendió al trono Francisco II y su madre quedó instituida como regente; Diana abandonó la corte, retirándose al castillo de Chaumont-sur-Loire que intercambió por el castillo de Chenonceau. Le fue prohibido asistir a los funerales, y aún con la protección de su yerno –Charles Aumale, hermano del duque de Guisa, casado con su hija menor Louise– juzgó pertinente el entregar a su prima las joyas de la corona que el rey le había obsequiado…


Henri había muerto a los 40 años y Diane murió siete años más tarde, el 22 de abril de 1566, contando 66 años; había dedicado ese tiempo a la administración de sus muchos dominios, aunque sus últimos meses fueron de retiro en el castillo de Anet. Su hija mayor –Françoise de La Marck– erigió una estatua conmemorativa en su honor que ejecutó Pierre Bonteps en 1569, y que sería trasladada a la capilla mortuoria del castillo –diseñada por Claude de Fouques y edificada al oeste del acceso principal del Château según lo estipulado en su testamento– en 1577, sitio donde Diane de Piotiers recibió sepultura.


La hija menor de Diana –Louise Aumale née de Brézé–, fue la heredera del señorío de Anet. Emparentada con la familia de Guisa por su matrimonio en 1547 con Claudio de Lorena y duque de Aumale, le tocó terminar la capilla funeraria y en 1567 recibió con todo esplendor la visita del rey Carlos IX de apenas 17 años. En 1576 Louise de Brézé, viuda desde hacía tres años, dejó el castillo a su cuarto hijo Carlos de Lorena y duque de Aumale, quien consagró la capilla funeraria en 1577 y transfirió los restos de su abuela, que habían permanecido hasta entonces en la iglesia parroquial.

Abajo, recurro nuevamente a la “Monographie du Château d'Anet…” para mostrar la portada de la “Chapelle Sépulcrale” que diseñada por Claude de Fouques se edificó al poniente del acceso principal de Anet, y recibió los restos de Diane de Poitiers en 1577.


Carlos de Lorena recibió en 1581 en Anet a Enrique III y con la reina madre Catalina, sostuvo a uno de sus hijos sobre la pila bautismal en la capilla; fundó en el parque del castillo un convento franciscano –Cordeliers– (1583) y obtuvo del rey, ese mismo año, la elevación del señorío de Anet a principado. Por desgracia, Carlos –ferviente católico– fue uno de los más feroces oponentes del futuro Enrique IV durante las guerras religiosas; luego de la derrota de la Liga en Ivry, huyó a Bruselas. El Parlamento le declaró culpable de lesa majestad y fue condenado a muerte, y aunque nunca fue encarcelado se determinó que “…el castillo de Anet debía ser arrasado à fleur de terre (a ras de piso) y los bosques cercanos talados à hauteur de ceinture (al nivel de cinturón)”.

Abajo, “Portrait de Charles de Lorraine, Duc d’Aumale”, tomado de un viejo grabado, parte de la colección de la Bibliothèque nationale de France, département Estampes.


Enrique IV, con designio conciliador, afortunadamente no exigió el cumplir aquella cláusula del juicio, y más tarde, fue benevolente con la duquesa de Aumale –María de Lorena–, a quien honró con su estancia en Anet acompañado de la reina; desafortunadamente, arruinada por los sinos de su marido, la duquesa de Aumale se vio obligada a vender el castillo en 1615 a la duquesa de Mercœur, Marie de Luxembourg, cuñada de Enrique III.

Luego de su muerte en septiembre 1623 –precisamente en Anet– la propiedad pasó a Françoise de Mercœur, que en 1609 había contraído nupcias –parte del tratado la Paz de Vervins, que estipulaba que la joven Francisca sería comprometida con el hijo ilegítimo de Enrique IV– con César de Borbón, Duque de Vendôme. A nombre de Françoise de Lorraine, el Duque ejecutó numerosos cambios en Anet, como el edificar dos pabellones y el ninfeo -hemiciclo- entre el ala Oeste y la capilla funeraria, aunque en general fueron cambios que resultaron adversos: trasladó la fuente de Diana, destruyó los vitrales en "grisalla" de la capilla , transformó el trazo del parque y demolió varias dependencias así como la galería que rodeaba los jardines y excavó La Grande Nappe -el gran estanque alargado- que desgraciadamente acrecentó los niveles freáticos y causa desde entonces problemas a las construcciones…


Arriba, de Pierre Daret, “Portrait de Françoise de Lorraine, Duchesse de Vendôme…”, publicado por Louis Boissevin, parte de la colección de la Bibliothèque nationale de France, département Estampes.

