viernes, 8 de abril de 2016

Casa Familia Suinaga / Escandón, en Danubio y Reforma.




Sin duda alguna, una de las edificaciones residenciales más sorprendentes que se conservan en la Ciudad de México –aunque habiendo sido trasladada a otro predio–, es la casa que de origen perteneció a la familia que inició don Francisco Suinaga y Tornel al contraer matrimonio en 1911 con doña Guadalupe Escandón y Escandón, residencia que fuera edificada en un magnífico predio en la calle de Río Danubio esquina con el Paseo de la Reforma y con vista hacia la Columna de la Independencia por el arquitecto e ingeniero Rafael Carlos Goyeneche. Cuando en 1952 se vendió la propiedad (en el terreno se construiría a partir de 1960 la Embajada de los Estados Unidos de América), la casa Suinaga-Escandón se reedificó (con algunas modificaciones y ampliaciones) en Lomas Virreyes, frente al Bosque de Chapultepec, como residencia de la familia Beteta‒Pleasant.



La historia de los diversos propietarios y el devenir de esos terrenos resultan de especial interés, casi tanto como el sorprendente traslado de la casa a Lomas Virreyes, frente a la tercera sección del Bosque de Chapultepec…

La familia Escandón tiene una larga y sugestiva historia ligada a grandes inmuebles en la Ciudad de México, entre los que destaca la extraordinaria residencia familiar en la Plaza Guardiola frente a lo que fuera el templo de San Francisco, sobre lo que hoy es la esquina del Eje Central y la peatonal calle dedicada a Francisco I. Madero (Ver).



Francisco Suinaga habría casado en septiembre 1911 con la encantadora Guadalupe Escandón y Escandón, hija de don Manuel Escandón y Arango –hijo de Vicente Escandón Garmendia, propietario de la casa frente a la Plaza Guardiola (1814-1876) y María Guadalupe Arango Escandón (1825-1896)‒ y doña Guadalupe Escandón y Barrón –hija de Antonio Escandón Garmendia (1824-1877) Y Catalina Barron Añorga (1824-1880)‒; había pasado su infancia entre una quinta del pueblo de Tacubaya y la casa del Paseo de San Francisco N°6 (hoy Madero, donde se encuentra ahora el Pasaje América, al lado de la Casa de los Azulejos).


La casa de San Francisco N°6 fue destruida para edificar el Pasaje America –que comunica las calles de Madero y Cinco de Mayo‒, mientras que la “Casa Campestre” de Tacubaya, se mantuvo desde 1949 como Instituto Luis Vives de Tacubaya y fue adquirida en 1960 por el señor Haghenbeck para aprovechar el terreno (donde ahora hay dos tiendas “Suburbia” y “Bodega Aurrera”, entre avenida Jalisco y Parque Lira).


El terreno de aquella quinta estaba en la calle de Juárez esquina con Díaz, contra-esquina de la casa de la familia Mier y Pesado (Ver) y a una calle de las casas campestres de los Barron –que nosotros conocemos como “Parque Lira” (Ver) – y los Escandón Buch que sobrevivió como Academia Militarizada México y fue destruida en 1962 (Ver)

Arriba, la casa Escandón Escandón en Tacubaya (fotografía en que aparecen las hijas de Guadalupe y Francisco Suinaga). Abajo una imagen aérea fechada en 1946 en que aparece el predio de la casa antes de ser ocupado por el Instituto Luis Vives; a la derecha, se distingue la arboleda de la casa Mier y Pesado, a la izquierda la arboleda de a casa Lira y abajo a la izquierda los jardines de la que había sido casa campestre de los Escandón Buch.



Como complemento, abajo aparece un lienzo de Tiburcio Sánchez de la Barquera pintado en 1865: “Retrato de la familia Escandón Arango en Tacubaya”, donde como complemento a las imágenes de los cuatro hijos mayores del matrimonio de don Vicente Escandón Garmendia y María Guadalupe Arango Escandón, Sánchez de la Barquera agregó la “Villa Romana de Tacubaya”. En la imagen aparecen de Izquierda a derecha María Guadalupe Escandón Arango (1856-1902), la pequeña María Dolores Escandón Arango (1862-1932 que casaría en 1888 con José María Rubín Kern), Alejandro Escandón Arango (1858-1910) y Manuel Escandón Arango (1860-1908) que casaría el 7 de octubre 1886 en Nueva York, con Guadalupe Escandón Barron y sería padre de Guadalupe Escandón Escandón, propietaria de la casa de la que trata ésta nota.



