Edificada en un amplio terreno con 825m² de la “Colonia Bucareli”, en la esquina que sería luego remate a la prestigiosa calle de Londres en la Colonia Juárez, la casa edificada desde 1891 para don Salvador Malo pasó a la propiedad de su hijo Salvador Malo Rivas, para albergar desde 1907 la Embajada de la República Francesa y en 1908 recibir al Ministro plenipotenciario Paul Lefaivre y su esposa, sirviendo como telón de fondo a varias de las reuniones diplomáticas en torno a las Fiestas del Centenario de la Independencia de México en septiembre de 1910; apenas 17 meses después, para febrero de 1913 con S.E. Gaston Albert Joseph Marie Moisson de Vaux Saint-Cyr sería centro de negociaciones para salvar la vida del presidente de México…
El terreno –dividido en dos predios– está ahora ocupado por un par de discretos edificios de departamentos: el “Edificio California” de cinco niveles –en Lisboa Nº51, predio de la esquina que fuera ocupado por la casa propiamente dicha– y el edificio de departamentos con el Nº13 de Roma –terreno que por 1910 recibía jardines, invernadero, cocheras y amplias dependencias de servicio–.
Los terrenos de que trata esta nota fueron no hace tanto tiempo parte de la enorme extensión ofrecida a postores tras la venta de las propiedades del 5° Conde de Santa María de Guadalupe del Peñasco, Ingeniero don José Mariano Espinosa y Cuevas. Entre 1865 y 1872 la zona al norte de la “Calzada del Acueducto” pasó a formar parte de la Hacienda de la Teja, propiedad del ingeniero Francisco Somera y sobre cuyos peculios se perfiló el “Paseo de la Emperatriz” que hoy llamamos Paseo de la Reforma (Ver), avenida trazada por el ingeniero Luís Bolland por orden expresa de Maximiliano I, ligando de manera conveniente el Cerro de Chapultepec –donde edificaría su Residencia Imperial– con la primera glorieta del Paseo de Bucareli, sitio en que desde 1852 se había colocado la estatua ecuestre de Carlos IV.
Arriba, aparece un fragmento del plano dibujado por los ingenieros Mc. Clellan y Hardcastle en 1847, titulado “Battles of Mexico” –que es parte del acervo de la Mapoteca Orozco y Berra– donde puede verse el estado que guardaba la zona por aquella fecha. Bajo el título, aparece la Loma de Chapultepec –que entonces albergaba el Colegio Militar– y a la extrema izquierda el Molino del Rey; arriba y a la extrema derecha, el casco de la ciudad de aquella época, que hacia el poniente apenas llegaba hasta la hoy Avenida Balderas y el edificio de “La Ciudadela”; al centro, aparece lo que ahora llamamos Avenida Chapultepec y que ahí aparece marcado como “Aqueduct of Belem”, y sorprende el que aún no existe el trazo de lo que hoy llamamos Paseo de la Reforma (que he señalado con la delgada línea roja). Como referencia, la estrella roja marca el sitio aproximado en que hoy se encuentran los edificios de Lisboa Nº51 y Roma Nº13, en que estuvo la casa Malo.