En el castillo mismo, el Duque mandó retirar los batientes estructurales de las ventanas (Fenétres a Meneau) y sus decoraciones, transformando los vanos de la planta baja en puerta/ventana; además decoró con pilastras pareadas de orden jónico y un “trofeo” –al nuevo estilo Luis XIV– en entre eje de la Planta Noble, e hizo elevar los tejados para ganar espacio en los áticos.


Además, es al Duque de Vendôme a quien se debe el vestíbulo del ala Oeste, espacio del más puro y nuevo estilo Louis XIV –el clasicismo francés–, con su piso embaldosado en blanco y negro así como su magnífica escalera "de atrevido diseño" –a decir de Alphonse Roux– con gran farol y barandal de hierro forjado con monogramas dorados, y colocando en la parte más alta y entre pilastras pareadas, ocho bustos antiguos de emperadores romanos sobre peanas, de los que se perdió la pista, aunque algunos parecen formar ahora parte de lo exhibido en la Biblioteca de Chartres y en la Société archéologique d'Eure-et-Loir.


Arriba, el vestíbulo del Duque de Vendôme –en el ala Oeste– en su estado actual dentro del Château d’Anet; abajo, de Jacques Rigaud, una vista del castillo de Anet en el S.XVIII, en un dibujo a tinta que forma parte de la colección de la Bibliothèque nationale de France; es con esa apariencia que Anet llegó la década de 1789 a1799, en que se dio la Révolution française


A pesar de aquellas intervenciones, el Château d’Anet seguía siendo edificio ejemplar a más de cien años de edificado por Philibert de l'Orme, y aunque hubo altibajos en su mantenimiento, uso y fortuna de los propietarios –perteneció a Louise-Françoise de Bourbon , a Luis Augusto de Borbón -duque del Maine-, y para 1893 al riquísimo duque de Penthievre–, no sería sino hasta 1794 en que con muchas otras propiedades de la nobleza, fue confiscado por el gobierno revolucionario en beneficio de la Nación, y el mobiliario subastado.

En junio de 1795 el sepulcro de Diane de Poitiers fue abierto, el ataúd forzado y los restos arrojados en la fosa común del cementerio parroquial de Anet.

Iniciando febrero de 1798, la propiedad -ya vacía- fue dividida y vendida en cuatro lotes; la sección que incluía el castillo y sus jardines se adjudicó por tres millones doscientos mil francos a la sociedad “Driancourt et Baudoin” que de inmediato entregaron documentos a los banqueros “Ramsden et Herigoyen”, quienes despojaron al edificio de sus elementos decorativos y los subastaron.


Ya iniciado el S. XIX, la ruina fue adquirida por “Josien Demonti fils.” que taló los árboles para vender la madera e inició la demolición de los edificios; para acelerar el proceso recurrió a dinamitar parte de las estructuras, aunque fue detenido por los pobladores. La demolición sería interrumpida en 1811 luego de que uno de los trabajadore murió en el proceso de retirar las tejas del ala Oeste y se dio un litigio mayor, pero tanto el ala Norte como buena parte del ala Este, ya habían desaparecido.

En 1820 el ala Oeste de castillo, vacío y abandonado, así como parte de lo que habían sido jardines fueron adquiridos por la duquesa viuda de Orleans, que murió nueve meses más tarde, y su hijo Luis Felipe de Orleans –el futuro rey Luis Felipe I de Francia–, dada la magnitud de las reparaciones, lo vendió a Louis Passy, quien no hizo grandes obras, más que cercar la propiedad…



Para 1840 y en mal estado, el ruinoso Château d’Anet fue adquirido por Adolphe Frédéric Joseph Marie Victor de Riquet, comte de Caraman (1800-1876). De Riquet que nació en Berlin con el siglo, viajó a Tierra Santa y llegó a Palmira, donde dibujó con detalle los templos en ruinas, las columnatas y el arco triunfal. Contribuyó a la Société de géographie de Paris, con su investigación arqueológica y un par de rutas de viaje desde El Cairo hasta Jerusalén.