Según nos cuenta Patricia Massé, doña Guadalupe Escandón y Barron -Baronesa de Barron-, que era cariñosamente conocida como “Mau” y casó con Manuel Escandón Arango, fue una mujer de gran temple, dinámica, enorme generosidad y capacidad de trabajo; así, en la sección poniente de aquella enorme propiedad, doña Guadalupe Escandón y Barrón había mandado edificar con el apoyo de los Escandón y Mier un hospital de beneficencia, con frente a la que ahora llamamos calle de Gaviota. El Hospital Escandón, fundado y patrocinado por doña Guadalupe en 1907, estaba ligado y sostenido por la Fundación María Ana Mier de Escandón y de manera significativa era también atendido por Guadalupe Escandón y Escandón de Suinaga, hospital en que habría luego un pabellón completo, donado por Francisco Suinaga, para atender gratuitamente a religiosas y sacerdotes, aun en el caso de intervenciones quirúrgicas.


Arriba, la capilla del Hospital Escandón con frente a la calle Gaviota, entre Manuel Dublán y Carlos Lazo. Abajo, con algunas de las religiosas que atendían el hospital, aparece en 1921 doña Guadalupe Escandon y Barron (al frente de negro) con cuatro de sus nietos; arriba con sombrero, Guadalupe Escandón de Suinaga, muy delgada luego de aquel período de enfrentamientos…





Por su parte, Francisco Suinaga y Tornel nació en 1884, hijo de don Francisco de Paula Suinaga Elorza –ligado con el Banco Comercial del Pacífico– y doña Concepción Tornel y Corral –cuñada de don Joaquín Obregón Gonzalez (Gobernador de Guanajuato) y don Hugo Scherer–, y desde muy joven fue conocido por su afición a frontón, caballos y autos –deporte de vanguardia en las primeras décadas del siglo XX–; en la foto de abajo, aparece en el hipódromo de la Condesa como capitán del equipo de Polo.



Además de ser propietarios de la ex hacienda La Concepción Malpaís en Puela, Francisco Suinaga y su familia son recordados por participar en la creación del Banco de Comercio, que para 1956 quedaría en manos de Manuel Espinosa Yglesias; Espinosa que compró buena parte de esas acciones a su socio y mentor Guillermo Jenkins, recordaba en su biografía:
“… don Guillermo, buscando siempre dónde colocar su capital adquirió más acciones del Banco de Comercio y, en 1950 tenía ya 41% del total. Esto fue posible porque los sucesores del licenciado Luís Riba y Cervantes, y poco después los de Francisco Suinaga y Tornel, decidieron poner a la venta las acciones que habían heredado y él las compró. “




El 9 de septiembre 1911 en el templo de Santa Brígida de la Ciudad de México, contrajo matrimonio María de Guadalupe Catalina Dolores Carlota Rita Emiliana Susana de los Sagrados Corazones de Jesús y de María Escandón y Escandón, con Francisco de Paula de la Santísima Trinidad José Agustín Suinaga y Tornel.


En las reseñas de los diarios el “Carnet Social” decía:
“Uno de los acontecimientos sociales que más ha llamado la atención, ha sido el matrimonio de la señorita Guadalupe Escandón y Escandón con el señor don Francisco de Suinaga y Tornel, efectuado el 9 de los corrientes. Bastaría la mención de los nombres de los desposados para comprender la resonancia y el interés que ha despertado el acontecimiento en los altos círculos sociales. El templo de fue el elegido para la ceremonia; lucía el clásico adorno de flores blancas y cortinajes, así como los simbólicos azahares. Apadrinaron el evento de velación la señora Concepción Tornel de Suinaga y el señor don Pablo Escandón, y la de las arras la señora Guadalupe E. de Escandón y el señor don Francisco de Suinaga. Los novios recibieron numerosos obsequios como recuerdo de la ceremonia, y las felicitaciones de sus distinguidas amistades a las que unimos la nuestra…”




Desde 1909, la familia Suinaga había dispuesto con los Escandón, la adquisición de un amplio predio que desde 1903 había quedado a nombre de don Thomas Braniff y la “C y O. BRANIFF y Cia.”, predio que luego de la muerte de don Thomas en 1905, pasó a manos de sus hijos Jorge y Oscar Braniff Ricard, y pra 1912, George T. Braniff habría edificado para su esposa -Concepción Lascurain de Braniff- un “Townhouse” frente a la columna de la independencia (Ver) sobre uno de los terrenos familiares; poco antes, las familias Suinaga y Escandón adquirieron un amplio terreno con poco menos de 6,400m² en la esquina de la avenida lateral del Paseo con números 301, 305 y 309, en esquina de la entonces calle 11 Reforma Norte que al poco tiempo se llamaría Río Danubio.