La avenida trazada por el ingeniero Bolland, que en palabras de José María Marroqui, “…en su momento apenas llegó a ser angosta y sin adorno alguno”, no era aún eco de los grandes bulevares europeos, por lo que en 1880 cuando se trazó la “Colonia Bucareli” (también llamada Colonia Limantour), las calles siguieron la retícula normada por el Paseo de Bucareli, aun a pesar de que en la glorieta cercana del “Paseo Degollado” se había colocado en 1877 el monumento a Cristóbal Colón donado por Antonio Escandón con esculturas ejecutadas por Charles Cordier, y en la siguiente glorieta del paseo se edificaba ya un monumento a la memoria del emperador Cuauhtémoc. La primera piedra de aquel otro monumento fue colocada el 5 de mayo de 1878, cuando en su entorno no había más que huertos y milpa; durante su inauguración el 21 de agosto de 1887, Manuel Gutiérrez Nájera apuntó:
“Pasead a todas horas por ésta calzada de la Reforma, si es que no podéis alejaros más de la ciudad. ¿No habéis observado cómo la ciudad marcha rumbo a occidente? …México parece como irse desprendiendo y alejando del lugar en donde la dejaron los conquistadores… ¡Cómo brotan casas en esta anchurosa calzada dedicada a la Reforma! Pronto, sin duda, México se unirá a Tacubaya, que lo espera como una novia espera al novio, con prendido de flores y con una rosa en el corpiño…”
Arriba, el “Plano de la Colonia de la Teja - 1881” –que forma parte de la colección de la Biblioteca del Museo de la Ciudad de México–; al centro-derecha, se distinguen en rosa las manzana con Nº1,2,3 y4 que corresponden al trazo de la Colonia Bucareli; aunque marcadas también en color rosa, el dibujo no corresponde exactamente la urbanización final (nótese que a las glorietas no desembocan calles principales), pero el diseño de retícula alineada al Paseo se conservó. Abajo, una fotografía captada en 1904 por Guillermo Kahlo, donde se observa el ya Paseo de la Reforma con los monumentos a Colón (al frente) y Cuauhtémoc )al fondo izquierda).
Es con el trazo de esa “Colonia Bucareli”, que desarrollaba don Rafael Martínez de la Torre que aparece en escena don Salvador Malo que edificaría la casa de que trata éste artículo…
La casa de don Salvador Malo Rivas y María Amalia Basantaz Tamayo
Identificado en documentos con algunas variaciones en su nombre –en acta de bautizo del templo de la Santa Veracruz de febrero de 1851 se registra: Salvador Rómulo Pedro Loreto José Joaquín Juan Nepomuceno Ramón Ignacio de Loyola Francisco Javier Magdaleno Pedro Regalado Pascual Bailón Luis Gonzaga Federico Fausto Miguel Ángel Sebastián de la Santísima Trinidad Malo Valdivielso– que nació en la Ciudad de México el 17 de febrero (día de San Policronio) de 1851, tercer hijo de don Pedro Malo y Concepción Valdivieso; murió cincuenta años después en la misma ciudad y dentro de la casa de que trata ésta nota el 10 de junio de 1901. Don Salvador fue parte de una familia de bulliciosa historia, frecuentemente asociada con su escalada en el medio social de su momento –su hermana mayor, Dolores Malo (1847-1911), casó ventajosamente en 1870, con Romualdo Zamora Duque de Heredia–, y sabemos que don Salvador casó el 10 de octubre de 1877 -a los 27 años- con Ana Rivas Iñigo (ca 1840-1884), –ella en sus segundas nupcias ya que había estado unida a don Tomás Benavente Landa–, hija de don Luis Rivas Góngora (c.a 1811-1892, foto de abajo) –destacado nayarita emparentado con el afamado arquitecto Antonio Rivas Mercado– y Laura Iñigo Villaseñor. Salvador Malo Valdivieso y Ana Rivas Íñigo procrearon a Salvador Rafael Malo Rivas -n.1878- y a Pedro Malo Rivas -n. 1880-.
Con la ayuda de su cuñado –el Duque de Heredia– y desde 1870, don Salvador había estado involucrado en la comercialización de amplios terrenos en la periferia de la ciudad –en la ribera del río de la Piedad, que ahora conocemos como “Viaducto Piedad”– para transformarlos en un panteón civil con el nombre de “Panteón de la Piedad” espacio abierto que parcialmente llega a nosotros como el “Jardín López Velarde” a un lado del Centro Médico Nacional; aquella aventura fue iniciada por Vicente Escandón y José Amor que en 1874 cedieron sus acciones a Malo en un episodio que para 1885 culminó en desastre financiero.