El Conde de Caramán comenzó la primera acción de urgente rescate en Anet: la reparación y acondicionado del interior en los pabellones y la sección sur del ala Oeste –el vestíbulo del Duque de Vendôme servía de bodega y el resto de la edificación ya no tenía techo–; sus demás intervenciones se concentraron en restaurar el portal de entrada y restituir su grupo de animales de bronce –aunque sin el movimiento que tuvieron de origen–, además de añadir un pórtico a la capilla y reponer altares. Veinte años después, Caraman público en 1860 con Benjamin Duprat: “Anet, son passé, son état actuel, notice historique.”, documentando su historia, la intervención y señalando los trabajos requeridos…


Luego de algunos reveses en su fortuna, Anet fue adquirido a fin de 1860 por el corredor de bolsa y político parisino Ferdinand Louis Moreau (1826-1884) que emprendería desde 1863 una segunda etapa de trascendentes trabajos: restituyó por completo los techos y tejados, reconstruyó el remate norte del edificio con la asistencia del arquitecto Marie Auguste Bourgeois –quien reprodujo el extremo sur, que se conservaba prácticamente intacto–, y emprendió luego la reposición de la decoración y amueblado con la asistencia del pintor Louis Faivre-Duffer, que rescató tapices, fragmentos de vitrales, muebles y restos de pintura…


Habitando en el Nº29 de la rue de Londres en Paris, Moreau compró además obras de arte y mobiliario que se consideraba eran originales del castillo de Anet, como un grupo de tapices tejidos en París sobre los cartones de Jean Cousin el Viejo, que contaban la Historia de Diana –en elogio a Diane de Poitiers–, conjunto sentó precedente para las suites de tapices inspirados en Diana que fueron tan populares en el siglo XVIII–.


En su texto de 1911, Alphonse Roux registró que, por instrucciones de Moreau, en el «petit cabinet de curiosités» se colocó un magnífico piso rescatado del château d'Écouen –construido por el condestable de Francia, Anne de Montmorency, y ahora Museo Nacional del Renacimiento–, complementando los pequeños adoquines con la divisa de Diana Poitiers de la alacena y los batientes de puertas parcialmente dorados de la sala de guardia que eran originales…



Además, Moreau repondría buena parte de la superficie de la propiedad gracias a la compra del «Grand Parque» en 1868 y diez años después, en 1879 y durante las obras de nivelación del patio, descubrió el magnífico criptopórtico –sótano y sustento del ala central norte– enterrado durante las demoliciones de Demonti y hasta entonces considerado como destruido; así despejaba toda duda del emplazamiento de aquel edificio y permitió entender el sistema que Philibert de l’Orme creó como cimiento…


Arriba, la vista del ala norte desde los jardines, con los restos del criptopórtico –un neologismo latino acuñado a partir del término griego kryptē (ocultar) y del latino porticus (pórtico), y en terrenos inclinados, el lado abierto del criptopórtico estaba a menudo parcialmente a nivel del suelo y soportaba la estructura, como en un foro o villa romana, en cuyo caso servía como basis villae–. Abajo y del magnífico “Histoire et description du Château d’Anet…” de Pierre Desiré Roussel d’Anet, MDCCCLXXV, la ilustración de la p. 39: Façade sur les Jardins, con el criptopórtico y su escalera de herradura para descender a los jardines.



Es precisamente de este período que provienen los dibujos de la “Monographie du Château d'Anet construit par Philibert de l'Orme en MDXLVIII…” que en 1866 publicó Rodolphe Pfnor y que he estado utilizando, y de los que aparece abajo la fachada principal -Este- del edificio que para entonces constituía la principal edificación del conjunto frente a la capilla.


Otro aporte fundamental que se debe agradecer a Ferdinand Louis Moreau, es la reposición –con una correcta reproducción– del tímpano de Benvenuto Cellini en el arco de la puerta de acceso al patio del castillo, además de un par de nuevas carátulas para el reloj y campanas.


Arriba, “Porte principale du château d'Anet construit pour Diane de Poitiers par Philibert de L'Orme architecte 1552”, aguafuerte de Octave Guillaume de Rochebrune -grabador-, fechada en 1869.

No es exageración el decir que durante ese período en que Ferdinand Louis Moreau fue propietario de Anet y continuó con la labor del comte de Caraman, cuando se permitió a Rodolphe Pfnor el preparar levantamientos y ejecutar ilustraciones –además de la recapitulación de la historia del castillo para la “Monographie du Château d'Anet”– que el Château se recobró de una amenazadora destrucción.
Abajo aparece el dibujo del tímpano de Cellini según el registro de Pfnor de 1866.