Abajo, un fragmento del plano de la Ciudad de México para 1907 -que reproduzco gracias a la amabilidad de Javier Balbás- y donde aparece el Paseo de la Reforma, en el que he marcado el sitio en que se edificaría la casa para el matrimonio Suinaga-Escandón, a poca distancia de la Columna de la Independencia de México, que se habría inaugurado en Septiembre de 1910, durante las Fiestas del Centenario de la Independencia de México.


La propiedad con poco menos de ochenta metros sobre la lateral del Paseo (en realidad tres predios) y poco más de ochenta sobre Danubio, permitiría levantar una desahogada construcción que tomaría arranque en la esquina Sor-poniente, a fin de dejar libre una amplísima parte del terreno que se consagraría a jardín.


El diseño se encargó de origen al arquitecto Mauricio de Maria y Campos Elguero, que por entonces terminaba la residencia de don José Y. Limantour en el Paseo de la Reforma –en la entonces glorieta terminal del Paseo, frente a la estatua ecuestre de Carlos IV‒ y con la que el proyecto de la casa Suinaga/Escandón tendría algunas similitudes (Ver) . Además, el arquitecto Campos trabajaba ya en la construcción de la casa para Jorge Gómez de Parada Buch, y Dolores Rubín Escandón –prima de Guadalupe Escandón‒ matrimonio que se había celebrado apenas un mes después de la boda Suinaga/Escandón, también en el tempo de Santa Brígida. (Ver)


Arriba, la casa que para el ministro Limantour y su familia diseñó el arquitecto Mauricio de Maria y Campos en el remate del Paseo que se conocía como “Plaza de la Reforma” –esquina de Rosales y Patoni‒; aunque la casa se entregó en marzo de 1911 ‒terminada y decorada‒, no se habitó y fue confiscada por el gobierno de Venustiano Carranza. Abajo, una imagen de la fachada Sur de la casa que para el matrimonio Gómez de Parada Buch y Rubín Escandón diseñó Campos en 1911, edificio que ahora conocemos como la Embajada de la Federación de Rusia.


Mauricio de Maria y Campos Elguero había saltado a la fama con la edificación en tiempo record de la nueva Cámara de Diputados; el propio Díaz inauguró el nuevo edificio el 1 de abril de 1911, sitio donde también enviaría su renuncia apenas 40 días después. En 1988 ese edificio fue ocupado por la Asamblea de Representantes del Distrito Federal y desde 1997 lo hace la Asamblea Legislativa de la CDMX.



Dada la prematura muerte de Campos, el diseño final y edificación de la residencia Suinaga/Escandón pasó al ingeniero y arquitecto Rafael C. Goyeneche, que auxiliado por el entonces estudiante de arquitectura Ignacio Marquina optó por un esquema compacto, con la morada inscrita dentro de un prisma de simétrica composición y colocó la construcción en la esquina Sur del terreno, plantando buena parte de la superficie restante con exuberante arbolado; abajo, en una toma oblicua de la Compañía Mexicana de Aerofoto fechada en 1931, donde aparecen el Paseo de la Reforma y parte de la colonia Cuauhtémoc, he señalado la casa Suinaga/Escandón.

Para 1934, el arquitecto Goyeneche diseñaría otra residencia hacia la colindancia oriente del terreno, residencia que ocupada por el matrimonio Subergie-Cortina, gozó por algún tiempo de ese arbolado.



Rafael Carlos Goyeneche nació en México en 1877 e hizo estudios en la Academia de San Carlos y el Colegio de Minería, y según indica Israel Katzman se recibió en la Escuela Nacional de Bellas Artes en 1904, recibiendo el título de Ingeniero y Arquitecto; para entonces había logrado fama como autor y constructor de las tiendas departamentales de “Al Puerto de Veracruz “y “El Puerto de Liverpool” en la calle de Capuchinas una y San Bernardo la otra. Por otro lado, y a pesar de pronosticársele una carrera prometedora como diseñador, luego de recibirse en 1917, el arquitecto Marquina prestó servicios en la Dirección de Antropología, explorando el sitio de Teotihuacán con don Manuel Gamio, para ejecutar luego trascendentes excavaciones en los sitios arqueológicos de Uxmal y Chichén Itzá.