Además, para 1882 y luego de la muerte de Rafael Martínez de la Torre ‒abogado, Regidor del Ayuntamiento de México y Diputado ante el Congreso de la Unión‒ que desarrollaba el fraccionamiento de la “Colonia Bucareli” (que muchos conocían como Colonia Limantour por ser éste uno de los inversionistas), don Salvador Malo –en buena medida con los recursos aportados por su esposa–, adquirió por 65mil pesos esos terrenos para promover el fraccionamiento, lotificación y venta de la Colonia Bucareli, que al paso del tiempo se transformaría en sección norte de la Colonia Juárez. Ahí el matrimonio escogió un par de predios donde edificar una residencia de vanguardia.
Desafortunadamente, doña Ana Rivas de Malo falleció en mayo de 1884 y don Salvador vendió a The Mexico City Improvement Company aquellos terrenos que había sido parte de la Hacienda de la Teja así como la concesión otorgada por la Comisión de Obras del Ayuntamiento, para desarrollar la “Colonia Bucareli” que se ampliaría con nuevo trazo; en la transacción, don Salvador parece haber conservado el predio de 825m² en que ya se había construido un inmueble de dos niveles con amplio espacio en la parte alta para la administración, desarrollo y promoción del fraccionamiento, con frente a la aún entonces Calle Poniente 20, que desde 1905 conoceríamos como Calle de Roma.
En 1887 –poco más de dos años luego de enviudar–, don Salvador contrajo matrimonio –también en segundas nupcias– y en París, con Rosa Zayas-Bazán Hidalgo (1850-1893, y viuda de don Ramón Guzmán Ortiz de Zárate) con quien engendró a María de la Concepción Guadalupe Rosa Isabel Esperanza Malo y Zayas-Bazán (n.1888 en París) que contrajo matrimonio con el distinguido escritor y periodista, miembro de la Academia Francesa, Wladimir D’Ormesson, Conde D’Ormesson.
Aunque viviendo en París, desde 1891 don Salvador había iniciado la edificación –en esa colonia que ahora ampliaba The Mexico City Improvement Company– de una moderna residencia en la esquina del predio limitado por las ya para entonces calles de Roma y Lisboa, como remate a la apenas trazada calle de Londres y Nº11 de Roma, con imponente torre mirador en la esquina y terrazas varias, en un conjunto de cuatro niveles edificado “a la inglesa” con elaborado aparejo de tabiques. Lamentablemente, para el 10 de junio de 1901 don Salvador murió en la casa apenas terminada, edificación que pasó a la propiedad de su hijo mayor del primer matrimonio, Salvador Rafael Romualdo Malo Rivas (1878-1916) que contraería matrimonio el 3 de julio de 1902 –en el templo de Nuestra Señora de Lourdes–, con María Amalia Basantaz Tamayo (1881-1973) hija de don Francisco Basantaz y Florencia Tamayo…
Así, la casa que remataba la calle de Londres –en el “..mejor barrio de la Ciudad de México”–, sería residencia del matrimonio Malo/Basantaz a partir de 1902.
Arriba, en el fragmento superior de una fotografía de Guillermo Kahlo fechada en 1904, que forma parte del álbum “Mexiko 1904”, aparece la “Calle de Londres, Colonia Americana, el distrito más nuevo de la Capital de México”. A la izquierda, se descubre la residencia de Mr. H.C. Waters –Gerente General del Banco de Londres y México– (Ver) que aún existe aunque arruinada; a la derecha, la gran casa con arcos de herradura en las ventanas, cedió su terreno al “Museo Ripley” en le Nº4 de la calles de Londres...
Esta calle de Londres sería uno de los mejores exponentes del opulento eclecticismo que produjo la arquitectura del período y en la imagen de abajo –sección izquierda de la “Panoráma de la Colonia Juárez, México” que apareció en la p.29 del álbum “México en el Centenario de su Independencia”– aparece una vista desde la azotea de la casa en la calle de Londres Nº13 (que aún existe como asiento de “Forever Living”) mirando hacia el Nor-oriente desde la calle de Berlín; en primer plano, aparece el torreón de la casa del señor Hugo Marquard y detrás el mirador de la Casa Watters; a la derecha, se descubre apenas la casa don José Natividad Macías Castorena –abogado y en dos ocasiones rector de la Universidad Nacional– y su familia, que se edificó entre 1902 y 1904 en el Nº6 de la 1ª de Londres siguiendo el diseño de don Antonio Rivas Mercado –luego de popularizarse como set cinematográfico, la casa alberga ahora el “Museo de Cera de la Ciudad de México”–. Al centro de la imagen, aparece la casa del matrimonio Malo/Basantaz con su torre/mirador, en la esquina de Roma y Lisboa, como remate a la calle de Londres y ya para entonces transformada en la Embajada y Residencia de la República Francesa en México.