A la muerte de Moreau en 1884, su hija –Juliette Amélie Moreau– heredó la propiedad y con su esposo, el conde Guy de Leusse, continuaron la restauración y mantenimiento, agregando algunas piezas a la creciente colección de muebles. Durante la Grande Guerre (Primera Guerra Mundial entre 1914 y 1918) los condes de Leusse abrieron las puertas del castillo y transformaron las habitaciones en un hospital auxiliar de la Cruz Roja; desgraciadamente, en 1921 verían morir a su hijo Maurice, que apenas en 1918 había casado con Marguerite d’Alsace-d'Hénin-Liétard.

Abajo, de Giovanni Boldini, aparece “Juliette Amélie Contessa de Leusse” firmado en 1889 que forma parte de la colección del Museo Boldini en el Castello Estense di Ferrara.



Durante la Segunda Guerra y la ocupación Nazi, el Château mismo sufrió daños menores, aunque el convento franciscano –Cordeliers– edificado desde 1583 en el parque por Carlos de Lorena fue bombardeado y totalmente destruido.

Luego de la muerte de Guy de Leusse en 1940, la ya viuda condesa heredó la propiedad en 1944 a su nieta Laurette de Leusse, hija de Maurice y Marguerite. Laurette de Leusse había nacido en París el 7 de febrero de 1921 y en abril de 1942 contrajo nupcias con Charles François Xavier de Yturbe Limantour, hijo del embajador de México don Miguel de Yturbe (1874-1934) y Marie Thérèse Limantour (1880-1977).

Desde el siglo XIX, la familia Limantour gozaba de holgada situación económica y prominencia pública en México, ya que desde 1880 don José Y. Limantour fue miembro de la Junta de Desagüe del Valle de México y en la década siguiente diputado al Congreso Federal. Su carrera en el servicio público se acentuó cuando fue designado oficial mayor de la Secretaría de Hacienda ‒a cargo entonces de don Matías Romero‒ y poco después se ocupó temporalmente del Despacho. En mayo de 1893 fue designado secretario de Hacienda y Crédito Público, cargo que conservó hasta que fue nombrado Secretario de Gobernación para concertar la paz con los revolucionarios y poner fin al gobierno de Porfirio Díaz, en mayo de 1911.



Marie Thérèse -María Teresa- Limantour Cañas (1880-1977) fue la hija mayor del matrimonio, seguida de Luís que murió niño (1891-1893) y Guillermo Manuel (1891-1952); fue una joven muy popular y desenvuelta, que en 1902 sería celebrada al encabezar el Torneo de los “Juegos Florales de los Estudiantes de Jurisprudencia"…


Y nos dice el documento -con portada de Julio Ruelas- que narra el evento, en palabras de don Amado Nervo:
El poeta premiado con la flor natural –el más noble de los premios‒ Abel Salazar, eligió como reina á la Srita. María Teresa Limantour, quien, prescindiendo de su apellido que ante esta sociedad la abona mucho, tiene, á juicio de quienes la conocen, una rara distinción natural y dotes intelectuales poco comunes.
Presidió ella, pues, rodeada de una esplendorosa corte, integrada por las mujeres más guapas de México.

Abajo María Teresa Limantour de Yturbe con el atuendo que debía lucir en la Gran Cena de Septiembre –en Palacio Nacional‒ durante las Fiestas del Centenario de la Independencia de México de 1910.


María Teresa contrajo matrimonio el 8 de octubre de ese 1902 ‒en el Templo de Santa Veracruz de la Ciudad de México‒ con Miguel José Sebastián Pascual de Nuestra Señora de la Luz de Yturbe y Atristain (1874-1934), cuarto hijo de don Francisco Tirso de Yturbe Villar (1842-1904) y doña María Dolores Atristain Berazueta (1844-1927).

La fortuna De Yturbe nació por la notable habilidad comercial de don Francisco María de Yturbe y Anciola (n.1808) fundada en una modesta casa de comercio en Pátzcuaro y que gracia a hábiles manos pasó a manejar propiedades urbanas y rurales, minas y deuda pública, y que –luego de su muerte‒ al disolver la “Compañía C.V. de Yturbe e Hijos” en 1873, contaba un capital líquido de $4’299,346.17 –una auténtica fortuna en ese momento‒. De ahí, los descendientes María, Francisco, Manuel y Felipe de Yturbe y del Villar entraban a la escena pública con enormes recursos…