Vista desde la esquina de Reforma y Danubio, la edificación de tres niveles y sótano se mostraba de templada y simétrica composición (1-3-1) acentuando con un pórtico ‒de triple arcada‒ la portada principal y rematando la composición con una sobria buhardilla con lucarnas, que apoyada sobre balaustrada perimetral, pretendía recordar la arquitectura francesa de un “Hôtel particulier” del S. XIX francés, ejemplificado en el Hôtel Labottière –S. XVIII en Burdeos- de Étienne Laclotte.



Con indudable influencia académica –y ese eclecticismo que retomaba la tradición neoclásica de Ange-Jacques Gabriel, “complementado” con las aportaciones adjudicadas a François Mansart– , la casa debía responder además a la influencia norteamericana que se ostentaba con el ímpetu del progreso, así como al gusto de las amistades de la familia, entre las que se contaban James Buchanan Duke; al arquitecto debieron hacérsele algunas solicitudes específicas, como la de integrar a los interiores decoraciones adquiridas en viajes y/o incorporar elementos decorativos análogos a los que con la asistencia de la constructora “Purdy & Henderson Co.” -con la que Goyeneche mantenía estrecha relación-, se pudo conseguir lo necesario…








































En su magnífico libro “Arquitectos españoles exiliados en México”–México 2014, Bonilla Artigas Editores S.A. de C.V.–, Juan Ignacio del Cueto Ruiz-Funes nos cuenta que:
A finales de 1940 el empresario asturiano Manuel Suárez, miembro de la antigua colonia española en México, le propuso al arquitecto Jesús Martí, quien le había construido algunas casas en Cuernavaca, formar una empresa constructora de la que Suárez sería el socio capitalista y Martí el director general. La sociedad, que funcionó paralelamente a otra del mismo dueño –Techo Eterno Eureka–, fue bautizada como Vías y Obras, S. A., creada para encargarse de algunos trabajos que Suárez tenía contratados en el puerto de Veracruz y en la ciudad de México…
En los casi 20 años que estuvo en activa, Vías y Obras desplegó mucha actividad, especialmente en Veracruz, Acapulco, Cuernavaca y la ciudad de México. Entre las obras edificadas en ese periodo, se cuentan varias residencias que Suárez financió para obsequiar a políticos y gente influyente con los que el empresario mantenía relaciones de interés y que, a final de cuentas, eran los que proveían de encargos oficiales a la empresa. La mayoría de los proyectos arquitectónicos que fueron construidos por Vías y Obras los realizaron en sus oficinas arquitectos exiliados.


Y sigue Juan Ignacio del Cueto Ruiz-Funes en “Arquitectos españoles exiliados en México”:
En 1947 empezó a construir la residencia para Ramón Beteta, secretario de Hacienda durante el sexenio de Miguel Alemán (1946-1952).
En una entrevista al arquitecto Arturo Sáenz de la Calzada, nos cuenta que: “Yo tengo la impresión de que fue un regalo que le hizo Manuel Suárez a Beteta. Le regaló toda una manzana, que eran cerca de 6 000 m2 cuadrados, y la construcción, y como quiso un palacio tipo francés, pues hicimos una construcción neoclásica. Claro que en aquella época no pegaba mucho, pero a mí me gustó hacerlo porque fui yo quien dirigió la obra y me hice toda la memoria de cantería, la memoria de instalaciones y todo eso, y realmente aprendí mucho.”


















El 11 de abril de 2016, recibí una amable notificación, en que quien me decía ser representante legal de los nuevos propietarios del inmueble, me solicitaba retirar la entrada del blog, porque daba información que podría poner en peligro la seguridad de sus moradores. Se retiraron textos, planos e imágenes que muestran detalles de la casa, tanto en el estado original como en la reconstrucción.
Lamento haber importunado a los propietarios…






En la película “Mi Fantasma y Yo”




En la Telenovela “Vivo por Elena”













2 comentarios:

  1. Wao esta es la casa de la pintora Nora Beteta Pleasant, en esta casa se han filmado muchas telenovelas y peliculas , por ejemplo la pleicula El Fantasma y yo fue filmada aqui, ademas de las telenovelas de Televisa Vivir un Poco, Lazos de Amor, Soñadoras, Vivo por Elena y hoy en 2020 Rubi la version con Camila Sodi, se comenta que el tercer piso de esta casa es un teatro para mas de 100 personas.

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  2. Y todavía esta la casa o la van, destruir para hacer el edificio de la imagen

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