La consolidación urbana de esa nueva colonia –que en 1905 se conocía como “Colonia Americana” y en 1906 se llamaría oficialmente “Colonia Juárez”– fue notable, y baste ejemplificarlo con una par de imágenes que dan fe a tal aseveración: Por un lado, la “Postal” que aparece abajo, una toma comercializada por Félix Miret como “Miret, México, editora e importadora de tarjetas postales” en que aparece el cruce de las calles Liverpool y Bruselas, mirando hacia Roma, donde al fondo se distingue la casa original de don Salvador Malo; la imagen de 1908 muestra una estructura urbana consolidada y de análogo eclecticismo a lo visto arriba...
Por otro lado está la toma hacia la “1ª calle de Londres” -abajo- que muestra una vista desde la entrada a la casa Malo mirando hacia el poniente y la calle de Londres; a la derecha aparece la entonces parroquia del Sagrado Corazón de Jesús (Roma N°14), edificio de estilo neorrománico diseñado por el arquitecto José Hilario Elguero, con templo de una nave y claustro triangular, que por años permaneció sin la torre/campanario que debía rematar el conjunto; a la izquierda, aparece el torreón esquinero de la casa de Bruselas N°1 –que años después cedería su terreno a una tienda “Sumesa”– y la ahora “Plaza Giordano Bruno”.
Como complemento, abajo aparece en otra magnífica imagen de Guillermo Kahlo –captada también en 1904 y que he limpiado un poco–, con la calle de Berlín y las fachadas que miran hacia el Sur-poniente entre las calles de Hamburgo y Londres; a la derecha, la casa del señor Hugo Marquard seguida de la casa Frenk y luego el torreón de la casa de don Oscar Braniff Ricard y Guadalupe Cánovas y Portillo, buenos ejemplos todos de la arquitectura ecléctica de final de siglo XIX y la opulencia de la Colonia Juárez.
Ya desde 1905, el embajador de la República Francesa, Camille Blondel, buscaba un nuevo inmueble que recibiera las funciones de la representación y para 1907 con la llegada a México de S.E. el embajador Alfred Chilhaud-Dumaine –abogado que en 1904 había recibido la comisión de Embajador Plenipotenciario en Múnich y luego se trasladó a México– se finiquitaron los oficios obteniendo para la representación una amplia construcción en esa Colonia Juárez, casa en la esquina de Roma y Lisboa junto con su edificio anexo.
Don Salvador Malo Rivas estaría a cargo de la administración del bien hasta su muerte en 1916, fecha en que la gestión de la propiedad pasó a doña María Amalia Basantaz Tamayo que a través de su yerno autorizó su venta, dejando dos predios que para tiempo del sismo de 1957 ya estaban ocupados; doña María Emilia murió en 1973 contando 81 años.
Así, la representación de la República Francesa –cancillería y residencia– se albergó desde 1907 en la calle de Roma número 11, siguiendo los buenos oficios del embajador Chilhaud-Dumaine y para recibir desde 1908 a S.E. Paul Lefaivre –y a parte de su familia– como representante. Es de ese período que buena parte de la información acerca de la casa proviene, y en particular de septiembre de 1910, cuando se dieron los Festejos del Centenario de la Independencia de México.
Sabemos que, en el período, la cancillería ocupaba lo que había sido la edificación original, que con sus amplios espacios –creados por don Salvador Malo para promover la Colonia Bucareli– desempeñó bien los requerimientos del consulado; la residencia propiamente dicha ocupó apenas una parte de la casa en la esquina, mientras que parte de la construcción sobre la calle de Lisboa complementaba las funciones del consulado.