Me permito ahora dar algo de contexto social, para entender a esa familia De Yturbe del Villar y Aristain a la que se unía María Teresa Limantour; entresaco de los textos que en “Yturbes y Manglanos” publicó Enrique Hurtado de Mendoza –Marqués de San Juan de Rivera‒ y que a la letra nos cuenta:
Don Francisco Tirso (padre del novio), era hermano de Manuel de Yturbe y del Villar, diplomático y ministro plenipotenciario de México en Alemania, Rusia y Gran Bretaña, quien casó con María Trinidad Scholtz-Hermendorff, dama con quien engendró a doña Piedad de Yturbe y Scholtz, quien casaría en 1921 con S.A.S Max-Egon, Príncipe Hohenlohe-Langenburg y con quien engendraría a María de la Piedad (Pimpinela) ‒Princesa Hohenlohe-Langenburg, Marquesa de Belvis de las Navas (que casó con Claudio Gamazo y Arnús, Marqués de Soto de Aller)‒, Maximiliano Víctor ‒ Príncipe Hohenlohe-Langenburg (casado con la Princesa Ira Von Fustenberg y Agnelli)‒, Christian Kraft ‒ Principe Hohenlohe-Langenburg (casado con Carmen Cuadra y cuya hija María casó con don Alfonso Martínez de Irujo y Fizt James Stuart, Duque de Aliga, G. de E., e hijo segundo de la Duquesa de Alba)‒, Beatriz ‒Princesa Hohenlohe-Langenburg, que casó con el Duque de Arión‒, Isabel Cristina ‒Princesa Hohenlohe-Langenburg‒ y Maximiliano Manuel ‒Principe Hohenlohe-Langenburg, casado con doña Ana María Medina, Condesa de Ofalia y Marquesa de Navahermosa, hija de los Duques de Medinaceli).

Abajo, aparece María de la Piedad de Yturbe y Scholtz ‒prima de Charles de Yturbe y Limantour, de cuyo Château d’Anet trata esta nota‒ el día de su matrimonio el 12 de octubre de 1902 –apenas cuatro días luego de su propia boda–, con el príncipe Maximiliano Eugenio de Hohenlohe-Langenburg, hijo del príncipe Godofredo Carlos Luis de Hohenlohe-Langenburg y la condesa Ana de Schöborn-Buchheim.


El otro hermano, don Felipe Yturbe y del Villar, fue Caballero del Santo Sepulcro y estuvo casado con Elena Idaroff, con quien tuvo extensa familia y fueron padres de Felipe Francisco José María Yturbe Idaroff, que casó con Constancia Illescu Constantinescu y es recordado como propietario del que había sido palacio de los condes del Valle de Orizaba y hoy conocemos como “Casa de los Azulejos”, donde solicitó a José Clemente Orozco pintar un mural en la escalera. Abajo, los De Yturbe Idaroff, propietarios de la Casa de los Azulejos, recordada como sede del “Jockey Club”, ahora “Sanborns Azulejos”…


A esa línea descendiente de Felipe de Yturbe y Elena Idaroff corresponde Elena de Yturbe (la hija mayor, que aparece de pie, al centro de la foto –n.1881–) que casaría con Pablo Amor y serían padres de María Dolores Paula Amor y De Yturbe que contrajo matrimonio con Jean-Joseph Evermond Sperry, Príncipe Poniatowsky, para ser ellos padres de Hélène-Élisabeth Louise Amélie Paula, princesa Poniatowska –n.1933–(nuestra Elenita Poniatowska)…

Volviendo a don Francisco Tirso de Yturbe y del Villar, nos cuenta Enrique Hurtado de Mendoza que casó con doña María Dolores Aristaín y Berazueta con quien tuvo dos hijos:
a. Don Francisco Miguel de Yturbe y Aristaín que obtuvo Certificación de Armas e Hidalguía de don Juan José Vilar y Psayla, cronista Rey de Armas de Alfonso XIII, fechada 10 de octubre de 1887.
b. Don Miguel de Yturbe y Aristaín (1874-1934) que casó con doña María Teresa Limantour y Cañas, hija del Licenciado José Yves Limantour y Marquet, ilustre prohombre de las finanzas mexicanas, quien fue por muchos años Secretario de Hacienda del presidente de México, General don Porfirio Díaz, y de doña María Cañas y Buch, deuda cercana del General Juan Prim y Pratz (1814-1870), Conde de Reus, Vizconde de Brouch y Marqués de los Castillejos, Presidente del Gobierno español; a su muerte, su viuda doña Francisca Agüero y González fue investida como Duqesa de Prim, G. de E. De don Miguel de Yturbe y doña María Teresa Limantour proceden las dos actuales grandes líneas; la línea francesa, dueña de los palacios vecinos al Arco del Triunfo, en París, ilustradas en el monumental libro “La Place de l'Étoile”… En esta línea familiar recayó también, por enlace, la propiedad del Castillo de Anet, bella obra del Renacimiento, que fuere de la famosa Diane de Poitier, favorita de Enrique II de Valois y rival de Catalina de Médicis.

Abajo, aparece una imagen contemporánea de la casa frente a “La Place de l’Étoile” vista desde la cima del Arco del Triunfo; el sobrio edificio en el N°8 de Rue Presbourg es el que se distingue en la mitad izquierda de la toma.



El matrimonio De Yturbe/Limantour ya habían recibido a Dolores (n.1903), Miguel (n.1904), Manuel (n.1908) y José (n.1909), pero luego de los disturbios de 1910, decidieron trasladarse a Francia, donde llegarían Luís (n.1911), Carlos (n.1914), María y Teresa. La familia De Yturbe-Limantour permanecería en Francia –aunque don Miguel de Yturbe hizo varios viajes a México para supervisar sus negocios acompañado de alguno de sus hijos‒ y distribuyeron el tiempo entre París –sitio de estudios y donde habitaban el sobrio edificio N°8 de Rue Presbourg‒, Londres y los veranos en la casa de Deauville Sur Mer, que ocuparon don José Yves Limantour y María Cañas por varios años, incluso luego de la guerra.

Aunque sus hermanos José y Luis casaron en México, –José de Yturbe contrajo matrimonio con Dolores Bernál y García Pimentel, mientras que Luis de Yturbe casó con Beatriz Redo y Vidal Soler– los demás casaron en Europa –Dolores (Lolita) casó con Juan Larivière (Argentino), Miguel casó con Charlotte Burin de Roziers, María casó con Bertrand de Maud'Huy y Teresa casó con Jean de Laborde-Noguez–; Carlos de Yturbe contraería matrimonio el 21 de abril de 1942, en Coudray-au-Perche, Francia, con Laure –Laurette– de Leusse (1921-2007), y un par de años después se transformaría en parte de la historia del Château d’Anet


Arriba, en un óleo de Jean-Claude Fourneau, aparece “Laurette de Yturbe, huile sur toile, ca. 1948”, según aparece en el catálogo del autor, cuando era ya la propietaria del Château d’Anet.

Luego de la muerte de su madre y hasta 2007, Laurette de Yturbe sería una incansable protectora del Château, y con su esposo, se encargó de ampliar y proteger su acervo. Mi padre era admirador de esa arquitectura y su historia –en específico de la insigne Diane de Poitiers–, y siempre que visitó el castillo regresó con imágenes, textos y Cartes postales que eran deleite y regodeo en su colección. Muchas de las imágenes que aquí aparecen, son parte de ese acervo, incluidas las de “Histoire et description du Château d’Anet…” de Pierre Desiré Roussel d’Anet, así como “Monographie du Château d'Anet construit par Philibert de l'Orme en MDXLVIII…” de Rodolphe Pfnor.


Arriba y abajo “L’aile Gauche du Château d’Anet” el ala poniente de aquel edificio, construido por Philibert de l’Orme para Diane de Poitiers desde 1547 y hasta 1552, y que inmortaliza parte de aquella apasionante historia; a pesar de algunas modificaciones, el exterior aún hace referencia a ese período, aunque al interior haya sufrido grandes transformaciones por instrucción del Duque de Vendôme para Françoise de Mercœur. Al centro de la fachada se distingue el “Triunfo” que ahí mandó labrar el duque de Vendôme, aludiendo a sus victorias en España. En la Carte Postale de abajo, se distinguen además del Ala Oeste el arco de acceso y la Grande Cour d’Honneur tal y como llegan a nuestros días.



Abajo Le Vestibule, vestíbulo en la parte central del ala Oeste erigido por el Duque de Vendôme en 1683, una creación del más puro estilo Louis XIV. Aunque admirable espacio, no corresponde a las características de lo establecido en 1551 por Philibert de l’Orme y precisamente por eso –perdió por ejemplo el piso de mosaico, sustituido por el mármol blanco y negro–, no sería catalogado como Monument Historique sino hasta 1993.


El espacio con su sorprendente escalera y pasillo superior que parecieran no tener apoyo alguno, es magnífico ejemplo de la arquitectura en el período de esplendor del reinado de Louis XIV y se atribuye a Desgaux. La rampa de amplísimo derrame es la pieza central y desde 1940 complementa el espacio un armario que formó parte de la decoración de la sacristía en el convento franciscano –Cordeliers– del parque, destruido durante la Segunda Guerra Mundial.