El conjunto debió sumar más de 1,300m² construidos en las dos edificaciones, donde el anexo erigido por 1884 se utilizaba estrictamente como oficinas, mientras que la casa terminada por 1901 servía diversas funciones, incluida residencia; el edificio anexo era una estructura relativamente sobria de dos pisos y fachada en tabique aparente con tres entre ejes, con acceso desde la calle y un piso alto que parece haber contenido un muy amplio aposento.
La casa –de la que nunca he logrado descubrir al autor del diseño– a la que Elena Segurajáuregui se refiere en su libro “Arquitectura Porfirista en la Colonia Juárez” como ejemplo de las grandes casas construidas a manera de “Villa”, nos dice:
La villa es una construcción transparente; proyecta “Le savoir vivre” (el saber vivir) al exterior, mostrando el buen gusto y al mismo tiempo la personalidad e individualismo del propietario… Tenían carácter escenográfico, de atracción marcadamente visual; eran ostentosas y se inspiraban en las casas de campo de ricos burgueses y financieros europeos…
En el caso de la residencia Malo/Basantaz, transformada en representación de la República Francesa en México, sería por varios años indudable paradigma de la distinción francesa y ejemplo a seguir para quienes miraban hacia Francia como modelo de juicio y excelencia.
El diseño –establecido gracias a una torre-mirador de cinco niveles–, contaba galería, “jardín de invierno” y terrazas que escalonaban la composición hacia la calle, dando ligereza a una sólida estructura de tabique aparente, embellecida con inventivos avíos y claves en cantera de talla, rematada con inclinados techos y acentos con hierro forjado.
Al interior, los salones estaban decorados muy a la manera de ese eclecticismo imperante, donde muros cubiertos con yesería de inspiración histórica –abrevando en la tradición rococó–, cortinajes de denso brocado y grandes espejos con marcos dorados, creaban el ambiente para muebles y tapetes de exótica inspiración, y ambiente cosmopolita…
Es gracias a las imágenes que fueron divulgadas en “Crónica Oficial de las Fiestas del Primer Centenario de la Independencia de México –publicada bajo la dirección de Genaro García– por acuerdo de la Secretaría de Gobernación e impreso en los Talleres del Muso Nacional en 1911” que podemos observar esos interiores en imágenes captadas durante 1910, crónica en que se nos explica:
Con fecha 30 de agosto, el Gobierno de la República Francesa comunicó que elevaba á categoría de Embajador Especial á Su Excelencia el señor Paul Lefaivre, Ministro Plenipotenciario acreditado ante el Gobierno de México, y que ya daba orden de que vinieran al país, para aumentar el personal de la Embajada, el Almirante De Castries, la brillante oficialidad que á bordo de la fragata de guerra “Montcalm” militaba bajo su mando y los distinguidos miembros del Ejército francés especialmente dedicados al efecto. De modo que la Embajada Especial del Gobierno Francés delegó á las fiestas del Centenario de la Independencia, quedó integrada así: Excelentísimo señor Embajador Paul Lefaivre; Excelentísima señora de Lefaivre; señor Almirante De Lacroix de Castries; señor Capitán De Chambrun; señor de Slane, capitán de fragata; señor Carrel, teniente de navío; señor Fabre, Alférez; señor Le Lan, del Estado Mayor de la División Naval; señor Kelgoren, Médico en Jefe; señor Lorin, Teniente de Navío; señor Coronel Detrie y señores Capitanes Mayer, Craman y Mittelhausser.
El día 7 de septiembre, fondeó en el puerto de Manzanillo la fragata “Montcalm” á los disparos de saludo del cañonero nacional “General Guerrero” y el día 8, pisaban suelo mexicano, entrando en él por la frontera de los Estados Unidos, los expresados oficiales franceses. El día 9, eran recibidos al mismo tiempo, en distintas estaciones ferrocarrileras, el Almirante de Castries, con su Estado Mayor, y los representantes del Ejército. Comisiones del Gobierno y de la Secretaría de Guerra dieron la bienvenida á unos y á otros; iguales honores se les tributaron, y los dos grupos sintieron del mismo modo halagado su amor patrio con los acordes de “La Marsellesa” y las aclamaciones de las multitudes. Días después, el 13, entraban a la Capital, á tambor batiente y bandera desplegada, ciento treinta marinos del “Montcalm”.
Y sigue el texto en “Crónica Oficial de las Fiestas del Primer Centenario de la Independencia de México”:
El Excelentísimo señor Lefaivre y la Excelentísima señora su esposa permanecieron en la residencia de la Legación, calle de Roma, número11, y el Almirante de Castries y el Coronel Detrie y sus subordinados recibieron alojamiento en la casa del señor Tomás Braniff, número 15 de la calle de la Ribera de San Cosme (Ver).
En esa “Crónica Oficial…” se nos muestran imágenes de la “Sala de la residencia de la Embajada Francesa” -arriba- y “Comedor de la residencia de la Embajada Francesa” -abajo- que develan lo que debió ser la que había sido casa edificada por don Salvador Malo apenas diez años antes, ya ocupada por la legación y el Embajador Lefaivre.
Lo sorprendente, es que –también en aquella “Crónica Oficial…” – se nos muestra que en la casa de don Tomás Braniff Ricard y Elena Amor Vivanco, donde debían ser alojados el Almirante de Castries y el Coronel Detrie junto con sus subordinados, también estuvieron en larga inspección el Embajador Paul Lefaivre y su señora, tal y como lo demuestran las imágenes captadas en el jardín, donde la pareja y su perro posó al borde del estanque, al lado del que un pabellón a manera de Monóptero griego invitaba al descanso…
Al mirar las imágenes del interior, no me extraña que el Embajador Lefaivre prefiriera alojarse en la casa del matrimonio Braniff-Amor…
Aunque destacado en la Ciudad de México desde 1908, para septiembre de 1910 las actividades diplomáticas se incrementaron notablemente, y el 11 de ese mes, el señor Lefaivre acompañó al presidente Díaz a colocar la Primera Piedra de un monumento que la Colonia Francesa en México obsequiaba al “Pueblo Mexicano”:
El monumento a Luis Pasteur, se inauguró de origen en un jardín limitado por Avenida Insurgentes, Paseo de la Reforma y la plaza de acceso a la “Estación Colonias” del Ferrocarril Nacional; obra de Jean-Paul Antonin Charles Carlès que fue fundida por los “Établissements Métallurgiques a Durenne Fondeur, Paris”, antes “Fonderie de Sommevoire” en el alto Marne, fundición que Antoine Durenne llevó a la fama trabajando con escultores como Emmanuel Frémiet, Mathurin Moreau, Auguste Bartholdi y Hector Guimard.
El autor de la escultura, Jean-Paul Antonin Charles Carlès (1851-1919), obtuvo el gran premio de la Exposición universal de 1889 y perteneció a la Sociedad de artistas franceses y además fue nombrado Caballero de la Legión de Honor en 1900 y posteriormente recibió el grado de Comandante en 1913.
El bronce que aun ahora se admira –aunque colocado en una explanada unida al edificio de la Cámara de Senadores– es una réplica de la pieza central de un grupo que se ejecutó en honor a Louis Pasteur como homenaje en Dole –en el departamento de Jura–, donde nació el científico; aquel homenaje ganó el concurso de 1898 y el monumento se develó en agosto de 1902 sobre la avenida Saint-Mauris, financiado gracias a una colecta internacional, con el grupo escultórico y sus tres grandes piezas a cargo de Antonin Carlés sobre un pedestal diseñado por el arquitecto Léon Chifflot.