Ya desde tiempo de Moreau y del conde Guy de Leusse, el vestíbulo ha dado paso a los diversos salones recreados a la manera renacentista en la planta baja, incluyendo un petit salón, salón comedor, alacena y otros aposentos como el Cabinet des Antiques, que han presentado ligeras modificaciones al paso de los años, exhibiendo recuerdos y trofeos que refieren a los tiempos de Diane de Poitiers y Henri II.

Las Cartes Postale de distintos períodos atestiguan los pequeños cambios en mobiliario y decoración que durante el período en que Laurette de Leusse d’Alsace-d'Hénin-Liétard y Charles François Xavier de Yturbe Limantour se encargaron del Château. Arriba y abajo aparecen dos postales de los años 30’ que miran desde el vestíbulo hacia la entrada al petit salon. Abajo y a la extrema derecha, se distingue una “Chaise a porteur” que fuera parte de los bienes adquiridos por el duque de Penthièvre…



Así, al acceder entre las fastuosas torchères en madera tallada y dorada que custodian la puerta principal, podemos mirar el primer salón –petit salon–, donde se conserva el magnífico plafón de Claude Audran encargado por Louis Joseph de Vendôme además de las decoraciones de François Desportes que incluyen una sorprendente chimenea labrada en mármol rojo –Griotte– con elementos que recuerdan los diseños de De l’Orme en el arco de acceso al Château.



La Salle a Manger resguarda desde tiempos de Ferdinand Louis Moreau algunos de los muebles que en 1863 se adquirieron para la decoración con la asistencia de Louis Faivre-Duffer. En general, el ajuar completo muestra tapices con escenas de cacería y muebles ligados al renacimiento francés, destacando una mesa con la divisa de Diana, así como una magnífica chimenea monumental de madera de nogal, labrada con dos Telamones e incrustada con mármol, rematada con la leyenda “DAPIBUS MENSAS ONERAMUS INEMPTIS”.



Al centro del salón y sobre la mesa, se ha exhibido por años una Jardinièresurtout de table– en plata y con diversos accesorios marítimos que ostentan el emblema de la casa. Los curiosos objetos a los extremos de la imagen de abajo son “des timbales en argent”, creados para servir vino en la taza de superior y desvelar la champaña al terminar la comida…


Además, en esa sección está también el magnífico Salon Bleu, que con muebles de clara procedencia renacentista, adquiridos por Louis Faivre-Duffer y con su decorado de Claude Audran, es solemne recreación de la opulencia de aquel Château de Diane de Poitiers entregado en 1552…



Ya arriba, lo que en tiempos de Diane de Poitiers debió ser una Salle des Gardes, se transformó en lo que podríamos llamar la nueva “Galerie de Diane” que rinde ahora homenaje a los diversos propietarios del inmueble; el amplio salón está presidido por una monumental chimenea de mármol de talla renacentista y resguardado bajo un plafón de casetones, labrados, pintados y dorados, que muestran las armas de Henri II y Diane de Poitres además del Duc d’Aumale los Duques de Vendôme el Comte de Caraman y Ferdinand Louis Moreau.


Esta “Sala de Guardias” encerraba objetos de heterodoxa procedencia, incluyendo la gran chimenea con parafuego del S. XVIII y lámparas del S. XX, complementando el conjunto con tapices de los S. XVI, XVII y XVIII…

También arriba y justo sobre el comedor está la Chambre a Coucher que se ha bautizado en honor a Diana; aunque repleta de alusiones correctas, no es la recámara de Diane y Henri, que debió formar parte del edificio norte, ya desaparecido…



Luego de la muerte de Charles-François Xavier de Yturbe y Limantour en 1998, aparecía en los diarios franceses el 13 de mayo de 2007 la triste noticia:
Madame Laurette DE LEUSSE
1921 - 2007
Madame DE LEUSSE est décédée le 12 mai 2007 à 86 ans.

Tocaba ahora el turno a Alexandra Bemberg y Jean de Yturbe el dirigir la trayectoria de la propiedad al inicio del siglo XXI, cuando la edificación del actual Château d’Anet cumplía ya 460 años de haberse iniciado a manos de Philibert de l’Orme.


En la Chambre a Coucher aún se descubren el respaldo de cama con labrados que muestran una de las insignias de Diana –tres cuartos de luna entrelazados– y el dosel del que cuelgan magníficos brocados con bordados en seda, que seguramente son contemporáneos al tiempo en que Diana y Enrique ocuparon Anet.