Para la escultura en la Ciudad de México, Genaro García, en su “Crónica sobre las Fiestas del Primer Centenario” nos cuenta:
La Colonia Francesa hizo perfectamente en glorificar a Pasteur, hombre venerable, florecido en las épocas más tristes para su patria, y que desmintió sonoramente a los que aseguraban la decadencia de Francia. El lugar escogido para levantar el monumento fue el jardín que se encuentra entre la estatua de Cuauhtémoc, en el Paseo de la Reforma, y la estación del Ferrocarril Nacional. El ayuntamiento quiso corresponder a la galantería francesa bautizando con el nombre del sabio francés aquel pequeño parque, que en adelante se llamará Jardín Pasteur… El acto de colocación de la primera piedra del monumento se efectuó allí en la mañana del 11 de septiembre. La presencia de nuestro primer magistrado fue saludada con las notas del Himno Nacional…
El Embajador Paul Lefaivre Vatin (1857-1932) fue muy popular durante su estancia en México; casado en Versalles y desde 1904 con Renée Anna Renaud d'Avène des Méloizes-Fresnoy (1856-1926), descendiente de Nicolas Renaud d'Avène des Méloizes héroe de una de las batallas de Montcalm -Quebec- contra los ingleses, parece haber sido un matrimonio muy interesado en la historia de México. En incontables excursiones por la República, adquirieron numerosos objetos que pasaron a la antigua colección de Guy Joussemet y ahora forman parte de la colección mexicana –precolombina– del Museo del Quai Branly.
Licenciado en derecho, Lefaivre trabajó en diversos ministerios entre 1879 y 1882, cuando obtuvo puesto como secretario en diversas embajadas europeas; luego de su matrimonio, fue enviado como Ministro Plenipotenciario a México en 1908 y nombrado Embajador Extraordinario durante las fiestas del centenario de la Independencia. En 1892 sería nombrado Caballero de la Legión de Honor, Oficial en 1908, y Comendador en 1914.
Abajo: “S.E. el Embajador Paul Lefaivre en el balcón de la Embajada de la República Francesa el 16 de septiembre de 1910, antes de salir rumbo a las Fiestas del Centenario de la Independencia de México”.
Durante las “Fiestas del Centenario de la Independencia de México” Lefaivre fue uno de los actores principales entre los representantes extranjeros y buena parte de sus actividades fueron documentadas en los diarios capitalinos; además, organizó con su esposa Renée numerosos encuentros diplomáticos durante septiembre de 1910.
S.E. Gaston Albert Joseph Marie Moisson de Vaux Saint-Cyr tomaría posesión como representante de la República Francesa en 1911 –acompañado de su esposa, Etiennette Le Chanoine du Manoir de Juay–, sustituyendo al matrimonio Lefaivre y sería él quien vio generalizarse el movimiento armado que inició en noviembre de 1910 y negociaría la documentación necesaria para la salida del presidente Díaz y su esposa rumbo a Francia a final de mayo de 1911.
Con poco más de treinta años en el poder, Díaz presentó su renuncia ante la Cámara de Diputados el 25 de mayo de 1911, dejando en su lugar al secretario de Relaciones Exteriores; el 31 de mayo, seis meses después de haberse iniciado el movimiento armado, Díaz partió al exilio en Francia desde el puerto de Veracruz…
El embajador Moisson de Vaux y su esposa serían frecuentes invitados a la casa de don Francisco Madero y Mercedes González –apenas a dos calles de la embajada, en la esquina de Berlín y Liverpool (Ver)–, y serían los primeros representantes extranjeros en enterarse de la victoria de Francisco Madero González luego de la contienda por la presidencia de la República.
Madero fungió como presidente de México desde el 6 de noviembre de 1911. Aún a pesar de las críticas, su período parecía desarrollarse con la normalidad esperada, aunque rumores diversos parecían advertir algún cambio; poco más de un año después, en 1913, se dio un golpe de estado ‒la llamada Decena Trágica‒ dirigido por Victoriano Huerta.
Para las 14:20 horas del viernes 14 de febrero de 1913, la casa de don Francisco Madero –a dos calles de la embajada– era consumida por las llamas. Nos cuenta Antonio Saborit en su antología “Febrero de Caín y de metralla”:
“La casa de Don Pancho Madero, en la esquina de Liverpool y Berlín, está ardiendo y existe peligro de que el incendio se propague a las casas vecinas. Los rurales que están en la calle de Londres toman posiciones; corren de un lado para otro y nadie sabe por qué hacen tantos movimientos”…
Ya para entonces –cuando la representación estaba encabezada por S. E. el embajador François Dejean–, la Ciudad de México no se consideraba segura y la embajada en la Calle de Roma número 11 fue desocupada…
El 18 de febrero se definió el golpe de Estado cuando el presidente y el vicepresidente fueron arrestados en Palacio Nacional, Gustavo A. Madero fue hecho prisionero en el restaurante Gambrinus, y se negoció un pacto con los golpistas. Al día siguiente, fue asesinado Gustavo A. Madero; desde su aprehensión, Madero y Pino Suárez permanecieron en el Palacio Nacional, pero con el recrudecimiento de los ataques de los felicistas, la familia del presidente Madero buscó protección en la sede de la embajada de Japón en la colonia Roma (Ver). En la foto de abajo, la casa de Edward N. Brown en la esquina de Mérida y Puebla, transformada en la Embajada de Japón (Ver).
En furor diplomático, varios embajadores intentaban dar congruencia a los sucesos, convocados tenazmente por el Embajador Henry L. Wilson para dar su versión, pero tanto Cuba como España decidieron no reconocer al nuevo gobierno. El 19 de febrero, los embajadores Manuel Márquez Sterling -de Cuba- y Gaston de Vaux -de Francia- ofrecieron asilo político para que Madero y Pino Suárez pudieran recogerse en La Habana y trasladarse luego a París.
El 26 de marzo, el gobernador de Coahuila -Venustiano Carranza-, proclamó el Plan de Guadalupe, por el que se desconoció al gobierno golpista de Victoriano Huerta. Comenzaba el período más cruento de la Revolución Mexicana, y aunque parece ser que la casa de Roma Nº11 siguió nominalmente albergando la Embajada, no parece haber estado ocupada ya por el embajador François Dejean.
Desconozco la fecha exacta en que la casa Malo-Basantáz en Roma Nº11, fue destruida; en el predio de la esquina formada por Roma y Lisboa se edificó el “Edificio California” de cinco niveles –con el Nº51de Lisboa, predio de la esquina que fuera ocupado por la casa propiamente dicha–; en el terreno que por 1910 recibía jardines, invernadero, cocheras y dependencias de servicio se levantó el edificio de departamentos con el Nº13 de Roma, también con cinco niveles, incluida la Planta baja…
La vieja opulencia de la calle de Londres es difícil de percibir mirando ahora ese entorno, aunque la que fuera residencia de don José Natividad Macías Castorena –diseñada por el arquitecto Antonio Rivas Mercado en 1902– aún pervive como “Museo de cera” y puede ilustrarnos acerca de lo que eran las residencias de aquella Colonia Juárez…
Este Blog se hace gracias al apoyo incondicional de Julieta Fierro; está dedicado a las “Grandes casas de México” y pretende rescatar fotografías e historia de algunas de las residencias que al paso del tiempo casi se han olvidado y de las que existe poca información publicada. El objeto es la divulgación, por lo que se han omitido citas y notas; si alguien desea más información, haga el favor de contactarme e indicar el dato que requiere. A menos que se indique lo contrario, las imágenes provienen de mi archivo, que incorpora imágenes originales recopiladas al paso del tiempo, así como el repertorio de mi padre y parte del archivo de don Francisco Diez Barroso y sus imágenes de Kahlo; en general, he editado las imágenes a fin de lograr ilustrar mejor el texto. Si se utilizan las imágenes, favor de indicar la fuente –aunque advierto que pueden tener registro de autor–.
Conforme haya más entradas (¡Ya hay ciento cincuenta!), aparecerán en el índice de la parte superior derecha de esta página…
También se puede encontrar un índice general en: http://grandescasasdemexico.blogspot.mx/2016/02/indice-de-grandes-casas-de-mexico.html
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