La Salle des Gardes muestra ahora bajo el suntuoso plafón decorado con los emblemas de los diversos propietarios del Château, un decorado carmesí, aderezado con lienzos en que podemos identificar a los diversos amos de aquellos muros.


Aunque ocasionalmente los visitantes se lamentan de no poder tomar fotografías de esas habitaciones, no debemos olvidar que con toda su carga histórica siguen siendo los espacios habitables de una casa…


En cada rincón llama la atención descubrir algún sorprendente detalle que remite a la larga historia y tradición del edificio: en la imagen de arriba, inserto sobre el hogar de la monumental chimenea, el observador cuidadoso descubre un óvalo de porcelana en el que se delineó una vista del Château en su apogeo, inserto en un marco coronado por la cabeza de un ciervo…


Ese buen observador, descubrirá también que al heredar el castillo, Jean de Yturbe y su esposa han extendido restauración y conservación del inmueble, con importantes trabajos que incluyeron dotar al edificio de calefacción central además de nueva iluminación incorporando cosas tan necesarias como tomas eléctricas en la totalidad de la construcción...



El 29 de mayo de 2010, con una gran celebración que incluyó a buena parte de los pobladores de Anet, se trasladaron los restos de Diane de Poitiers a la capilla funeraria recién restaurada. Jean de Yturbe no solo reunió a sus vecinos, sino además convocó a la famosa descendiente viva de Diana, la Baronesa Marie Christine von Reibnitz, ahora Princess Michael of Kent y tía por alianza del rey de Inglaterra…


Los jardines y capilla están abiertos al público y se puede visitar la casa acompañado por un guía en horarios predeterminados. Me atreví a incorporar Chateau d’Anet a “Grandes casas de México” por la liga con las familias De Yturbe (Ver) y Limantour (Ver  y Ver) de quienes ya en otro momento había escrito. Es un auténtico divertimento…



Me sigue maravillando el que a más de 470 años de edificada, el ala poniente de aquel gran “castillo residencial de placer” siga en pie y mostrando en el plafón de la Salle des gardes, un recuento de los propietarios del edificio; más aún, que entre las grandes ventanas, cuelgue un maravilloso retrato de Diane de Poitiers, la favorita del rey Henri II



El extraordinario bronce de Benvenuto Cellini “La nymphe de Fontainebleau” cuelga ahora en el descanso del Escalier Mollien en el ala Denon del Musée du Louvre.


Es toda una experiencia mirar de cerca ese bronce creado en 1545 para el Castillo de Fontainebleau.




También dentro del Museo del Louvre –en el ala Richelieu, a lo largo de la Rue de Rivoli– se puede admirar el magnífico mármol de “Diane et le Cerf” luego de ser restaurada por el escultor Pierre-Nicolas Beauvallet.


En los jardines de Anet hay una copia que permite entender la sorpresa que debió causar esa obra en el sitio…




Este Blog se hace gracias al apoyo incondicional de Julieta Fierro; está dedicado a las “Grandes casas de México” y pretende rescatar fotografías e historia de algunas de las residencias que al paso del tiempo casi se han olvidado y de las que existe poca información publicada. El objeto es la divulgación, por lo que se han omitido citas y notas; si alguien desea más información, haga el favor de contactarme e indicar el dato que requiere. A menos que se indique lo contrario, las imágenes provienen de mi archivo, que incorpora imágenes originales recopiladas al paso del tiempo, así como el repertorio de mi padre y parte del archivo de don Francisco Diez Barroso y sus imágenes de Kahlo; en general, he editado las imágenes a fin de lograr ilustrar mejor el texto. Si se utilizan las imágenes, favor de indicar la fuente –aunque advierto que pueden tener registro de autor–.



Conforme haya más entradas (¡Ya hay ciento cincuenta!), aparecerán en el índice de la parte superior derecha de esta página…



También se puede encontrar un índice general en: http://grandescasasdemexico.blogspot.mx/2016/02/indice-de-grandes-casas-de-mexico.html
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4 comentarios:

  1. Gracias como siempre, buenisma la historia y la forma de exponerla excelente

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  2. Felicidades por su artículo.
    Francamente interesante y -como siempre en lo que he leido de usted- exhaustivo.
    Fui alumno suyo en la Ibero en la decada de los 90 y recuerdo los paseos por el Centro.
    Le mando un enlace del padre de Y. y Anciola:
    https://es.m.wikipedia.org/wiki/Francisco_de_Iturbe_y_Heriz

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